CAPITULO DOCE (12)

88 10 1
                                    

Caminaba a paso seguro por las calles del pueblo que me vio crecer cada verano, decidida a encontrar la causa de los celos exagerados de Trenton y la actitud extraña de Sam, habían pasado varios días desde que fui a verlo a casa de su abuela pero desde ese dia las cosas habían sido diferentes, el estaba siempre atento conmigo cariñoso y especial, pero habían momentos en los que su celular sonaba y rápidamente se iba a contestar lejos, como si le diera miedo contestar a mi lado, se lo reclame pero siempre me decía que no tenía nada interesante para hablar frente a mi cosa que me pareció estúpida, al cabo de varias llamadas deje de preguntar y solo observaba sus gestos al hablar esperando encontrar una pista para su comportamiento, pero siempre su cara era la misma, neutral a la hora de hablar.

Llegue a casa de tía Julieta y toque la puerta rogando que fuera Trenton quien me abriera para así ahorrarme saludos y preguntas, quería simplemente preguntarle a Trenton todo y salir de ahí con una respuesta. Para mi buena suerte fue Trent quien abrió.

-Hola.- Se veía confundido- ¿Qué haces aquí?

-Vine a hablar contigo, es urgente.- Di un paso para entrar pero el bloqueo la puerta.

Lo mire extrañada.

-Y-o eh, ¿T-iene que ser ahora?- Mi primo solo tartamudea cuando está nervioso.

Entre cerré los ojos y lo mire de pies a cabeza. Sus pantalones estaban mal abrochados, su cinturón estaba abierto y no tenía camisa. Su cabello estaba hecho un desastre y sus labios estaban más rojos de lo normal.

-¿Con quién estas?- Levante una ceja

Iba a responderme cuando una voz a su espalda lo interrumpió.

-Cariño ¿por qué tardas tanto?

La rubia del bosque estaba de pie con los brazos cruzados llevando solo una camisa de Trent que apenas y tapaba lo suficiente.

-Por favor no lo arruines de nuevo, me tomo mucho volver a conquistarla.- Me rogo entre dientes. La rubia no me veía porque mi primo me tapaba con su cuerpo así que decidí tener piedad y esperar un poco más.

-Iré a dar una vuelta, más vale que al regresar la chica ya no este, es urgente de lo que tenemos que hablar.

El me sonrió como un niño en navidad me dio un beso rápido en la frente y cerró la puerta no sin antes susurrar un “eres la mejor”

Di un par de vueltas saludando a las personas que conocía, este pueblo era pequeño y en el mi madre había crecido así que todos me conocían por ella y nuestro inminente parecido, todo físicamente mío era gracias a la belleza de mi madre excepto la boca, era la de mi padre, era lo único que había sacado de el gracias a el cielo.

Paso media y pensé que ya era hora de volver con Trenton, les había dado bastante tiempo como para terminar y que la chica se marchara.

-¿Listo?- Le dije cuando abrió la puerta.

Estaba bien cambiado y se notaba que se había dado una buena ducha.

-Listo, demos una vuelta.

-Oh no, ya di muchas vueltas mientras tú terminabas de tener sexo con esa chica.

-Bien, entonces quedémonos aquí.- Se sentó en la gran silla que estaba en la entada de la casa, hacía mucho calor así que preferí quedarme afuera con él.- ¿De qué querías hablar?

-¿Qué es lo que pasa con Sam?- Fui directa.

Todo de Trenton se tenso apenas dije su nombre.

-¿Qué quieres saber?

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora