Parte 33

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-¡Leila! Rápido, tenemos que escondernos- Grita mi madre ofreciéndome su mano. Yo recobro la compostura y vuelvo a la realidad, me apresuro a tomar su mano y nos dirijimos al estudio de la madre de Vanessa.

Vanessa esta retirando una alfombra que apenas si se logra distinguir en el suelo, al levantarla se puede ver una compuerta, la cual tiene un candado que rápidamente Vanessa retira con unas llaves que ya tenía en sus manos.

-Vamos señoritas, es totalmente seguro- dice Vanessa y yo soy la primera que entra para ayudar a bajar a mi madre y a Vanessa.

Ella se posiciona sobre mis hombros alcanzando a poner nuevamente el tapete en su lugar, cerrando la compuerta con llave y candado.

-¿Tienes las llaves verdad?- digo al bajarla de mis hombros.

-Por supuesto boba, no nos dejaría encerradas aquí- dice mientras se dirije a la oscuridad, no logro ver casi nada, la única luz que entra es la de unas pequeñas grietas que hay en el techo.

-Vanessa, dime que aquí hay luz- digo y enseguida ella prende una bombilla y todo se ilumina.

Es un pequeño sotano, esta lleno de muebles viejos y estanterías vacias, una silla mesedora y algunos implementos de aseo.

-Madre sientate- le indico a mi madre la silla mesedora y ella como una niña chiquita salta hacía ella.

-Oye Vanessa, dime ¿Cómo sabes que Thomas no te está mintiendo?-

-Al principio, cuando recibí su llamada no contesté, pero él siguió insistiendo y decidí responder, se escuchaba atareado y casi susurrando me contó todo. Yo me reí en su cara y le dije que no le creía, pero, el poco tiempo en el pude conocer una parte de él, supe por su voz que no me estaba mintiendo, se disculpo por habernos traicionado, pero dijo que esto ya había ido demasiado lejos y quería ayudarnos-  Vanessa mira el suelo algo triste.

-¿Confías en él?- le pregunto.

-Confió en que quiere volver a hacer las cosas bien- dice con una sonrisa falsa.

-Cambiando de tema ¿Cómo sabremos cuando entraran en la casa?- pregunta ella.

-Tenemos que estar atentas a los ruidos, y estar calladas lo más posible, hasta que los chicos vuelvan- digo y me siento en un gran sillón cubierto de sabanas.

-Bueno, a esperar- dice Vanessa y se sienta junto a mí.




Zac POV.

Después de que Austin me contara el por qué Thomas había llamado tan de repente, empiezo a dudar en ese cambio tan repentino, pero que tal vez sea verdad.

Son aproximadamente las once de la mañana y el tráfico esta fluido. No nos demoramos mucho en los semáforos, por lo cual llegamos en veinte minutos a mi apartamento.

Estaciono el coche lejos del edificio para no levantar sospechas y nos encaminamos hasta la entrada.

Nos aseguramos de que en la entrada no este el portero y entramos lo más rápido posible al edificio, evitamos que los de recepción nos vean y camuflandonos entre las demás personas entramos al ascensor. Hasta ahora no he visto a los agentes que normalmente rodean la zona, muy extraño.

El ascensor se detiene en mi piso y nos dirigimos hasta mi apartamento, por suerte he llevado conmigo las llaves de la puerta todo el tiempo.

Entramos y... No puedo creerlo.

Todo esta roto, los muebles destrozados, los platos rotos, los cuadros en el suelo, mis estanterías despedazas junto con mis libros.

Todas mis cosas... Destrozadas.

-Que maldito es, no tiene sentimientos ese sujeto- dice Austin.

Yo no tengo palabras, me he quedado en shock. La rabia me sube lentamente hasta la cabeza, me dirijo a una pared y le doy muchos golpes con mis puños para soltar esta ira acumulada.

-¡Maldito cobarde! ¡Pagarás por todo!- digo mientras golpeo.

-Zac...- dice Austin colocando su mano en mi hombro. Me calmo un poco, mis nudillos están totalmente rojos -Zac, hemos venido por algo, no tenemos mucho tiempo, tenemos que ir por las chicas recuerda- La imagen de Leila viene a mi mente y mi rabia desaparece por completo.

-Gracias Austin, ven sigueme- le indico y entramos a mi habitación. Y cómo no, la habitación también está destrozada.

-Parece que no han encontrado mi pequeño secreto- Me dirijo a la pared junto a la cama y la toco, buscando unos grumos que me indican el marco de una pequeña puerta en la cual se encuentra la caja fuerte.
En esta pared se encontraba un cuadro, parece que lo han roto pero aún así no han podido notar que estaba la caja fuerte detrás de la pared.

Busco entre mis cosas y el suelo, un lápiz o algo con punta para romper el yeso que cubre la puerta.

-Vaya, sí que lo tenías bien escondido, ni siquiera se nota, la pintura lo tapa todo- dice Austin palpando los pequeños grumos.

Encuentro una pequeña varilla de metal que, probablemente, halla salido de mi cama.

Entierro la varilla hasta romper todo el yeso del marco de la pequeña puerta y la abro, en ella se encuentra una caja fuerte, introduzco el código y abre.

Doy un suspiro al ver los mapas en el interior y los tomo rápidamente.

-Listo, volvamos con las chicas-

Pero justo antes de salir de la habitación, vemos entrar dos cuerpos.

-Vaya vaya vaya, quién diría que nuestro patético plan funcionaría-

-Tienes razón, no creí que fueran tan tontos-

-¿Elliot?- digo angustiado.

-¿Papá?- dice Austin con decepción.

Todo esto...

Fue una trampa.







******
Otra vez Thomas ¿Por qué? 😭

¡Nuevo capítulo! Cada vez me voy acercando más al final !Que emocionante!

Gracias por leer. ❤

Cathe 💕

𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora