Damon, mi infierno personal [Damon & Elena]

03. Stefan

Días después...

Lunes por la mañana. Entro a la escuela y todos los ojos se posan en mí. Escucho algunos comentarios y algunas risas. Todo el mundo ya sabe lo que pasó el fin de semana en la fiesta de Halloween. Ese es el problema cuando te metes con alguien tan popular como Damon Salvatore.

Camino rápido hacia mi casillero y me encuentro cara a cara con el grupito infernal.

—Hola, Elena —dice Damon en un tono juguetón.

—Déjame en paz —digo evitando mirarlo a la cara y camino rápido pasando por su lado.

—¡Supe que has llorado todo el fin de semana por mí! —grita desde atrás.

Cierro mis manos formando apretados puños y no me permito volver a derramar ni una sola lágrima.

Hago como si no hubiese escuchado y saco rápidamente mis cosas del casillero.

Lo cierro con fuerza y los idiotas ríen.

-Vaya, si que me amabas -bromea y ya no aguanto más.

Me giro furiosa y le enseño mi dedo del medio.

-Que te jodan idiota.

Damon alza las cejas sorprendido y sus amigos se ríen. Me vuelvo a girar y camino rápido hacia mi salón de clases. No tengo tiempo ni ganas de discutir con el hombre que me desilusionó por completo hace dos días.

Al entrar a la sala de clases, Caroline y Bonnie corren hacia mí y me abrazan sin previo aviso.

—Chicas... —me quejo por la falta de aire. —Les dije que actuaran normal —frunzo el ceño e intento liberarme del abrazo de mis amigas.

Este fin de semana después de la desastrosa fiesta, ellas fueron las únicas que pudieron consolarme. Stefan aún está medio molesto conmigo porque no le quise hacer caso y porque pasó lo que él más temía.

Y bueno, entiendo su enojo, así que no he querido llamarlo.

—Elena ¿Estás bien? —pregunta Caroline separándose de mí y mirándome con cara de preocupación maternal.

Me alegra ver que en el salón no hay muchos compañeros, y los que están, están pendiente de sus cosas y no de nosotras. Se siente bien no ser el centro de atención.

—Estoy bien... mejor, al menos —miento. Suspiro cansada y camino hacia mi puesto al final de la clase con las chicas caminando detrás de mí.

—Vimos al idiota de Damon hace un rato, —dice Bonnie llegando a mi lado. —Estaba hablando sobre lo que pasó en la fiesta —rueda los ojos.

—Me imagino que a estas alturas toda la escuela lo sabe —murmura Caroline bastante molesta. 

—Bueno... Yo ya no quiero hablar del tema —me siento en mi silla y las chicas se acomodan en las cercanas. —Damon Salvatore dejó de existir para mí —digo decidida.

—¿Y qué pasará con Stefan? —pregunta Caroline. —Porque supongo que seguirá siendo tu amigo... nuestro amigo... ¿No? —la rubia nos observa preocupada.

Eso es lo mismo que yo me he estado preguntando desde que pasó mi horrible humillación del Sábado.

—No lo sé —me encojo de hombros y las miro preocupada. —No he querido llamarlo, ni él a mí. Fui una idiota, Stef me advirtió sobre Damon. Yo fui la tonta que no quiso creer en sus palabras... de seguro ahora está tan cabreado que ya me odia —cubro mi rostro entre mis manos.