CAPITULO CINCO (5)

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-Caroline, quiero presentarte a Liz, mi novia.- Tenia a mi primo junto a una chica blanca de cabello negro y ojos verdes, sin mencionar que era muy delgada. La chica me sonrío y tengo una mano en mi dirección.

-Un placer conocerte, Steve habla mucho de ti.- Dijo cuando estaba apretando mi mano.

-El placer es mío.- Sonreí falsamente de vuelta. La chica no me había caído bien, trataba de ser perfecta, y aquellas personas así son las que más dañadas están, en sus ojos se veía a simple vista a una persona egocéntrica y antipática.

Estaba rodeada de toda mi familia incluida las madres de mis primos, así que no le diría mi opinión a mi primo inmediatamente, pero luego hablaría con él. La noche paso rápido y en un momento Steve fue a acompañar a Liz a su casa, mientras estaba esperándolo en las escaleras de la entrada, cuando alguien llamo mi atención al otro lado de la calle, ese alguien también pareció notarme porque se acerco corriendo a mí.

-¿Qué haces afuera tan tarde?- Le pregunte a un Sam sudoroso y con la respiración un poco agitada.

-Ejercicio nocturno, ¿Y tú?

-Espero a que Steve llegue.

-Acabo de verlo con una chica de cabello negro ¿Esa es la chica con quien sale?- Pregunto haciendo una mueca.

-Sí ¿Por qué la cara?

-Bueno, se que todos tenemos gustos diferentes, pero esa chica se ve un poco postiza.

¡JA! Sabía que no era la única en pensar eso.

-Bueno debo irme. Nos vemos mañana Caroline.

-Claro.

Me guiño un ojo y se fue. Lo seguí con la mirada hasta que lo perdí de vista calle arriba.

-¿Qué hacia aquí a esta hora?- Pregunto alguien a mi lado, lo que me hizo saltar en mi lugar.

-Me asustaste.-Mire de reojo a Steve- Solo pasaba por aquí y vino a saludar.

-Oh.- Se quedo un momento en silencio- Se que Liz no te cayo muy bien, ¿Por qué?

-¿Cómo sabes que no me cayó bien?

-Por favor Caroline, te conozco de toda la vida, se cuando algo no te gusta.

-Lo siento, pero tu novia es algo extraña, digo entiendo porque te gusto, es hermosa. Pero no lo sé sus ojos demuestran cosas que no son buenas.

-Déjame ver si entiendo.- Se puso de pie – ¿Esperas que te entienda solo con decirme que no te cayó bien mi novia por lo que dicen sus ojos? Eso es estúpido, ella es una gran chica y me hace feliz.- comenzaba a enojarse, podía notarlo.

-Te digo lo que veo, tu novia no me agrado, no es mi culpa y no puedes obligarme a quererla.- Dije de igual forma.

-Deberías estar feliz por mi felicidad al menos.

-Solo eres feliz porque la chica tiene buen cuerpo e imagino que es buena en la cama, pero mira más allá de eso, es egocéntrica y postiza. ¡Ni siquiera se le ve amor por ti! – A estas alturas ya ambos estábamos gritándonos.

Se quedo en silencio un momento mirándome con ojos llenos de ira, el nunca me había mirado así y odiaba que todo fuera culpa de una chica. Yo era su prima y la estaba prefiriendo a ella en primer lugar.

-Me importa una mierda lo que tú o el resto piensen, la quiero y estaré con ella aunque a ti no te guste la idea.

Comenzó a subir las escaleras restantes para entrar, pero cuando estaba en la puerta le dije:

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora