CAPITULO VEINTINUEVE (29)

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SAM

OCHO MESES DESPUES

Gritos, llantos y chicas emocionadas de todas las edades era lo que veía a diario desde que mi carrera musical había despegado tan repentinamente.

Al principio fue la composición de canciones lo cual fue un tiempo ahorrado debido a mis canciones personales escritas tiempo atrás, lo que nos llevo directamente a los arreglos en cuanto al ritmo y demás cosas, cuando mi primer sencillo fue lanzado todos en la disquera estaban un poco asustados por mi poca fama, eran muy pocos aquellos que habían escuchado hablar de un joven llamado simplemente Sam. Sin embargo, en una semana mi canción era la más escuchada en todas las radios del país, las personas comenzaron a buscarme en Google y YouTube y así poco a poco fui ganando más y mas apoyo de personas que no conocía pero que querían ayudarme a subir aun mas.

Todo era lo que siempre había querido. Me gustaba pensar que las personas que veía en la calle con sus audífonos tal vez estaban escuchando mis canciones. Daba conciertos varios días por semana y me tocaba estar en movimiento siempre, dormía muy poco ya que estábamos alistando mi segundo álbum que sería lanzado exactamente un año después del primero.

Me había ido de casa hacia ocho meses, prácticamente dormía en el estudio de grabación y siempre salía de una entrevista para entrar en otra. Mi padre no estaba muy feliz con mi éxito, según él, mi amor por la música solo era una etapa corta que se esfumaría al momento de no tener el más mínimo avance, mi madre por el contrario no paraba de hablar de mí con sus amigas y lucirse diciendo que era la madre de la nueva revelación musical. Mi hermana y muchas personas más decían que mi música era un poco parecida a la de Ed. Sheeran pero yo siempre respondía que con suerte algún día llegaría a ser solo la mitad de bueno que el.

-Oye estrellita, debemos irnos ahora.

Quite mi vista de la ventana para posarla sobre Allison quien me miraba con una sonrisa.

-Lo siento, el tiempo se paso volando.

-Sí, claro como sea, levántate. Debo prepararte para tu entrevista en una hora.

Asentí y la seguí al vestidor donde ya tenía un conjunto preparado. Lo mire y sonreí, era justo lo que quería.

-Eres la mejor.

Ella me miro con aires de suficiencia y soplo por encima de su hombro.

-Dime algo que no sepa.

Me vestí y salí en busca de su aprobación, ella me miro de pie a cabeza analizando todo detalle.

-Me gusta. Ahora ven para arreglarte un poco el cabello.

-Sabes que tengo personas encargadas para eso ¿Verdad?

Ella comenzó a peinar un poco mi cabello dejándolo naturalmente despeinado, lo tenía más largo así que se podía hacer bastante con él.

-Sí, pero nadie lo hace mejor que yo.

La mire y vi ojeras bajo sus ojos.

-Deberías descansar más, el pequeño Ares lo necesita.

Dije acariciando su gran vientre de seis meses.

Ella soltó un suspiro y puso sus manos sobre las mías.

-Estoy bien, solo no me gusta estar en un solo lugar. Cuando vas a las entrevistas tengo un gran espacio libre que no me gusta pasar estando sentada, solo quiero ser útil.

-Y yo solo quiero que seas como una embarazada normal.

-Lo soy.

-No lo eres, a veces incluso haces el trabajo de mi representante. Cuando te dije que vinieras conmigo no fue para esto, fue para cuidar de ti y del bebe, te deje a cargo de mi guardarropa porque se te da excelente pero no quiero que te sobre esfuerces con cosas que no son tu responsabilidad.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora