epílogo

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Cinco meses después, Hospital Psiquiátrico Violet Lake.

Les aseguro que no hay nada más aburrido que los pasillos de este maldito lugar. Paredes blancas, piso blanco, techo blanco. La vida aquí también es bastante rutinaria. Una inyección diaria, cuatro pastillas al levantarse, tres comidas, dos meriendas, un paseo a media tarde por los jardines—obviamente, acompañado de una enfermera— y luego, cepillarse los dientes e ir a dormir. Nada de contacto con algún objeto filoso o venenoso. Los domingos son los días de visita.

Aunque, ya casi nadie me visita, sólo Zayn. Es difícil explicar todo lo que ha pasado en los últimos meses. Como se habrán dado cuenta, no morí. Muy a mi pesar. Desperté en un hospital, con los pulmones y la nariz vuelta mierda por el tóxico que inhalé. Antes de que me diera cuenta, estaba internado aquí. Al parecer lo mío no sólo era depresión. También tenía ansiedad e inicios de esquizofrenia. Dije que yo nunca había escuchado voces.

Pero no me respondieron. Tal vez no me escucharon. Liam decidió ponerle fin a la relación sexual que mantenía con Zayn y se mudó a Suiza luego de saber de mi estado mental. Niall se fue con su novia a Irlanda luego de visitarme una sola vez. No he vuelto a saber más de Anne. Zayn es lo único que me queda. Él me dijo que había encontrado a Dakota, aunque no de la mejor manera posible.

Había muerto luego de un asalto. Los ladrones iban armados y ella, al resistirse al delito, le pegaron un tiro. El niño ahora estaba a cargo de la policía, hasta que se le encontrara una casa. Me dio lástima, pero yo no podía hacer nada. Hacía ya tiempo de que había dejado de servir en este mundo. Zayn me contó que, el primero de enero, al leer la nota, todos se derrumbaron a llorar, porque pensaban que habían perdido a otro amigo. Entonces buscaron mi cuerpo por toda la casa, hasta entrar en el garaje y encontrarme desmayado dentro del auto.

Me imaginaba el resto, de manera que le pedí que callara. De verdad no quería saber. Él también está deprimido. Uno de sus amigos se suicidó, y el otro hizo intentos de acompañarlo. Y para terminar, los dos compañeros que le quedaban se mudaron.

Jamás pensé estar tan decepcionado de Liam y de Niall. No porque me hayan dejado a mí, porque su presencia u ausencia no me perjudica mucho. Más lo digo por Zayn. Digo, era su amigo. Si no me venían a visitar, podría entenderlo. Pero no le veía la razón para mudarse a otro país sin decir adiós.

Me hubiese esperado eso de cualquiera de mis conocidos, pero no de ellos. Las enfermeras suelen decirme que debería hablar con los otros internos y hacer amigos, pero ellas no entienden. No entienden que no necesito amigos. Tampoco necesito medicinas, ni una sesión con un psiquiatra cada semana, el cual no hace más que recetarme pastillas inútiles y decirme que no estoy solo.

Debí haber pensado en un mejor método. Uno más eficaz, como saltar de un puente o ahorcarme. Pero no lo hice, y en esta especie de cárcel no tengo oportunidad ni de agarrar los cuchillos con los que como mi comida. Porque son de plástico.

Aunque no tengo fuerzas para matarme. Es irónico.

Aquí, los días pasan tan rápido como antes transcurrían los minutos para mí. Un día más, un día menos, ¿cuál es la verdadera diferencia? No saldré de aquí hasta que no mejore, y no lo haré. Tampoco creo poder fingir que todo ha cambiado.

Mis esperanzas se han reducido a morir una noche mientras duermo, para así no percatarme de ello. Cada vez que una de las enfermeras apaga la luz de mi habitación, yo rezo en silencio porque esa sea la última vez. Pero nunca ocurre. En las terapias de grupo, dicen que si seguimos vivos es porque Dios ha decidido darnos una oportunidad.

Hace tiempo que dejé de creer en Dios. Si de verdad Él existiera, no dejaría que pasaran tantas cosas injustas. No habría gente en la calle, tampoco guerras ni suicidios. Las cosas son tan relativas...

A pesar de que las semanas pasan frente a mí, no hay nada bueno que contar. No vemos la televisión, por lo que no podemos saber si pasa algo en el exterior, como un cambio de presidente en algún país o un grupo de personas protestando. Mi único contacto con el universo fuera de este internado es Zayn, y él tampoco quiere hablar mucho. Generalmente durante sus visitas él me habla sobre su semana, si fue al supermercado o si vio un chico guapo en la plaza.

De vez en cuando hablamos de Louis, pero ya no es muy común. Ninguno de los dos tiene ganas de tocar el tema. Tampoco de Liam o de Niall. Mucho menos de Dakota.

En los últimos días he estado pensando en Jack. Posiblemente él fue la única persona a la cual nunca culpé de nada, a pesar de que pudo haber sido catalogado como el causante de todo. Él no sabía lo que estaba enviando, mucho menos que el receptor de aquello era su más reciente empleado.

Ya me acostumbré a la idea de que creceré, envejeceré y moriré aquí. Hay un hombre, Bob. Tiene setenta años y está aquí desde los quince. Dice que, a pesar de que ya no piensa en el suicidio, la muerte es lo mejor que le podría pasar.


Me asusta un poco darme cuenta de que pensamos lo mismo. Pero al fin y al cabo, creo que el mismo pensamiento se adueña de las mentes de todos los que estamos aquí.

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n/a: no puedo creer que esto terminó. no estoy muy feliz con el epílogo, pero debía subirlo hoy porque mañana me voy de viaje. bue, más tarde subiré una nota de autor (que de seguro nadie leerá) donde agradeceré todo y explicaré algunas cosas de la fic :)

val xx

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora