CAPITULO DIEZ (10)

141 14 1
                                    

SAM

Estaba como un loco buscando el casco de mi motocicleta, no estaba donde siempre lo he dejado desde que llegamos aquí y eso me estaba alterando, tenía que recoger a Caroline en quince minutos para nuestro paseo y  yo seguía sin encontrar el maldito casco.

-¿Has visto mi casco?- Le pregunte a Logan que también iba de salida a encontrarse con La prima de Caroline.

-Si no está donde siempre lo dejas, no tengo idea.

Bufe y seguí en busca del casco, iba pasando por la sala de la casa de mi abuela cuando vi a Trenton sentado en una mecedora tranquilamente con mi casco sobre sus piernas. Con rabia por saber que era su culpa ir tres minutos tarde, le arrebate el casco y lo mire.

-¿Qué mierda tienes en la cabeza?

-Lo mismo que tu al meterte con Caroline cuando te dije explícitamente que no lo hicieras.

Su mirada era tranquila, pero lo conocía bastante bien como para saber que estaba realmente enojado.

-No tengo tiempo para esto, voy tarde para ir por Caroline.

Camine un par de pasos cuando sentí un jalón en mi camisa que me hizo girar.

-No te pases de listo conmigo. Hablaremos de esto y será en este momento.

Me solté de su agarre y lo mire con mala cara.

-Si quieres hablar conmigo me temo que tendrás que esperar, Caroline me espera y para mí, ella es primero.

-Cuando vuelvas estaré esperándote.

Me gire nuevamente y camine rápidamente hasta mi moto, la encendí y llegue a casa de la tía Margaret en menos de dos minutos, por suerte nuestras familias vivían cerca. Toque solo una vez y enseguida una hermosa chica de piel trigueña y ojos chocolate algo baja de estatura me abrió la puerta con una sonrisa.

-Lamento el retraso, no encontraba el casco.

Esperaba un regaño por haber llegado unos minutos tarde pero en vez de eso se puso de puntitas y me beso la mejilla, esta chica era enserio genial, no era como ninguna otra y eso era lo que más me encantaba.

-No te preocupes, no tengo prisa de todos modos.- Sus ojos brillaban cuando me miraba y eso me hacía sentir un tanto especial.

-¿Dónde quieres ir?- Habíamos estado saliendo todos los días de la semana y ya no tenía idea de donde llevarla, no conocía bien este pueblo y donde la había llevado eran los lugares que mi abuela me recomendaba. Lo sé, patético.

-Tengo un lugar bonito que enseñarte.- Tomo mi mano y me condujo a la motocicleta.

-¿Segura no es ningún mirador? Sabes lo mucho que los odio.- Ella hizo una mueca y negó con la cabeza. Hasta haciendo muecas era hermosa. Mierda, ya hasta pienso como un chico enamorado.

-Solo conduce al bosque, yo te diré por donde.

Subimos y conduje justo por donde iba indicándome, hasta que llegamos donde unos días antes habíamos encontrado a Trenton con esa chica rubia, el mismo día que estuve a punto de besarla por primera vez. Bajamos y caminamos por un sendero angosto que apenas y se veía, supongo que pocas personas vienen aquí.

-Te digo que si tu plan es violarme no era necesario todo esto, yo me dejo hacer por ti lo que quieras.- Abrió los ojos y volteo y cabeza no sin antes darme un golpe en el brazo mientras reía, me encantaba cuando la tomaba con la guardia baja o la sorprendía.

Seguimos caminando hasta que llegamos el final del sendero y lo único que vi fueron dos árboles bastante unidos que si mirabas bien apenas y cabria una persona por el medio, sus ramas y hojas tapaba el hueco entre ellos.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora