CAPITULO VEINTIOCHO (28)

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Desde que era una niña siempre fui transparente con mis emociones, por más que intentara demostrarme fuerte o para nada preocupada nunca lo lograba es por eso que estar de pie frente a Steve mientras él me pregunta una y otra vez como estoy y si estaré bien es realmente un desafío, porque aunque le responda que no necesito nada lo único que quiero es llorar y desmoronarme de una vez, fue todo un record personal haber ido al cine y hablar un poco con mi primo sin derramar ni una sola lagrima pero en este momento es lo único que quiero hacer.

-Estaré en mi habitación por si necesitas algo.

Asiento con la cabeza incapaz de decir una sola palabra porque sé que mi voz solo se cortara en cualquier momento. El me mira un momento y aprieta sus labios queriendo decir algo más pero dejándolo así por miedo a mi reacción. Sin decir una palabra más se va a su habitación. Cierro la puerta y me acuesto en mi cama abrazando de nuevo el gorro de Sam y dejándome llevar por las emociones contenidas y lagrimas que estaban tan impacientes por estar libres.

-Fue lo mejor. Fue lo mejor. Fue lo mejor.

Repito una y otra vez entre sollozos tratando de convencerme a mi misma que tome la decisión correcta.

Pero, si fue la decisión correcta ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué siento que cometí un gran error?

<< -¡¿Cómo crees que me siento ahora?! Estoy destrozado maldita sea. Podría jurar que me duele más a mí que a ti. >>

Recuerdo las palabras que me dijo en la terminal de buses, no le creí en ese momento, pensé que solo era otra mentira pero al verlo hoy de rodillas, con sus ojos llenos de lagrimas y su nariz y mejillas rojas realmente le creí cada palabra, estaba destrozado al igual que yo, incluso un poco más. A pesar de eso no pude verlo a la cara sin sentir de nuevo ira por el engaño en que me tuvo todo el verano, si tan solo me hubiera dicho la verdad las cosas habrían sido diferentes, lo hubiera aceptado con ese secreto, hubiera entendido todo. Pero el escogió el camino de las mentiras y eso lo arruinó todo.

Cuando lo vi después de tantas semanas lo primero que se me vino a la mente fue besar de nuevo esos perfectos labios que tanto me gustaron desde el primero momento en que lo vi, al parecer el tuvo la misma idea que yo. No quería besarlo, no quería sentirme débil de nuevo, no quería aceptar que ese beso sería el último, pero lo hice, al besarlo trate de disfrutar al máximo esa cálida seguridad que él me brindaba a pesar de todo.

Por un momento quise olvidar todo y simplemente aceptarlo de vuelta, pero ¿Cómo se puede volver a estar con alguien que te causo dolor?

¿Cómo volver a confiar en una verdad después de una mentira?

Tome mi teléfono como última alternativa. Marque su número y espere.

-¿Hola?- su voz sonaba adormilada.

-Tú y tu costumbre de no mirar antes de contestar.

-¡Caroline!- sonaba despierto y sorprendido de golpe.

-Hola Trent.

Desde lo que paso en el pueblo no habíamos vuelto a hablar. El me llamaba cinco o seis veces por semana pero en ninguna de ellas le contestaba. Steve tampoco quería hablarle así que no supe nada de él hasta ahora.

-No sabes cuánto te he extrañado, en serio lo siento, no quise hablarte de esa forma ni ocultarte nada.

-También te extrañe.

No dijo nada, al parecer mi tono de voz me delato.

-¿Qué pasa?

-Saque a Sam de mi vida definitivamente.

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora