XXXIV - Otro Punto De Vista

7 1 0
                                    

ALARIC

Tres días habían transcurrido.

Desde hacía tres días que Amanda estaba conmigo en mi apartamento. El primer día se desvaneció en mis brazos. Estaba pálida y sus ojos estaban hinchados. Llamé a un médico para que la chequeara, afortunadamente sólo fue producto del estrés emocional y cansancio, aunque me dió una orden para que se realizara unos exámenes para descartar otras posibles causas.

Hacía tres miserables días en los que había estado tratando de comunicarme con Sofía pero no contestaba mis llamadas ni respondía mis mensajes. Allí estaba otra víctima de los fotomontajes, ella creía que entre Amanda y yo había algo. Estaba totalmente frustrado, las consecuencias que estábamos pagando era el alejamiento de las personas que más queríamos, la destrucción de nuestras relaciones amorosas y la desunión de cuatro mejores amigos. Estaba seguro que Sofía no tenía comunicación con Amanda tampoco, últimamente la veía muy ida, se la pasaba llorando en la habitación, sólo salía a comer y volvía a encerrarse. No podía criticarla, estaba decaída emocionalmente. Yo era un poco más fuerte, por eso era el único que junto a Eliot me mantenía firme buscando al culpable de todo este desastre.

Me duele que Sofía no esté a mi lado para ayudarme, apoyarme y darme ánimo cuando lo necesito, a veces tengo episodios de depresión y dejo todo como está, pero Eliot no me deja derrumbarme, si no fuera por él, desde hace rato ya estuviera igual o peor que Amanda. Cada vez que pienso que duda de mis sentimientos por ella, se me oprime el corazón, porque estoy enamorado como no había pensado que lo estaría. No niego que estaba ilusionado con que algo surgiera entre Amanda y yo pero supe que eso sería imposible cuando me di cuenta que ella no era para mi y dejé que mi corazón sanara solo y dejara entrar a alguien que me diera la felicidad que siempre quise alcanzar.

Amo a Sofía Garrido con todo mi corazón, la quiero en mi vida hasta el final y estoy haciendo ésto por ella, por mis dos mejores amigos.

Me perdí en mis cavilaciones y no me di cuenta de que he estado en el auto todo este tiempo. Bajé y caminé hasta adentrarme a la empresa, no miro a nadie en específico, solo entro al ascensor y presiono el botón que me llevará a mi piso. Marlen me saluda con una sonrisa, le devuelvo un asentimiento y entro en mi oficina, Eliot me está esperando y cuando cierro la puerta se gira hacia mi.

- ¿Noticias? - le pregunto sentándome en mi silla ejecutiva.

Desde el primer día comenzamos a buscar locales de diseño, fotografía y esas cosas para poder dar con el que hizo las fotos pero hasta ahora no hemos dado con el indicado y todavía nos falta. Ayer hicimos la contratación de un investigador privado para que nos ayude a encontrar más rápido.

- Del fotomontaje no, pero de Sofía si.

- ¿Qué ocurre? - inquiero un tanto inquieto.

- Se va mañana a Venezuela. - suelta sin una pizca de humor.

- ¿Qué? ¿Cómo?, No puede ser. - mi mente no procesa que Sofía quiere alejarse como Eduardo lo hizo.

- Se muda para irse a vivir con una tía, hermano. Puso en venta el apartamento y renunció hoy al trabajo. - palidezco al instante con la noticia.

- Ella no puede irse -digo con un hilo de voz-. Eliot la amo, no podría soportar perderla y menos por este engaño, unas fotos que no son ciertas.

- Lo siento Alaric, tanto Eduardo como ella, están tomando decisiones muy radicales.

- No puedo permitir que se vaya.

- Por supuesto que no, ve y detenla antes de que sea demasiado tarde.

Apenas termina de hablar y salgo con prisa de la oficina. Ni siquiera me despedí de Eliot pero estoy seguro que lo entenderá.

Cuando estoy en la calle, subo a mi auto y conduzco rápidamente hasta llegar a su apartamento. De repente se ha formado un nudo en mi garganta y las ganas de llorar que tengo se acumulan en mis ojos. No la quiero perder, no cuando es el amor de mi vida y quiero todo junto a ella.

Toco el timbre varias veces, la desesperación y el temor me invaden. Vuelvo a tocar el timbre pero en ese momento la puerta se abre y ella sale luciendo una cara somnolienta, vistiendo un pijama y con el cabello desarreglado.

Intenta cerrar la puerta cuando se percata de mi presencia pero se lo impido y entro al apartamento sin su permiso. La escucho maldecir y vociferar unos cuantos insultos pero no me importan, solo quiero detenerla.

- Vete Alaric, no quiero verte. - masculla furiosa.

- Ya me estás viendo, así que si prefieres cerrar los ojos por mí no hay problema - bromeo.

- No estoy para tus malditas bromas, así que mejor lárgate. - grita iracunda.

- Relájate Sofía por favor, no se acabará el mundo porque me escuches un momento.

- Tienes cinco minutos. - anuncia cruzándose de brazos.

- No puedo creer que me creas capaz de cometer semejante estupidez -digo acercándome lentamente a ella-. Te amo Sofía, no quiero perderte.

Me mira profundamente, es la primera en estos tres días que hablamos y ella parece meditar mis palabras.

- Las fotos se ven muy reales Alaric, no me creas tonta. - finalmente masculla pareciendo reacia.

- Son montajes mi amor, no son reales, entre Amanda y yo sólo hay una bonita y verdadera amistad.

Noto como se pone celosa ante la mención de Amanda. Sofía es muy acomplejada e insegura, no cree que yo me haya enamorado de ella. Pero le demostraré que está equivocada, que mis sentimientos son de ella y que es la única mujer que deseo y amo.

- Pero estuviste con Amanda esos días..

- No pasó nada Sofía, créeme. Deja de pensar que entre ella y yo existe algo porque no es así, me enamoré de ti y sólo contigo quiero pasar el resto de mis días. Entiende que no podía dejarla sola, Eduardo esos días había tenido que viajar de improvisto y debía acompañarla, además tu también estabas de viaje, de lo contrario la compañía se la hubiésemos hecho juntos.

Las lágrimas se acumulan en sus ojos y está aguantando las ganas de llorar. Me acerco aún más, permitiéndome hacerlo y la abrazo.

- ¿Quién quiere hacernos tanto daño? - pregunta con la voz apagada.

- No sé, pero te prometo que encontraré al culpable y lo haré pagar.

- Tengo un boleto para mañana irme a Venezuela. - susurra y me tenso.

- Lo sé -la aprieto contra mi pecho-. No quiero que te vayas Sofía, quiero tenerte conmigo para siempre.

- Antes mi decisión era irme y dejar todo atrás.

- ¿Cambió? - pregunto esperanzado.

- Si -me mira intensamente-. No me iré porque quiero estar contigo.

La beso después de escuchar esas hermosas palabras de sus labios, la lleno de caricias y le transmito todo el amor que puedo sentir. La amo y no pensaba dejarla ir, la quiero conmigo. Hace tiempo que estoy ideando la forma correcta de pedirle matrimonio, quiero una familia junto a ella, mudarnos a una casa grande y espaciosa porque quiero que tengamos muchos hijos.

Jamás había pensado en ésta parte de mi vida, en qué haría en un futuro pero ahora estoy seguro de que haré y lo que quiero. La quiero a ella por sobretodas las cosas, la quiero a mi lado siendo felices y amándonos.

Eterno © |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora