CAPITULO VEINTIDÓS (22)

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-¿Estarás bien?

Sam acariciaba mi mejilla en la puerta de salida. Habíamos llegado hacia unos minutos pero le había pedido que se fuera.

-No te preocupes, los demás llegaran en un rato.

-Está bien mi pequeña guerrera.

Esas palabras me hicieron sentir un poco orgullosa pero a la vez avergonzada por la forma que me había visto actuar.

-Tú noqueaste a ese chico de un solo golpe. ¿Quién hace eso?

Se sobo la mano.

-Todo está en la muñeca.

Sonreí y me incline frente a él. Lo bese.

-Gracias por defenderme siempre.

-Gracias a ti por llegar a mi vida.

Me beso de nuevo y se fue.

Entre a casa y me encontré a tía Margaret tomando una taza de café en la cocina. Sonrió al verme entrar pero cuando detallo mi cara toda alegría se fue.

-¿Qué te paso?

Ni siquiera me había visto en un espejo así que al verme en el reflejo de la nevera entendí porque su preocupación. No estaba irreconocible como había quedado Liz pero si tenía unos raspones en el cuello y aruños en las mejillas. Se curarían rápido.

-Vi a la novia de Steve con otro chico y la golpee.

-¡¿Qué?!

No respondí, no iba a mentirle no a ella.

-Siempre supe que esa chica tenía algo extraño. No tenía amor en los ojos cada vez que miraba a Steve.

-Lo sé, yo se lo dije pero no me escucho.

Nos quedamos calladas unos minutos, ella de vez en cuando le daba sorbos a su café, yo solo miraba la ventana.

-Más vale que le hayas dado su merecido.

Eso me hizo reír. Tía Margaret era una mujer que repudiaba la violencia y oírla decir eso fue sorprendente y gracioso.

-Puedes preguntarle a los demás. Su cara quedo irreconocible.

-¡Pues bien hecho! Esa es mi niña.

Vi el reflejo de luces en la sala lo que significaba que los chicos ya habían llegado.

Escuche la puerta abrirse de forma abrupta y a los demás correr. Lo siguiente que vi fue a Trenton tomarme en brazos y suspirar con tranquilidad.

-¡Que susto! ¡Gracias a Dios estas bien!

Confundida lo mire.

-¿De qué hablas? ¿Qué paso? La pelea no fue tan grave y tú estabas ahí.

Se separo un poco y me miro.

-Cuando veníamos de camino vimos un accidente.- sonaba desesperado- La motocicleta era una idéntica a la de Sam, la chica murió y cuando vimos todo eso casi me echo encima a los policías para que me dejaran ver a la chica. Golpee a uno de ellos y me acerque. Cuando vi a el chico me di cuenta que no era Sam por lo tanto la chica no eras tú.

Los demás estaban detrás de nosotros con caras de alivio. Lucy y Jamie tenían el maquillaje corrido, imagino que lloraron cuando pensaron que la chica era yo.

Trenton aun se veía impactado y asustado igual que Steve quien no sabía si venir o no a mí, de mas ya estaban más tranquilos.

Abrace a Trent de nuevo.

-Estoy bien, no me pasó nada, no se libraran de mi tan fácil.

Poco a poco dejo de temblar pero en ningún momento me soltó.

-Si llegara a pasarte algo yo no sabría que hacer y estoy seguro que el resto tampoco lo sabría. Eres como nuestra prima mama responsable. Sin ti no somos nada Caroline.

Los demás se acercaron a nosotros y se unieron al abrazo. Tía Margaret tenía los ojos llenos de lágrimas al vernos de esa forma.

Connor se escabullo entre todos y termino abrazando la parte izquierda de mi cuerpo fuertemente.

-Nunca nos dejaras ¿Verdad?

-Jamás.

Estuvimos todos en ese extraño abrazo un tiempo largo.

-Voy a dormir, estoy cansada chicos.

Poco a poco me soltaron. Me miraron unos segundos sin poderse creer que estaba bien y luego asintieron.

-Buenas noches. Los amo.

Subí hasta llegar a mi habitación. Me di una ducha y me puse mi pijama. Cuando estaba a punto de dormir escuche un suave toque en la puerta.

Steve asomo la cabeza con timidez.

-¿Puedo pasar?

-Claro.

Entro lentamente y vi que en su mano tenía un botiquín de primero auxilios.

-Siéntate.

 Me senté en la cama y el hizo se arrodillo frente a mí. Tomo algodón y lo mojo en alcohol.

-Te dolerá un poco.

No respondí, el comenzó a limpiar los rasguños y raspaduras que tenia. Lo mire y vi que sus ojos azules estaban concentrados en su tarea. No podía creer como esa chica había echo lo que hizo. Mi primo era sin dudas el más atractivo de todos. Sus ojos azules y su cabello rubio llamaban la atención femenina del pueblo

Cuando termino, dejo todo a un lado y sin moverse de su lugar me miro a los ojos.

-Lo siento Cary de verdad no sabes cuánto lamento no haberte creído y estar de su lado tanto tiempo. 

Cary… hacía mucho tiempo no me llamaba de esa forma. Cuando teníamos tres años a Steve se le dificultaba decir mi nombre así que siempre me decía Cary. Dejo de hacerlo a los doce y pensé que lo había olvidado.

-No te reprochare nada más Steve, te diste cuenta quien era y estoy satisfecha por eso.

-Pero mira como te dejo.

-Esto no es nada. Valió la pena te lo aseguro.

-Para mí no. ¿Por qué no simplemente me llamaste? La hubiera visto y no hubiera sido necesario todo esto.

No respondí. Me rodeo con sus brazos.

-Gracias por defenderme de esa manera. Eres la mejor.

-Lo sé.

El amor realmente nos vuelve ciegos esperando el momento indicado para lastimarnos con aquello que no podemos ver.

Comenten chicos y chicas díganme que es lo que más le ha gustado y quien es su favorito, también quiero saber a quien odian más😂

MENTIRAS DE VERANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora