Parte 9

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-¡¿Mr. Caos!? ¡¿QUIÉN CARAJOS ES ESE TIPO!?- grita Vanessa alarmada.

-Vane tranquilizate, la encontraremos cueste lo que cueste- dice Thomas, pero Vanessa ya está llorando exageradamente.

Austin se me acerca y se posiciona a mi lado, tengo la vista fija en el cartel. Cómo se puede ser tan miserable de secuestrar a una indefensa chica que no tiene nada que ver con el asunto.

-Tu sabes quien es Mr. Caos ¿Verdad?- me pregunta Austin casi en susurro, para que los demás no escuchen.

-Si...- le digo y por el rabillo del ojo veo como frunce el ceño.

-¿Qué les robaste?- me pregunta, pero tendría que contarle toda la historia, y en este momento solo quiero ir a recatar a Leila y asesinar todo el que me lo impida.

-Vamonos- les digo a todos, tomo el saco de Leila entre mis manos y me lo amarro por el cuello, me subo al auto y escucho a los demás subirse.

-¡¿Alguien me va a decir qué está sucediendo!? ¡¿Por qué tomaron a Leila!?- grita Vanessa entre llantos. Thomas parece consolarla pero no está sirviendo de nada.

Mierda. No quería que nadie se enterara de esto, a la única persona que le conté parte de esto es a Leila. Y esperaba no tener que contarle a nadie más. Maldito karma.

-Escuchen, les voy a contar pero solo una vez, no lo voy a volver a repetir- les digo y doy un suspiro- Ustedes merecen saberlo... Antes de entrar al instituto actual, yo tuve problemas en el anterior...- suspiro- Asesine a alguien- digo y todos quedan petrificados- Así como ustedes se quedó Leila cuando le conté, pero no me dejo terminar. Lo que pasó es que yo tenia una compañera, Sofía era su nombre, ella padecía de cáncer, por lo cual le hizo perder el cabello y estaba muy pálida. Yo siempre la apoyaba, ya que mi madre también padeció de cáncer, la veía a ella reflejada en Sofía, era un encanto de mujer, siempre tan sonriente a pesar de los problemas- aprieto las manos al volante.

-Pero como no todo en esta vida es bueno, estaba ese Idiota de Teodoro, él era un tipo sin corazón, lastimaba a Sofía tanto físico como psicológicamente, ¡¿Cómo se puede ser de miserable para dañar a alguien que padece de cáncer!?- grito, pero luego de voltearlos a ver a todos veo sus miradas tristes y me tranquiliza un poco -Un día llegaba al instituto y vi como Teodoro frotaba la cabeza de Sofía y le decía cosas hirientes, vi como las lágrimas de Sofía brotaban de sus hinchados ojos, luego el idiota ese le dio un puño en un brazo y la empujo al suelo, hasta ese día llegó mi paciencia, me enfrente a ese tipo a base de golpes, la ira me controlaba y solo quería acabar con él- doy un largo suspiro- Y así pasó, lo mate a punta de golpes- 

-¿Y qué tiene que ver eso con Leila?- dice Austin a mi lado.

Tengo la vista fija en el camino, solo se ve oscuridad, lo único que me ilumina son las luces del auto.

-Nada, Leila no tiene nada que ver con esto. Lo que pasó fue que, al asesinar a Teodoro, de su chaqueta cayeron unos papeles, yo los tome y salí corriendo, al llegar a mi casa los abrí y eran mapas, unos mapas que guían hasta unas bodegas a las afueras de la ciudad, las bodegas están llenas de armas, dinero y lingotes de oro. Fue entonces cuando descubrí que el padre de Teodoro, el señor Mr. Caos como lo conocen, era narcotraficante, ya que también habían toneladas de cocaína. Me guarde esos papeles hasta el día de hoy. Pensé que sería una justa venganza, pero ahora tienen a Leila, la deben estar usando como venganza, debieron verla cuando estaba conmigo, y la tomaron de rehén- 

Esta historia no debería saberla nadie, absolutamente nadie, es parte de mi pasado.

Veo las luces de la finca, rápidamente estaciono el auto y me bajo.

Sé quién puede ayudarnos.

Busco entre la multitud al padre de Leila, puede que no tenga aún la suficiente confianza, pero se trata de su hija y la mujer de vida, seguro nos ayudará.

Logro visualizarlo a lo lejos, literalmente corro entre la multitud, llevándome algunos insultos por parte de los demás por empujarlos, pero ahora mismo no me interesa.

-Señor Stone- llamo al padre de Leila- necesitamos hablar en privado -Ahora mismo- le digo con total seriedad y el parece entenderlo. Se disculpa con las personas con las cuales hablaba y me guía hasta el segundo piso, entramos a una habitación que, al parecer, es su oficina.

-Dime Zac, ¿Qué es tan urgente?- me dice con seriedad.

-Secuestraron a Leila- le digo sin pelos en la lengua.

Noto la mirada del señor Stone tornarse oscura y fría, parece que lo a tomado igual que yo.

-¿Cuándo y dónde?-

-Hace unas cuatro horas, en la carretera que va hasta la ciudad- le digo y seguido de eso escucho el teléfono.

-¿Me puedes esperar afuera un momento?- me dice aun frío.

-Sí señor- le digo y salgo de la oficina.

Ahora que lo pienso, el señor Stone no se alarmó al saber del secuestro de su hija, desde que lo vi me generó mucha desconfianza, pero no puedo pensar que él tenga algo que ver con todo esto.

Me dirijo hasta la puerta de la oficina y pongo mi oído en ella.

-¿Cómo pudiste? Teníamos un trato- escucho decir al señor Stone- Si, cayó en la trampa...
Pero ni se te ocurra tocarle un pelo a mi hija... Si tranquilo, los tendrás, solo espera... te llamaré luego- escucho que cuelga el teléfono y me retiro rápidamente de la puerta. Finjo estar pensativo cuando el señor Stone sale de la oficina.

-Zac, ¿Ellos dejaron alguna nota o pista?- me dice.

-Si, un cartel que decía "devuelvan lo que nos pertenece"- le digo serio.

-¿De pronto tú sabes qué es lo que piden?- me dice como si supiera que yo lo tengo.

Ahora sé que el señor Stone tiene todo que ver con esto, es un enemigo más.

-No.. Ni idea- le digo y bajo las escaleras.

Que ni piense que haré equipo con él.


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¡Espero les guste este capitulo! ❤

En multimedia "Thomas Miller" 👀💖

!Gracias por leer!

Cathe💕

𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora