Thirteen

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Por qué el riesgo es una razón más atractiva y más silenciosa para disfrutar.

- Kim Jong Hyun.

Pov Chen

Si bien mis demás estrategias habían fallado y me había estado matando en idear algo por días, inesperadamente ese día todo se había formado por si sólo.

Destino.

Quizás.

Algo en lo que me costaba creer.

Esta vez yo no había sido del todo parte.

Al final como yo mismo lo había predicho, ella había accedido por su propia cuenta.

Kim Jong Dae había ganado una vez más.

*

Eun Jo tomó mi mano sin añadir algo más, era casi como si pudiera leer sus pensamientos. No hacían falta palabras, no en estos momentos, el silencio aumentaba la excitación dejando a la deriva un algo mezclado con un poco de ansias.

Por unos momentos pensé que en el camino ella se arrepentiría, sin embargo, cuando la miraba a los ojos su mirada iba hacia el enfrente, aceptando su decisión.

Abrí la habitación escasa de luz. Era justamente la habitación donde había empezado todo y quizás la misma donde una vez más volvería empezar un terrible final.

Eun Jo giró el regulador de las luces y caminó frente al aparador donde dejó su bolsa, se quitó algunos anillos y unos pendientes de igual forma.

De pronto en el espejo una imagen se reflejó junto con la suya, bajé la mirada, era mi ser con los ojos rojos llenos de lujuria y deseo, un deseo por ella.

Había sido paciente, si, a un nivel que nunca creí llegar, así que antes de que otra cosa pudiera surgir mis dedos fueron hasta su cabello y lo alejé de su cuello hasta acomodarlo sobre uno de sus hombros con la delicadeza de un verdadero amante.

Mi cuerpo aun temía incrédulo que no fuera una fantasía mas, ella estaba justo a mi lado, no iba a pensarlo más y con intensidad un beso fue depositado en aquel cuello desnudo. Mi lengua recorrió el mismo terreno con empeño y después simplemente alejé la cercanía que había puesto entre los dos.

Ella sólo temblaba y apretaba los puños con miedo y resignación. Estaba inmóvil y volvió a respirar nuevamente luego de que rompiera el contacto. Vi como su vista estaba fija en la puerta por donde habíamos entrado.

- ¿Sabes que ya no puedes escapar de mí? - susurré en su oído suponiendo que quería huir de nuevo.

- Sé que cuando cruce esa puerta ya no había vuelta atrás. - habló débilmente. - No pienso huir, así que sólo hazlo.

Sonreí cuando escuché sus palabras y mis brazos la rodearon con cuidado, la arrastraron hasta una oscura cama ubicada precisamente tras el espejo, las luces estaban encendidas en un nivel bajo que apenas hacia visible su rostro. Se oían mis pasos mientras la rodeaba despacio como si la estuviera estudiando en la oscuridad.

Ella no había levantado la mirada y temblaba ante la frustración y desprotección que implicaba la oscuridad.

- Así que finalmente aquí estas. - dije rompiendo el silencio. - Te lo dije Eun Jo y después de esto sabrás lo que realmente es placer.

- Cállate Jong Dae. - sentenció, pero detrás de sus palabras podía sentir su nerviosismo en sus movimientos.

Acerqué mi cuerpo junto al de ella y tomándola de la cintura, en un movimiento sutil solté su cabello antes amarrado. Pasaba mis manos tocando todo su cuerpo y por otra parte Eun Jo bajo rápidamente el cierre de su vestido haciendo que este cayera al piso fácilmente.

Die 死 Chen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora