Damon, mi infierno personal [Damon & Elena]

01. Damon

7 años atrás [31 Octubre 2009]

Narra Elena...

Muerdo la punta de mi lápiz y trato de ponerle la máxima atención posible a Stefan, mi mejor amigo quien intenta explicarme un maldito ejercicio de álgebra.

Por más que trato, por más que lo intento, no puedo dejar de desconcentrarme. Su hermano mayor Damon, charla con unos chicos en la sala que solo está a unos metros de nosotros.

Damon... ¿Cómo puedo definir a Damon si tan solo con decir su nombre en mi mente siento que todo mi cuerpo tiembla?

Él es... especial. Es muy guapo, por supuesto. Pero cuando digo muy, en serio es MUY. El tipo parece un modelo. En irreal.

Tiene unos hermosos ojos celestes que te hipnotizan, su cabello es negro y luce suave, y para mejorar todo, tiene una mandíbula espectacular y un cuerpo... dios mío, ese cuerpo es monumental.

Conclusión, el hermano mayor de mi mejor amigo es sexy y tiene un encanto que embruja a cada chica que lo ve pasar, incluyéndome, claro.

Damon Salvatore cursa el último año en mi misma escuela y desde hace ya unos meses, he comenzado a fijarme un poco más en serio en él. No es que esté enamorada ni mucho menos, pero si soy sincera conmigo misma, llevo admirándolo en secreto varias semanas. Aprovecho cada vez que Stefan me invita a su casa para hacer nuestros trabajos de la escuela; y no pueden culparme, es la mejor excusa para tenerlo cerca.

Sonrío al verlo divertirse con sus amigos. Ellos juegan con la xbox y hablan cosas de chicos, pero la aterciopelada y sensual voz de mi crush hace que pierda la atención de lo que Stefan me explica.

—Elena... ¿Elena?

Pestañeo un par de veces y salgo de mi ensoñación. Mierda, Stefan me mira cabreado.

—Aquí estoy —sonrío como idiota, y él me mira con una ceja arqueada, para luego voltearse a ver que es lo que me tiene tan distraída y en las nubes.

—¿En serio? —pregunta con su mejor cara de cabreo. Stefan suspira y pone los ojos en blanco.

Rápidamente quito mis ojos de su hermano mayor, que sin saber, estaba siendo admirado desde lejos por mí.

—¿En serio qué? —digo casual viendo a mi amigo, en un patético intento por parecer confundida.

—Por favor, Elena. Puedes hacerlo mejor —sonríe irónico.

—Creo que ya me perdí —frunzo el ceño.

—Deja de mirar a Damon. El tipo es un idiota, lo sabes —resopla y lo miro molesta.

—No estaba mirando a tu hermano —susurro avergonzada. Pero Stefan no es tonto, y creo que nota lo que he comenzado a sentir por Damon. No es como si pudiera disimular mis ojos de corazón cada vez que lo veo.

-Él ni siquiera sabe de tu existencia Elena.

—Auch? —digo ofendida, y él se encoge de hombros, como si lo que dijera fuera obvio.

Pero es cierto, Damon jamás me ha hablado si no es cuando abre la puerta por coincidencia y me dice que Stefan está en su habitación.

—Bueno, ahora si pongo atención —digo un poco dolida aún, y Stefan sonríe otra vez.

Minutos después, vuelvo a ver a Damon, y mi corazón da un vuelco cuando él me mira de vuelta y sonríe.

OH POR DIOS.

ÉL ME ESTÁ MIRANDO Y SONRÍE.

Querer lo que no puedes tener suele ser común. Nos atrae lo prohibido y más cuando lo que se te niega es un hermoso chico de 18 años que te ignora por completo. Él ni siquiera sabría de mi existencia si no fuera porque Stefan me trae cada tarde para ayudarme con las tareas.