CAPITULO VEINTIUNO (21)

106 5 0
                                    

Desperté enredada en las piernas de Sam. Me separe solo un poco sin quitar el lio de sabanas y piernas que teníamos para detallar mas su rostro. Era un chico realmente atractivo pero parecía más un hombre que un adolecente, fácilmente la gente pensaría que él era el mayor de nuestra relación pero la realidad era distinta, yo era la más madura debido a todas las cosas que había pasado las necesidades y demás obligaciones me hicieron crecer demasiado rápido, a mis catorce ya pensaba en trabajar y mantener a mi madre o al menos ayudarla en ciertas cosas económicas. Sin embargo, a su lado todas mis preocupaciones responsabilidades e incluso la madurez se esfumaban todo pasaba a un segundo o tercer plano cuando lo tenía frente a mí con esa cara tan pacifica, sus ojos cerrados y respiración lenta me hacían querer tenerlo conmigo una temporada larga. Entendía que lo nuestro seria duro por el tiempo y demás cosas pero entre los dos nos empeñaríamos en hacerlo funcionar yo daría lo mejor de mí para esto y el también o eso me había prometido hasta ahora.

Nuestra noche anterior había sido unas de las mejores. Cuando volvió a mi habitación con todas esas bolsas me emocione pero al notar su mirada distante y un poco triste me confundí totalmente luego lo pensé mejor y llegue a la conclusión de que ir por todas esas compras debió haberlo dejado exhausto. Se había comportado de una forma realmente especial me había traído todo lo que me gustaba y vimos películas hasta altas horas de la madrugada, fue él quien se quedo dormido primero. Al llegar los chicos Trent fue el primero en ir a verme. Cuando nos vio acurrucados su rostro se puso rojo de la rabia, tuve que decirle lo que realmente me pasaba para que su cara volviera a su color normal pero sin quitar esa mirada de desconfianza hacia su propio primo.

-¿Debería llamar a la policía?- La voz de Sam estaba realmente ronca por las horas de sueño- No es normal que una chica te acose mientras duermes.

-¿Olvidas que dormiste con esta chica?

Me abrazo por la cintura pegándome a él de nuevo.

-Cierto. Es una lástima, hubiera podido sacarte mucho dinero.

Comenzó a besarme la cara repetidas veces.

-Como no puedo sacarte dinero te sacare muchos besos.

No podía dejar de reír, esta situación era tan estúpida pero tan tierna que no sabia como reaccionar salvo riéndome.

-¿Qué le haces a mi prima?

Steve nos miraba con los ojos entre cerrados, deje de reír pero la sonrisa en mi cara no me la quitaba nadie. De reojo vi a Sam rodar los ojos con fastidio.

-Le estoy clavando un puñal en el estomago ¿Qué acaso eres ciego?

Milagrosamente Steve decidió ignorar el comentario sarcástico de Sam y se limito a mirarme.

-Saldremos de nuevo hoy y ustedes irán con nosotros ya que anoche no lo hicieron.

Faltaba poco para que el verano acabara así que quería pasar todo el tiempo posible con mis primos antes de marcharme.

-Claro no hay problema.

-Bien.- estaba por salir de la habitación pero lo detuve.

-¿Tu novia ira?

Su rostro mostro incomodidad un momento.

-No, ella tiene cosas importantes que hacer según me dijo.

-¡Bien!- me levante de la cama de un brinco sintiéndome mucho mejor que la noche anterior. Esas pastillas hacían magia.

Sam se fue a su casa luego de un rato. Todos los primos estábamos reunidos, charlábamos sobre qué hacer para esta noche mientras terminábamos nuestro almuerzo. Así pasamos la tarde discutiendo distintos lugares y distintas horas hasta llegar a un acuerdo.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora