Capitulo 28

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Me recosté en la cama sin hacer demasiado ruido para no despertar a mi hermano, y cerré los ojos apretándolos con fuerza, ese día había sido realmente agotador. Sin embargo no me dormí de inmediato, tenía ese tipo de cansancio que se te instala en el cuerpo pero que te acelera el corazón poniéndote alerta, impidiéndote dormir... supongo que eso también tenía que ver con la adrenalina que había sentido al tener que mentirle a Piera.

En realidad no había sido mentir, yo sólo no le había dicho que esa misma tarde había visto a Darla. Se lo diría, sí, eventualmente... pero no creía fuera el momento adecuado, no con lo que estaba pasando con Lucy y Rocco en ese momento. Y tampoco es que hubiera sido la gran cosa, sólo nos juntamos a tomar un café y recordar viejos tiempos, nada que destacar, sólo algunas preguntas. El problema era que había aceptado cenar con ella el día de mañana y eso no sabía cómo iba a disfrazarlo.

Durante la charla con Darla ella me había comunicado que nosotros estuvimos saliendo bastante tiempo entre idas y venidas pero que, a pesar de tener nuestros ratos buenos, nuestra relación nunca había sido perfecta, siempre había algo de mi lado que no me dejaba entregarme por completo. Es por eso que ella no tenía pensado intentar algo conmigo otra vez pero dejó bien en claro que el sexo conmigo había sido de lo mejor que le había pasado en la vida; no podía decir lo mismo, no me acordaba de haber estado con ella en absoluto y en cambio, con Piera, había estado luego del accidente y no creía que nada superaría esa sensación... pero claro que no le podía decir eso a Darla.

Luego de que ella me recordara algunas cosas más, la acompañé a casa y me despidió con un caluroso abrazo y un beso cerca de mis labios. En la ventana del lugar vi a Brandon observarme con sus ojos entrecerrados y mover la cabeza abatidamente, él no dijo nada pero estaba seguro que lo haría el día de mañana cuando lo viera en la escuela.

Y así fue... ni bien llegué al colegio al día siguiente me pidió que lo acompañara al exterior del lugar y prendió un cigarrillo sin mirarme a los ojos durante muchos minutos.

­–No me corresponde decirte nada Fidel, pero si tú la dejas ir de nuevo esta vez no te la regresaré –dice en un susurro. Claramente hablaba de Piera. –Ahora que entiendo mejor cómo son las cosas no la dejaré volver contigo, no me importa que seas mi amigo, haré que ella se enamore de mi.

–Lo que viste con Darla no es nada.

–No creo que Piera diga lo mismo ¿O si? –guardo silencio y siento sus ojos en mi persona –¿Acaso ella lo sabe?

–No, no lo sabe. Pero se lo diré –suspiro y le saco su cigarrillo para darle unas cuantas caladas. –Si frecuento a tu hermana es sólo porque necesito que me recuerde algunas cosas.

–Pensé que ya habías logrado recordar casi todo.

–No, hay muchas cosas que no. Por ejemplo mi relación con ella... Brandon, tu hermana de verdad me gustaba hace un tiempo atrás, era la única que yo sentía que me podía salvar de ese amor enfermizo que sentía por Piera –confieso devolviéndole su cigarrillo. –Darla no fue un capricho, creo que de verdad llegué a quererla más allá de una amistad pero no lo suficiente...

–¿Y cuál es tu punto de volver a hablar con ella y que te recuerde lo que tenían? ¿Aún quieres negar lo que pasa con Piera y hacer una "vida normal"?

–No... lo de Piera va en serio esta vez –aseguro recostándome en la pared y pensando su pregunta con detenimiento. Era verdad ¿Cuál era la finalidad de ver a Darla y pedirle que me recuerde lo que habíamos tenido? –La verdad es que no lo sé ¿De acuerdo? Pero me molesta no saber muchas cosas y necesito esa parte de mí, esa parte que forma parte de mi vida.

Trilogía Imposible: 3. Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora