CAPITULO UNO (1)

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Hace dos días llegue a casa de mi tía Margaret con una maleta llena de ropa suficiente para todo el mes, según mi madre exagere al traer casi todo mi armario pero aquellas chicas jóvenes como yo sabemos que es mejor lo que sobra que lo que falta.

-Oye fea, tu madre al teléfono.- Mi primo Connor extendió el teléfono en mi dirección el cual tome y me lleve a la oreja, no sin antes decirle:

-Gracias engendro de mono.- Rodo lo ojos y me saco la lengua en un gesto infantil para un chico de dieciséis años.

-Caroline, esa no es forma de tratar a tu primo.

-Oh vamos, el puede decirme fea ¿y yo no puedo decirle la verdad?

-Compórtate como la chica madura de dieciocho años que eres y deja a tus primos tranquilos, solo llamaba para decirte que te extraño pero espero que el verano pase lento para así poder disfrutar un mes de tranquilidad.

-Me extrañaras más de lo que crees, siempre pasa lo mismo, luego de una semana me ruegas para que vuelva a casa.

-Tengo que mantener mi papel de madre mientras estés a la distancia hija.- Dijo luego de soltar una pequeña risa.- Tengo que irme, se buena y compórtate, saluda a tu tía de mi parte. Te quiero.

-Siempre me comporto y también te quiero.

Colgué la llamada y luego comencé a caminar en busca de mi tía Margaret.

-Aquí estas.- Dije entrando al jardín- Mama te envía saludos.

-Gracias cariño, la llamare luego.

Tía Margaret es una mujer de 60 años llena de vida y paciencia para así poder aguantarnos a todos sus nietos y sobrinos que venimos siempre a quedarnos de visita, en realidad ella es mi tía abuela, tuvo dos hijas a quienes también llamo tías porque así mi madre me acostumbro de pequeña, y son madres de mis queridos primos. Tía Julieta es la mayor y madre de Trenton de veinte años y Rosalie de 10 mientras que Tía Marie es madre de Steve de dieciocho años Connor de Dieciséis y Jamie de quince. Por tener casi la misma edad somos bastante unidos siempre que estamos juntos y hacemos diversas cosas sin dejar a nadie atrás, excepto a la pequeña Rosalie que prefiere jugar con niñas de su edad claro está, también tengo una prima mas llamada Lucy tiene también

dieciocho pero ella es hija de otra tía lejana, vive en la cuidad y también viene siempre de visita mientras que los demás viven en el pueblo desde su nacimiento menos Trenton, el se fue a estudiar a la cuidad para tener un mejor futuro. Siempre que los tres venimos en el verano la pasamos de maravilla por la compañía de todos.

-¿Sabes cuando llegara Trenton?- Le pregunte a mi Jamie mientras me tiraba en el sofá a su lado para ver caricaturas.

-De hoy a mañana según escuche a Tía Julieta, estaba emocionada porque hace mas de 6 meses no lo ve, ya sabes la universidad y todo eso.

Iba a responder pero el ruido de la puerta siendo azotada violentamente me hizo saltar de mi lugar, viendo en dirección al ruido encontré a una Lucy completamente empapada con su maleta en las mismas condiciones, tenía la respiración acelerada y sus ojos por poco y echaban fuego debido a su evidente enojo.

-¡CONNOR!- Grito- Trae tu maldito trasero aquí y pon la cara como hombre.

-Lo haría, pero no soy un hombre, soy un niño de dieciséis años.- Escuchamos desde el piso de arriba.

-Te matare.- Grito de vuelta.

-¿Que fue lo que te paso?- Pregunte llegando a su lado.

-¡Caroline!- Sus ojos se abrieron al igual que sus brazos al mismo tiempo en que me abrazaba, mojando en el proceso mi ropa- Te extrañe mucho.

-Oh claro ¿y a mí no me extrañaste?- Pregunto Jamie cruzada de brazos pero con una sonrisa.

-A ti también te eche de menos- dijo abrazándola de igual forma- Estas hermosa, cambiaste mucho en unos cuantos meses.

-¿Podrías decirnos que fue lo que te hizo Connor?- Pregunte de nuevo.

-Baje de mi taxi y al entrar al jardín vi al idiota regando las flores con la manguera, me acerque a saludarlo felizmente y al verme me abrazo con una mano mientras que con la otra se encargaba de poner la manguera por encima de mi cabeza.

-Bueno, sabes cómo es, lo mejor es desconfiar.- Dije dándole unas palmaditas en la espalda.

-Eso lo dices tú porque a ti te tiene miedo y nunca te hace nada.- Respondió rodando los ojos.

-Yo lo golpeo tu no.

Tía Margaret entro en ese momento, sus ojos viajaron por la habitación deteniéndose en nosotras o más bien en Lucy cuya ropa mojada destacaba más.

-¿Connor?- Pregunto a lo que nosotras asentimos.

Ella suspiro y negro repetidamente con la cabeza.

-Hola cariño.- Abrazo a la recién llegada afectuosamente como siempre lo hacía con todos los que llegábamos- ¿Qué tal el viaje?

-Largo tía.- Hizo un puchero mientras correspondía a su abrazo.

-Ve a dejar tu maleta en la habitación de siempre compartes con Caroline y cámbiate de ropa.

Lucy asintió y estaba a punto de subir las escaleras pero unas voces se escucharon en la entrada, de inmediato reconocí una de ellas y corrí a abrirla, cuando lo hice vi a mi primo favorito cruzar el jardín, al verme una sonrisa de dibujo en su rostro, cuando estuve lo suficientemente cerca salte y enrede mis piernas en su torso al estilo koala, dándole un abrazo.

-No sabes cuánto te extrañe Trenton.- Dije con la cabeza hundida en su cuello.

-No se nota.- Respondió sarcásticamente.- También te extrañe pequeña.

Nuestra relación es bastante buena, más que mi primo es como un hermano para mí, siempre desde pequeños nos llevamos mejor que con el resto, nos entendemos y tenemos como el mismo temperamento y forma de relacionarnos, el cuida de mi al igual que yo cuido de él.

-Oye deja un poco de Trenton para nosotras.- Escuche decir a Jamie a mis espaldas.

Levante la cabeza e iba a responderle pero un par de chicos captaron mi atención, estaban detrás de mi primo y miraban la escena divertidos. Me baje rápidamente de mi primo al mismo tiempo que sentí mis mejillas calientes por la vergüenza, ese tipo de saludo es normal para mi familia pero hacerlo frente a extraños es raro.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora