016 abercrombie

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Maratón 2/3

Al día siguiente me llamaron.

—¿Harry Styles?— Preguntó una voz femenina.

—Sí, soy yo. ¿Quién es?

—Oh, soy Dana, la chica de la tienda Abercrombie. Dije que lo llamaría.

—Claro, Dana. ¿Pasa algo?

—Eres justo lo que estamos buscando, un chico joven y dispuesto. Eres perfecto. ¿Te molestaría venir a la tienda de cuatro a cinco de la tarde para evaluarte?

—C-claro. No hay problema. Ahí estaré.

—Perfecto. Nos vemos pronto.

Tranqué la llamada y sonreí. ¡Había conseguido empleo! Llamé a Niall para darle la noticia.

Él me felicitó y me dijo que llamaría a la noche para saber cómo me había ido. A la una de la tarde preparé una pasta con queso y almorcé feliz. Podría tener mi propio dinero de nuevo y hacer  lo que quisiera. Bueno, casi. Aunque tenía las manos vendadas aún, sabía que eso no sería impedimento para atender a los clientes que entraran al local. No pude lavar los platos y utensilios que había ensuciado, pero los dejé en el lavaplatos y les eché un poco de agua. Del armario saqué un jean algo ajustado negro y una franela azul marino con alguna frase extraña en otro idioma. Cepillé mis rulos y me puse colonia. No me arreglaba tanto desde el funeral de Louis.

Solté un suspiro triste cuando pensé en aquél día. Fue horrible. No sólo era yo el que lloraba, también era Niall, Zayn, Liam, la familia entera de Louis... en fin, todos los presentes. Porque no sólo era el vacío y la tristeza que nos dejaba su muerte, sino también la parte en la que no sabes porqué se había suicidado. Para todos, Louis era una persona graciosa y feliz, nadie se esperaba lo que pasó. Él supo que yo tendría esa duda carcomiéndome por dentro, y me imagino que por eso envió las cartas.

Las cuales, por cierto, llevan casi cuatro días sin hacer acto de presencia. Han pasado tantas cosas, que los escritos de mi novio han casi desaparecido de mi mente. Increíble. Chequeé la hora en mi celular. Aún faltaban más de una hora para las cuatro, pero, dado a que no estaba en condiciones para manejar hasta allá, debía caminar hasta el centro comercial, o hasta encontrar un autobús que llevara a mi destino. Cogí mi billetera, mi móvil y un suéter, por si acaso. Busqué las llaves de la casa y las guardé en uno de los bolsillos de mi pantalón. Salí de mi vivienda y caminé por la acera. 

La calle en la que mi casa estaba ubicada era muy tranquila; casi no transitaban automóviles por ella. Mientras caminaba, observaba el paisaje. El trabajo de paisajismo que había en la  urbanización era excelente; las plantas, flores y árboles le daban un toque muy armonioso al lugar. Sentí mi celular vibrar, me habían enviado un mensaje. Desbloqueé el teléfono y puse la clave. Era un mensaje de Liam:

"Niall me contó que te han llamado. Felicitaciones, que te vaya bien :) Liam."

Sonreí levente después de leer la frase de Liam. Sé que tengo los mejores amigos del mundo entero, pero no los merezco. Puedo llegar a ser muy idiota o egoísta a veces, y la solidaridad no es mi fuerte. Yo creo en el destino, así que, ¿por qué el destino me puso unos compañeros tan geniales? Yo me merezco algo mucho peor, estoy consciente.

Suspiré y guardé mi móvil en el bolsillo del suéter que había puesto hacía unos segundos. Divisé una parada de autobús sola a unos siete metros de distancia y me dirigí a ésta. Esperé unos minutos y un autobús gris se acercó. Me monté y le pagué al conductor los dos euros que el pasaje costaba. Apenas habían tres personas a lo largo del colectivo, lo que me pareció extraño, dado que era la famosa "hora pico", en la que todos salían de sus oficinas, camino a sus hogares, y tanto las calles, como el metro, los autobuses y los taxis se llenaban a más no poder. 

cartas para harry ; stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora