CAPITULO CATORCE (14)

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SAM

Me estaba volviendo loco sin ella. Habían pasado unos días desde que me cerró la puerta en la cara después de decirme que para ella nuestro verano había terminado, me sentía como una mierda, la extrañaba, juro que lo hacía, me había encariñado y acostumbrado a ella de una forma aterradora, nunca fui un hombre apegado a los demás y sentir un vacio en mi pecho por la falta de alguien era extraño y horrible. A pesar de todo no podía hacer nada porque fui yo quien la alejo diciéndole todas esas cosas que en realidad no quería pero eran necesarias, no podía tener una relación con ella fuera del pueblo y tenía que entenderlo de alguna forma.

Cuando le dije todo eso no sabía si era para hacerla entender a ella que lo nuestro no podría ser o si era para convencerme a mí mismo que era lo mejor, de cualquier forma se sentía horriblemente mal tenerla lejos de mí. Extrañaba tanto hacerla reír y besarla que de solo pensar en eso mi pecho ardía, odiaba al maldito destino por haberse encargado de darme a una chica hermosa y por la cual sentía miles de cosas nuevas precisamente en un momento tan crítico en mi vida donde no podía tener nada con nadie.

-Sam, la abuela dice que salgas de tu habitación, hace días no lo haces.- Logan estaba de pie frente a mí con su mirada de cachorro regañado. Siempre ponía esa cara cuando quería conseguir algo, de seguro la abuela le dijo que usara su táctica conmigo.

-Estaré aquí el tiempo que yo quiera.- Gire en la cama dándole la espalda. Eso no iba a funcionar conmigo.

-Sé lo que paso con Caroline, Lucy me lo conto.

Eso llamo mi atención haciéndome saltar de la cama quedando sentado mirando a mi primo.

-¿Cómo esta ella?- No me moleste en ocultar el desespero en mi voz.

-Ella está bien, arreglo las cosas con Steve y han salido varias veces, pero su mirada se ve triste hermano.

Escondí mi cara en mis manos y negué repetidas veces.

-Fui un imbécil.

-Hiciste lo que tenías que hacer, de lo contrario terminarías lastimándola aun más al final del verano.

Solo Trenton y Logan sabían de mi complicada situación en la cuidad.

-Pero no quería hacerlo, lo hice en contra de mi voluntad. Quiero estar con ella Logan.

-A veces tenemos que hacer cosas que nos lastiman para el bienestar de alguien más.

-La lastime, sus ojos solo mostraban el dolor que les hacia mis palabras pero no me detuve.

-Puede que la hirieras ahora, pero le ahorraste un dolor aun más grande a largo plazo.

No respondí, solo me acosté de nuevo en la cama, pensando en ella y en su forma de hacerme sonreír por cualquier tontería, solo ella tenía ese poder sobre mi, lograba robarme sonrisas verdaderas en todo momento, solo me hacía falta mirarla para tener las comisuras de mis labios elevadas por su encanto.

Escuche los pasos de Logan alejarse por el pasillo suspire aliviado y volví a pensar en ella rápidamente mi mente viajo a nuestros recuerdos, todos ellos eran realmente especiales para mi, hacían que se me acelerara el corazón de forma estúpida. Era una lástima no poder estar con ella, quería seguir sintiéndome especial siempre, pero sin ella era imposible, sabía que nadie me había hecho sentir así y dudaba que alguien más lo lograra.

Escuche pasos lentos acercarse a mi habitación.

-Déjame en paz Logan, no voy a salir.- Dije con los ojos cerrados.

-No salgas entonces, pero al menos cuéntame que es lo que te tiene de esta forma.

Abrí los ojos y vi a mi abuela sentada al borde de mi cama, sus ojos cansados me miraban con cautela y suavidad, como si yo fuera un animal y temiera asustarme en cualquier momento.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora