X - Despedida

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— ¿Qué haces aquí? — pregunto sintiéndome molesta y sorprendida a la vez con su presencia.

— Asuntos con mi “sobrino”.

Abro los ojos como platos y miro Eduard o estupefacta. Él me devuelve la mirada y hace una mueca de desagrado antes las palabras de Aurora.

— ¿Sobrino? —pregunto burlona—. No seas cínica.

De repente mi vista cae en el papel que lleva en las manos.

»¿Qué es ese papel? — inquiero viéndolos a ambos.

Eduardo me evade la mirada luciendo radicalmente nervioso.

La sonrisa de Aurora se amplía aún más y doblando el papel, lo guarda en el bolsillo de su cartera.

— Nada que pueda importarte —agita la mano restándole importancia—, ahora debo irme. Adiós querido “sobrino”.

Sin dejarme protestar, Aurora se aleja por el pasillo hasta la salida demostrándome que sabe el camino mejor que cualquiera. Lo que me dice que no es la primera vez que esa mujer viene a esta casa.

Cierro los puños recordando todos sus atropellos y la rabia me invade queriendo ir tras de ella y hacerle entender que ésta es mi casa, es mi familia y no permitiré que ella se cuele entre nosotros porque simplemente no es nada mío ni lo será.

— ¿Qué hacía ella aquí? — le pregunto a Eduardo cuando vuelvo a la realidad.

— Ella... —se rasca la nuca—, ella vino a ver cómo estabas.

Una risa carente de humor brota de mi garganta. Él aparentemente no sabe cuál es mi relación con esa mujer.

No sabe que a ella nunca le ha importado mi bienestar.

El hecho de que haya estado aquí me da mala espina y no significa nada bueno. Pero me perturba aún más el hecho de que es probable que no sea la primera vez que haya está aquí.

— Supongo que te creo eso —articulo con sarcasmo—, ¿Qué llevaba en la mano?

Lo veo removerse incómodo y darme una mirada de disculpa. Miles de suposiciones pasan por mi cabeza y la que más suena, es la que menos me agrada.

— Amanda ella es tu tía y pues... No tiene ayuda, tampoco estás ahí para ayudarla y pues... —no me gusta a dónde se está dirigiendo la trama—. Yo decidí ayudarla.

Sabía que si esa mujer llegase a enterarse de mi relación con Eduardo, buscaría la forma de sacar provecho de alguna manera. Esto debió ocurrir el día que mi mundo se sacudió. Él dia que casi fui violada y Eduardo fue a la casa.

— Dinero. —digo perdida en mis pensamientos—. Le das dinero para “ayudarla”

— Amor ella es tu tía, es mi deber. — dice excusándose y en verdad está en toda la razón si Aurora fuera una persona normal y me hubiese cuidado.

— ¿Desde cuándo? — cuestiono.

— Desde hace dos meses.

Mis dudas se disipan cuando confirmo mi teoría. Aurora se ha aprovechado de él por estar enamorado de mi, además de su posición económica.

— ¿De cuánto dinero estamos hablando? — pregunto con evidente molestia y decepción.

Es lógico que él haya estado ayudando a Aurora creyendo que es mí tía y puesto que se ha quedado sola, se siente culpable pero que me lo haya ocultado, me molesta muchísimo. Él no sabe en que manos ha caído y decírmelo nos hubiese ahorrado unos cuantos cheques. Aunque sé que el dinero no le importa cuando se trata de mi o su familia.

Eterno © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora