Siempre te amaré [TERMINADA]

48. Ya es tarde

Capítulo 48

Muy bien ¡hoy es el día! no sé si vaya a hablar con ella, no sé que haceeeeer.

Respiro profundamente y decido al fin salir de mi cama para irme al baño a darme una ducha, luego de terminar con mi ducha me alisto con mi ropa y todo lo necesario para salir hacia el living y juntarme con toda mi familia.

—bien —habla Sarah— ahora que estamos todos juntos —mira a su alrededor— ¿nos vamos?

—sí, pero de inmediato —Serris corre hacia nuestra camioneta— luego no alcanzo a despedirme de ella

—súbanse rápido —mamá nos apresura, yo era el único pesado en caminar hacia la camioneta—

—hijo, ¿qué pasa? —papá me toca el hombro— camina más rápido, adentro nos explicas que te sucede ¿sí? —me empuja por la espalda acelerando mi paso—

Yo solo me adentro en la camioneta sin responder ni mirar.— bueno ¿y qué te pasa, hijo mío? —mamá voltea a verme, yo solo ubico mi barbilla en el puño que formé con mi mano— Sean —me mantengo callado y con mi mirada fijada en la ventana—

—Sean no seas majadero y contéstale a mamá —Serris me está cansando con sus comentarios—

—Serris, por favor —mamá la calma— si no quiere contestar no quiere, hay que darle su espacio, luego nos ha de contar que le sucede ¿ok? —dicho eso gira su mirada hacia al frente—

Mis dos hermanas están un poco alejadas que yo, yo estoy demasiado apegado a la ventana derecha, mientras veo los almacenes o casas se me vienen recuerdos cuando andábamos juntos

—oye –toco su costilla— oye —ella estaba fingiendo estar enojada conmigo porque la dejé sola en la hora de salida del instituto—

Justamente ahora estábamos en su habitación, ambos en su cama, ella me daba la espalda y yo apoyando todo mi peso en mi codo izquierdo para tratar de animarla, pero aun así me sigue ignorando.

—______ —insisto de nuevo y nada— oye, estoy aquí contigo —la abrazo por la espalda acariciando mi rostro con su mejilla derecha— nunca te he dejado sola —toco su abdomen, pero ella trata de no reírse— tu sabes que yo te quiero y jamás de los jamases de dejaría sola, nunca te voy dejar —al momento en que ella siente mis labios en su oreja se estremece—

—ya déjame —ella se zafa de mi abrazo riéndose— ya sé que me quieres, tonto —se gira mirándome a los ojos—

—sí, lo sé, pero me encanta recordártelo muchas veces —la abrazo de nuevo y ella esconde su rostro en mi pecho— ¿te he dicho millones de veces que me moriría si te vas de mi vida? —me mira atenta y vuelve a su escondite—

—más de millones de veces —se ríe— pero —me mira de nuevo— si ya no estamos juntos por alguna estupidez, ¿tu igual me buscarías? —esa es una pregunta tan estúpida—

—claro que te buscaría, estaría atrás tuyo aunque tú ya no quisieras nada conmigo —una enorme sonrisa aparece en su rostro— incluso —agarro su rostro— te prometo que haría eso hasta conquistarte de nuevo y que seas mía de nuevo

Y pensar que no le estoy cumpliendo esa promesa a ______, sigo con la mirada pegada a la ventana, porque no quiero que me vean llorar. Casi nunca he llorado, y si he llegado a llorar es de felicidad, nada más. Trato de secar mis lágrimas disimuladamente con mi buzo Lewser, sin sonar mi nariz.