Siempre te amaré [TERMINADA]

10. ¿Sean necesita de mi ayuda?

Capitulo 10

Narra Sean

Eran las ocho de la noche y yo sigo aquí encamado con una fiebre del infierno, necesito a alguien ahora mismo que me ayude.

Mi cama esta apegada a la pared así que, doy dos golpes a la pared y escucho a alguien maldecir, pero no veo a nadie asomarse por el balcón.

Dios, ____ asómate, cuando te necesito no estás.

Narra ____

Son las siete de la noche y yo estoy esperando a que mamá me llame para cenar.

—hija —¡si! a comer— ya ven a comer —salgo disparada a la cocina para comer—

—ya era hora, por un minuto pensé que me iba a morir —me siento en la silla junto a la mesa—

—¡uy, si! mírate pareces desnutrida —mi papá aparece con un enorme sarcasmo sentándose junto a mi en la mesa—

Terminamos de cenar los tres juntos, mi mamá me mandó a lavar los trastes y después de terminar de hacer todo me dirijo a mi cama.

Me acuesto con el celular en mano, estaba viendo películas de terror hasta que escucho dos golpes provenientes de la habitación de Sean provocando que mi celular caiga en mi nariz.

-¡auch! ¡maldición siempre me pasa lo mismo! —me siento en la cama para ver qué sucede, neh a de ser producto de mi imaginación, me acuesto otra vez en mi cama—

Otro golpe y más fuerte, esta vez me levanto de golpe hacia el balcón, me asomo al balcón de Sean, para ver qué le pasa, si es él el que golpea o es algo mas.

—_____ —susurra débilmente— ven, te necesito —¿me está pidiendo que me acerque a él? qué extraño—

Me cruzo de un salto a su balcón

—¿qué te pasa? ¿no me dijiste que me vaya porque te sentías de maravilla, eh? —me acerco a él—

—no me hagas caso, a veces me comporto como un idiota —me sorprendió escucharlo decir esas palabras— 

—y vaya que lo eres —salgo de su habitación buscando alguna pastilla para que se le pase el malestar—

—¡oye! ¿qué haces? espero no estés robando —trás que lo estoy ayudando me sale con sus cosas—

—te estoy tratando de cuidar y tu enseguida piensas en idioteces —entro a su habitación de nuevo—

Le ofrezco la pastilla.— ¿qué ve más a hacer? ¿me vas drogar o algo? —mira la pastilla tratando de buscar si tiene algo malo—

—¿te duele la cabeza? —ignoro lo que dijo—

—si —asiente— ¿es una pastilla para el dolor de cabeza o es veneno?

Giro los ojos.— eres un idiota, te estoy ayudando no estoy tratando de matarte –me siento a su lado y le doy un golpe suave en su cabeza—

—¡ay! —me mira— eso dolió —se soba la parte en donde le golpee—

—ya tomate la pastilla o te la haré tragar a las fuerzas