Solo un susto

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  Luke se encontraba en el piso y el caballo había salido corriendo. Tori se acercó corriendo y Tessa con sus muletas llegó más despacio, tenía su celular en la mano, estaba enviando un mensaje a su mamá para que llamará a un médico.

- Fíjate que este bien el chico, yo buscaré al caballo Luke-. Martín se alejaba.

- ¿Estás bien?-. Toria preguntó.

- Si, sólo me duele el brazo derecho. Tenía su extremidad superior derecha doblada .

- Vamos, que te revise un doctor, ya avisé, estará pronto en casa.

  Tomaron la camioneta de la casa de los Rodriguez, Toria ayudó a levantar a Luke, y luego, que él y Tessa para que entren en el vehículo y se dirigieron hacia el cascote principal.

  Los esperaba Peter y Sam, lo ayudaron a sentarse en el sillón del living. Luke estaba muy tranquilo pero Toria estaba muy preocupada y se le notaba.

  Justo llegó el médico. Luego de examinarlo por unos minutos dio su veredicto.

- No se ha quebrado, ni nada. Sólo ha sido un golpe fuerte, que lo descanse por hoy, y que por una semana no haga esfuerzos y estará bien. Si duele mucho toma un analgésico cada ocho horas y estarás bien en pocos días. Cualquier cosa vuelven a llamarme.

  - No necesita radiografía doctor-. Tori preguntó.

  Peter y Sam la fulminaron con la mirada. Y Luke se sentía feliz de que se preocupara por él.

- No querída ya que no se le ha inflamado ni le duele demasiado como cuando alguien se quiebra.

  Peter y Samantha acompañaron al doctor. Tessa se fue a su cuarto y se quedaron solos Toria y Luke.

- Que bueno que no fue nada. No sabes el susto que me di cuando te vi en suelo.

  Luke se rió con ternura, intento levantarse y Toria lo ayudó. Ambos subieron al cuarto de él. Una vez allí se sentó sobre la cama y se apoyo contra el respaldo.

- ¿Estás cómodo?

-Si pero ¿me puedes pasar esa almohada?

- Como no.

  Toria agarró una almohada azul y la puso entre la espada de Luke y el respaldo de la cama.

- No se qué voy a hacer todo un día sin mi brazo bueno-. Luke fingía un llanto.

- Yo te ayudaré, tampoco es que haces mucho-. Toria reía mucho.

- No tienen quien alimente a los animales con tanto estilo como yo.

- Creeme que no te extrañaremos por un día.

  Ambos se miraron cómplices, había algo entre ellos. Los dos lo sabían y lo sentían, pero ninguno sabía que hacer.

Estancia CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora