XXVIII - No Estoy Sola

6 1 0
                                    

Jueves por la mañana. Ya había transcurrido más de una semana y estaba a tan sólo dos días de casarme. La ansiedad y la emoción porque llegara el anhelado momento hacía que las horas pasaran más lento.

Había finalizado el semestre y mis notas eran bastante buenas, ya me faltaba poco para graduarme. Celebré con mis compañeros el cierre de otro ciclo y quedamos en realizar una despedida de año. Ya nos veríamos nuevamente en primavera.

Estaba de camino a la oficina de Susej, me había llamado temprano para que fuera a ver como iba la decoración de la casa club donde celebraríamos la boda. Estaba por llegar cuando mi celular comenzó a sonar. Lo saqué y sonreí al ver a mi guapo prometido en la pantalla.

- ¡Hola amor! - contesté alegre.

- ¿Cómo te fue amor? - preguntó Eduardo.

- Finalicé semestre con las mejores notas. - respondí feliz.

- Te felicito amor, eres la mejor -animó. De repente su respiración cambió, suspiro larga y pesadamente y me tensé-. Debo decirte algo importante.

Tragué saliva, animándome a preguntar.

- ¿Qué sucede?

- Debo viajar.

Sentí un mareo repentinamente y tuve que sostenerme de la pared para no caer.

¿Cómo que debía viajar? ¿A dónde? ¿Por cuánto tiempo? ¿A sólo dos días de nuestra boda? ¿Por qué?

- ¿No puede ir alguien más? ¿Cuánto tiempo? - pregunté alterada.

- Es de suma importancia amor mi presencia, de lo contrario no viajaría -respiró hondo-. Siento mucho todo esto, que en dos días nos casaríamos pero debemos posponer la fecha. Estaré fuera una semana.

Mi aliento se secó y las lágrimas se acumularon en mis ojos.

Esto no podía estar pasando. ¿Acaso era una mala jugada?

Necesitaba aire, aunque era irónico ya que me encontraba en plena calle.

» Por favor dime algo, no quiero que te sientas mal. Es una responsabilidad que tengo amor, no puedo fallar.

Y me estás fallando a mi, a nosotros.

- Está bien -dije en tono neutro-. Cuando regreses del viaje nos ponemos de acuerdo.

- Prometo que no volverá a ocurrir algo como esto. - aseguró.

Respondí con un sonido nasal y colgué. No me sentía bien. Apagué el celular para que no me molestaran y caminé las pocas cuadras que quedaban para llegar a mi destino, debía comunicar lo sucedido.

•••

- ¿Qué?, No puede ser cierto -dije incrédula y dolida-. ¿Es una broma, verdad?

Eterno © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora