Jueves por la mañana. Ya había transcurrido más de una semana y estaba a tan sólo dos días de casarme. La ansiedad y la emoción porque llegara el anhelado momento hacía que las horas pasaran más lento.
Había finalizado el semestre y mis notas eran bastante buenas, ya me faltaba poco para graduarme. Celebré con mis compañeros el cierre de otro ciclo y quedamos en realizar una despedida de año. Ya nos veríamos nuevamente en primavera.
Estaba de camino a la oficina de Susej, me había llamado temprano para que fuera a ver como iba la decoración de la casa club donde celebraríamos la boda. Estaba por llegar cuando mi celular comenzó a sonar. Lo saqué y sonreí al ver a mi guapo prometido en la pantalla.
- ¡Hola amor! - contesté alegre.
- ¿Cómo te fue amor? - preguntó Eduardo.
- Finalicé semestre con las mejores notas. - respondí feliz.
- Te felicito amor, eres la mejor -animó. De repente su respiración cambió, suspiro larga y pesadamente y me tensé-. Debo decirte algo importante.
Tragué saliva, animándome a preguntar.
- ¿Qué sucede?
- Debo viajar.
Sentí un mareo repentinamente y tuve que sostenerme de la pared para no caer.
¿Cómo que debía viajar? ¿A dónde? ¿Por cuánto tiempo? ¿A sólo dos días de nuestra boda? ¿Por qué?
- ¿No puede ir alguien más? ¿Cuánto tiempo? - pregunté alterada.
- Es de suma importancia amor mi presencia, de lo contrario no viajaría -respiró hondo-. Siento mucho todo esto, sé que en dos días nos casaríamos pero debemos posponer la fecha. Estaré fuera una semana.
Mi aliento se secó y las lágrimas se acumularon en mis ojos.
Esto no podía estar pasando. ¿Acaso era una mala jugada?
Necesitaba aire, aunque era irónico ya que me encontraba en plena calle.
» Por favor dime algo, no quiero que te sientas mal. Es una responsabilidad que tengo amor, no puedo fallar.
Y me estás fallando a mi, a nosotros.
- Está bien -dije en tono neutro-. Cuando regreses del viaje nos ponemos de acuerdo.
- Prometo que no volverá a ocurrir algo como esto. - aseguró.
Respondí con un sonido nasal y colgué. No me sentía bien. Apagué el celular para que no me molestaran y caminé las pocas cuadras que quedaban para llegar a mi destino, debía comunicar lo sucedido.
•••
- ¿Qué?, No puede ser cierto -dije incrédula y dolida-. ¿Es una broma, verdad?
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Eterno © |Completa|
RomantikAmanda y Eduardo son los protagonistas de ésta historia. Tan similares pero diferentes, hacen de la suya para estar juntos y aunque no todo es como desean, el destino los vuelve a unir dejándoles saber que sólo si quieres algo, debes luchar para ten...