5. De esta no te salvas

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Capítulo 5

Estoy frita, este jarrón a de ver costado millones y yo lo acabo de romper, me agacho de inmediato a recoger los pedazos del jarrón, pero sobresalto al escuchar un quejido. 

—¿qué haces? —era él— ¡ay! ese jarrón era costoso y mamá se molestará cuando se entere —hablaba como si fuera un niño de cinco años quejándose de alguna travesura de su hermano mayor—

giro los ojos.— gracias por el apoyo, idiota —me pongo de pie—

—¡JA! Tienes tiempo hasta que mamá llegue para que tengas el jarrón listo, o si no vas a saber quién es mi mamá —al alzar la mirada veo como una sonrisa de lado se asoma en su rostro ¿qué tiene de gracioso esto? mi vida está entre seguir viviendo o no—

Salgo de inmediato del departamento de los Lew y me adentro enseguida en la mía.

Por un demonio...llevo como quince minutos debatiendo en mi mente si arreglar el jarrón o comprarle uno nuevo a la señora Miya. Diablos, dinero no tengo....¿ahora que hago? será mejor decirle la verdad.

Me dispongo a salir del departamento y dirigirme a la de los Lew, toco la puerta y me abre la señora Miya, ¡oh fuck! creo que me va a dar un mini infarto aquí mismo.

—hola, disculpa por hacerte esperar, pasa —la señora Miya muestra una sonrisa mientras abre paso para que yo pueda pasar—

—hola, no, solo venia a hablar con usted —hago una leve mueca—

—¿conmigo? ¿sobre qué? —frunce el ceño con su sonrisa intacta—

—verá, es que..... —jugaba con los dedos de mi mano sin mirarla— yo....estaba viendo unos de sus jarrones y....

—ah, ya veo ¿se cayó? —me interrumpe de inmediato, bueno yo creo que debí de dejar una nota escrita a mi mamá despidiéndome de ella porque la hora de muerte se adelantó— no hay problema —me sonríe; alto, espera, está sonriendo, esto es una buena señal para no morir hoy— los jarrones que tengo aquí son copias, además los jarrones originales están en la otra casa -¡uy! de la que me salvé ¿otra casa dijo—

—no, en serio disculpe, soy muy torpe a veces —me río nerviosamente cogiéndome de la cabeza-

—descuida, hija —toca mi hombro amablemente— bueno ¿me tienes que decir algo mas, querida? -pregunta con una sonrisa—

—no, de hecho solo era eso nada más —sonrío— bueno la dejo tengo que irme, adiós —agito la mano y ella hace el mismo gesto con una sonrisa—

Cuando cierro la puerta del departamento me apego a ella soltando un suspiro de alivio pero....

¡maldito Sean Lew! ¡estarás muerto!

Las horas pasaban y pasaban hasta que llegó el miércoles por la mañana

—ya me voy mamá, nos vemos -salgo de inmediato del departamento—

Entro al ascensor del edificio, estaba por cerrarse la puerta, pero es interrumpida por el pie de alguien, de nuevo como la otra vez, levanto la vista para verificar quien es y vaya que sorpresota me encuentro aquí, es el mismísimo Sean Lew

Siempre te amaré [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora