Parte 24

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Cabalgamos por varias horas y de vez en cuando, parabamos para que los caballos descansaran y comieran un poco de hierva. Leila se ve cansada, al igual que su madre.

Son aproximadamente las 6 de la tarde, ya se empieza a oscurecer y los pinos se ven más altos cada vez.

Miro la estrella en el cielo, puse toda mi confianza en ella, solo espero no haberme equivocado.

-Zac...-Escucho a Leila y volteo a mirarla.

Ella detiene su caballo levemente y yo hago lo mismo.

-Zac.. ¿Estamos perdidos?- dice ella con ojos aguados y su mirada triste.

Siento una presión en mi pecho, me bajo del caballo y me acerco hasta ella. Sujeto su mano y la beso.

-No Leila, no estamos perdidos, sé para donde vamos y estaremos bien, te lo prometo- le digo y le sonrio, ella me da una sonsisa inocente y se agacha a besarme la frente.

...

Después de seguir cabalgando una hora aproximadamente empiezo a pensar que tal vez me equivoque al confiar en el dicho de mi abuelo. Tal vez sí debimos seguir la carretera. Solo quería protegerlas, y creí que podría. Mis ojos empiezan a cristalizarse y me siento decepcionado de mi mismo. Bajo la mirada y miro mis manos, están rojas por sujetar tanto tiempo la soga.

-Eres un inútil Zac..-susurro para mi mismo. Pero antes de que pudiera seguir criticandome la armoniosa voz de Leila me interrumpe.

-¡Zac! ¡Mira!- dice y yo veo el lugar al que ella señala con su dedo.

Se ven unas pequeñas cabañas de las cuales sale humo por la chimenea, se ven postes de luz iluminando el pequeño pueblo, y alcanzo a ver una especie de iglesia a lo lejos.

Es un pueblo.

-¡Sí!- grito para mi mismo -¡Vamos!- les digo y ambas sonríen.

Nos dirigimos juntos hasta el pueblo y al llegar nos bajamos de los caballos, los guiamos con las sogas y nos encaminamos a buscar una persona que nos ayude.

-Zac, ¿Tocamos en las casas?- me pregunta Leila que lleva a su madre de la mano.

-Tranquilas, ustedes queden se aquí y yo buscare a alguien que nos ayude- les digo y le entrego la soga de Vengador a Leila.

-Buen chico- le digo y él solo relincha.

Me dirijo hasta las casa más cercanas y tocó la puerta de la primera. Sale una joven con un cigarrillo en la mano y una bata cubriéndola, se recuesta a la puerta y me sonríe.

-Buenas noches, me preguntaba si podri...-

-Escucha guapo, yo solo trabajo de día, pero contigo puedo hacer una excepción- dice la joven.

-¿Perdón?- digo confuso, ¿A qué se refiere? ¿Trabajo?

-Pero tienes que pagarme el doble, este cuerpito no se cuida sólo nene- dice la joven y se quita la bata dejándole verla completamente desnuda. Admito que tiene buenas curvas, pero no produce nada en mi, la única en mi pensamiento es Leila.

Me tapo el rostro con una mano y le digo -Señorita, por favor coloquese la bata, no vine por sus servicios, vine para pedirle el favor de que nos deje hospedarnos en su casa a mi... Novia, su madre y a mi-

La joven se coloca la bata nuevamente y yo la miro serio -¿Crees que esto es un hotel chico? No tengo lugar para ustedes, yo trabajo aquí, así que si no vienes a contratarme no me molestes- dice y me cierra la puerta en la cara.

Esta será una larga noche.



Austin POV.

𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora