CAPITULO TRECE (13)

78 7 4
                                    

-¿Qué te parece si vamos a comer?- Pregunto Sam desde su motocicleta.

Habíamos quedado en salir pero no sabíamos exactamente donde ir y la idea de ir a comer me parecía perfecta porque tenía hambre.

-Por mi está bien.

Comimos en un lugar cerca al parque principal mientras reíamos y nos contábamos cosas sin sentido, como siempre estaba pasándola de maravilla con las ocurrencias de mi acompañante las cuales hacían que las personas a nuestro alrededor nos miraran con cara de fastidio pero no nos importaba, para nosotros lo único importante era nuestra diversión, el resto del mundo podía irse al infierno.

Nuestra charla estaba siendo realmente entretenida, cada día que pasaba al lado de Sam mas quería de el, era como una sensación realmente buena de la que nunca estaba satisfecha. El seguía hablando sobre cómo se rompió el brazo jugando futbol pero yo tenía mi mente en otro lugar, específicamente en la cuidad esperando al menos tener una oportunidad con él en nuestro lugar.

-¿Qué pasara con nosotros cuando el verano acabe?- Pregunte interrumpiendo su historia.

Mi pregunta lo había tomado por sorpresa, lo veía claramente en sus ojos, después la tensión se apodero de él, sus hombros estaban rígidos.

-Todo volverá a la normalidad.- Su voz se había vuelto fría y distante.

-Eso ya lo sé, pero entre nosotros…

-No puede haber un nosotros fuera del pueblo Caroline.- Corto mi frase antes de poder terminarla.

-¿Por qué no? Vivimos en la misma ciudad, un poco lejos pero podría funcionar.

-No, no podría. Voy a comenzar mi carrera musical y una relación solo me distraería, aparte de eso tú tienes que seguir con tu trabajo y luego la universidad, sería imposible.

Mientras decía eso había llamado y pagado al mesero nuestra comida, se levanto sin mirarme y comenzó a caminar hacia la salida, las personas nos miraban pensando seguramente que éramos unas personas realmente bipolares. Tome mi bolso rápidamente y corrí hasta alcanzarlo, cuando estábamos frente a la motocicleta tome su brazo y lo gire hacia mí.

-¡Sam! ¿Por qué de repente estas huyendo de mi?, solo dije que podríamos tener una relación, créeme podemos hacerlo funcionar, yo tomaría mis horarios y los acoplaría a los tuyos es bastante fácil solo tienes que…

No había terminado de hablar cuando tomo su casco y lo lanzo al suelo haciendo un ruido sordo, instintivamente di un paso atrás asustada por su reacción.

-¡Tu, tú y tu! Solo estas pensando lo que tú quieres, eres tu quien está haciendo planes, eres tú la que quiere una relación en la cuidad, pero ¿te has detenido a pensar un poco en lo que yo quiero? ¡No! Ni siquiera me has preguntado si tener una relación es lo que quiero y sabes que, no quiero una.

 Estaba furioso, sus ojos por poco y echaban fuego sin embargo, no estaba gritándome, había levantado la voz un tono pero no para llegar a los gritos.

-¡Te lo pregunte en el restaurante!

-No, me preguntaste que pasaría con nosotros, estabas afirmando lo que pasaría y haciendo planes estúpidos que no se realizaran.

Mi mirada se cristalizo en menos de un minuto, sus palabras dolían pero no me iba a derrumbar por eso.

-Si no querías una relación ¿Por qué haces todo eso? ¿Por qué me tratas como si fuera la chica más especial del mundo? ¿Por qué te comportas como un maldito novio lo haría?

-Vine aquí a vacacionar, no a conseguir una novia. Tengo mil y un problemas en casa los cuales al estar contigo desaparecen, pero no por eso tengo que ponerte un tonto anillo de compromiso y jurarte amor eterno.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora