XXVII - Día Perfecto

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- ¡¿Te casas?! - gritó Sofía eufórica.

Asentí sonriendo.

Ella pegó otro grito y empezó a dar saltos como si fuera ella la afortunada.

- Será algo pequeño pero quiero que sea grandioso. Ese día tiene que ser inolvidable. - digo totalmente emocionada.

- Así será -concuerda mi amiga-. Y por supuesto que te ayudaré con todo, lugar, cátering, vestido, pastel, todo. - prosiguió sentándose a mi lado.

- Tengo pensado contratar una de esas organizaciones que se encargan de planear todo -comento-. Se celebrará en muy poco tiempo y realmente hay que hacer magia para que todo quede perfecto.

- No está mal la idea -se quedó pensativa-. Tengo un par de revistas donde podemos sacar información de esas personas que hacen milagros y arreglar una cita.

- Perfecto.

- Hay que moverse porque tenemos el tiempo en breve.

•••

- Para mí será un placer trabajar para hacer de tu boda, la mejor. - dijo la mujer sentada frente a nosotras.

- Entonces, ¿No hay problema en que sea en muy corto tiempo? - pregunté para salir de dudas.

- Usted lo ha dicho, es muy corto tiempo pero no es imposible. Lo que le diré es que hay que ponernos manos a la obra desde ya mismo.

Asentí gustosa y le di la mano. Nos despedimos después de que apuntara en su libreta todo lo que queríamos Eduardo y yo para ese día.

Salimos del salón y detuve un taxi, debíamos visitar tiendas de vestidos para empezar a verlos y probarme hasta decidirme por uno.

La mañana estaba fresca y eso lo agradecía, estábamos a mitad de semana y la fecha de la boda la habíamos acordado para el sábado de la semana próxima. Quedaba demasiado poco tiempo y no debía perder ni un segundo que podría ser valioso.

Entramos a una glamurosa tienda de diseñadores nacionales, quedé impresionada con unos hermosos vestidos exhibidos en el aparador que llamaron poderosamente mi atención.

La dependienta se nos acerca y amablemente nos ofrece ayuda. Tras decirle mi requerimiento, nos lleva a una sala de pruebas teniendo al fondo una variedad de vestidos de varios colores, tipos y cortes. Sofía y yo empezamos la búsqueda del vestido soñado y la verdad es que mientras revisaba la decepción iba haciéndose notar en mi rostro porque aunque todos eran muy hermosos y llamativos, no había uno que me impactara.

Resignada volví a donde estaba la chica que nos había atendido.

- Disculpa, ¿Con qué tiempo realizan los vestidos? - pregunté.

- Cada diseñador tiene su tiempo, también depende de las exigencias del cliente pero en general se toma unos cinco meses.

Mi expresión fue desalentadora y suspiré.

» Pero si hay algún vestido que le guste se le puede hacer las modificaciones que desee dependiendo del modelo. - continuó. Ese era su trabajo, vender.

- ¿Cuánto tiempo se lleva eso? - inquirí.

- De dos semanas a un mes. - sonrió.

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