Damon, mi infierno personal [Damon & Elena]

33. Úsame [HOT +18]

[Este capítulo salió excesivamente largo otra vez y lo subí antes de que pudieran cumplir el reto de 80 votos en el capítulo anterior porque no soy tan cruel e.e jaja, así que espero sus comentarios en los párrafos jajaj los amo, me río con cada uno *no está editado, así que si encuentran algún error, olvídenlo xd luego lo arreglo*]

Ahora, disfruten el cap ;) jaja

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Narra Elena...

Damon me besa intensamente y yo le sigo el ritmo. Su cuerpo está pegado al mío y sus manos están posadas en mis caderas.

Enredo mis torpes y temblorosas en su cabello y lo atraigo hacia mi como si de verdad no pudiera dejarlo ir jamás.

Y es que de cierto modo, no quiero dejarlo ir jamás.

Saboreo cada espacio de su adictiva boca, su lengua juega con la mía, sus manos ahora se meten debajo de mi camiseta y acaricia la piel de mi espalda.

-Me estás haciendo adicto a esto Elena -susurra en mis labios. -¿Qué rayos estás haciendo conmigo? ¿Que truco estás usando contra mi? -me mira jadeando por el apasionado beso y yo solo puedo sonreír sin saber que decir.

-No lo sé, tu eres el experto... tú dime -sonrío y él vuelve a besarme sin decir nada más.

Damon comienza a levantar mi camiseta, la sube por encima de mis pechos y termina quitándola por completo con un poco de mi ayuda sobre mis hombros y mi cabeza.

-¿Cuál es tu punto débil Elena? -me mira pensativo muy de cerca.

-Deberías saberlo -río y agacho mi mirada tímidamente.

Damon levanta mi mentón para que lo mire.

-Mmm... ¿Puedes llevarme a tu habitación?

-Wow... -digo impresionada. -¿Tú pidiendo permiso?

-No conozco tu casa hermanita -rueda los ojos. -Si no, ya estarías debajo de mi cuerpo gritando para que no pare de hacértelo -sonríe de lado y siento como el calor sube a mis mejillas.

Apunto las escaleras y Damon me ofrece su mano para que la tome. Sin dudarlo lo hago y él me guía escaleras arriba hasta mi habitación. 

Damon me invita a mi propia habitación. Las ironías de la vida continúan.

Apenas entramos, él se quita su camiseta negra por encima de sus hombros y no puedo despegar mi vista de su perfecto y tonificado torso desnudo.

Estoy paralizada junto a la puerta viéndolo como abre su pantalón y baja la cremallera de éste muy lento y sugerente.