Capitulo 3

3K 302 8
                                    

Cuando llegamos a casa ninguno de los muchachos estaba ahí; lo invité a pasar, le serví un café y nos sentamos a mirar la televisión en completo silencio. Él observaba disimuladamente el lugar, lo hizo por varios minutos hasta que se puso de pie y comenzó a recorrerlo minusiosamente.

-¿Mal sueldo en el colegio? –consulta con diversión después de llegar de las habitación. Me encojo de hombro. –Sí, supongo que apenas nos alcanza para vivir –se sienta en el sillón y se acomoda mirando el techo. –Esto es caro ¿Tú lo compraste?

-Se los regaló Tomás.

-¿Tomás? –pregunta reicorporándose nuevamente.

-Un amigo de Rocco.

-Oh... -no dijo más. Me pregunto que pensará ahora si se enterara que Rocco era gay. No creo que nada distinto pero supongo que su reacción sería interesante. -¿Te quedarás aquí cuando yo vuelva?

-No tengo a donde más ir Fidel. No por lo menos por ahora, mis ahorros se fueron en el alquiler de la casa anterior y no volveré allí mientras Leo no se vaya, y aún si se va no es un lugar que pueda costear sola.

-Está bien... puedes quedarte a vivir aquí –dice con arrogancia volviendo a sentarse a la mesa para beber su infusión. No le digo nada, era algo que había decidido, no con la idea de que él volviera tan rápido, pero sí quería quedarme allí por tiempo indefinido. -¿Por qué no puedes ir a casa? ¿o a lo de Roxanne?

-Creo que sabes por qué, no lo preguntarías sino lo supieras.

-Sí... oí algo que comentaban mamá y Roxy.

-¿Qué cosa?

-Mamá le recriminaba a Roxanne de saberlo hace mucho tiempo y no haber dicho nada –responde y siento mi piel de gallina.

-¿Saber el qué?

-No lo sé... no me lo quisieron decir pero supongo que es algo grave –me mira fijamente. -¿Estás embarazada?

-¿Qué? No –me rió y me paro para revolver su pelo. Paso de largo a bajarle el volumen a la televisión y me recuesto en el sillón. -¿Por qué pensaste eso?

-No sé, simplemente lo pensé.

-No, por ahora no...

-¿Quieres tener hijos pronto? –continúa y se sienta a mi lado, lo bastante apartado para que nuestros cuerpos no rocen. Niego con la cabeza. –Eres muy joven aún, está bien que no quieras.

-No tengo con quien de todas maneras.

-Siempre puedes volver con ese abogado –sugiere y me encuentro con sus ojos. No hay indicios de celos, rabia, resentimiento... nada. Simplemente asiento. –Aunque si no es él podrías esperar un poco.

-O intentarlo con Brandon.

-No te quiero metida en medio de nosotros dos –dice de mala gana y largo una carcajada; él mantiene el silencio por muchos segundos y suspira. –Ya lo hiciste ¿No?

-Sí... una mala decisión, él es un buen muchacho y yo no puedo amar a alguien así.

-¿A un buen muchacho?

-A alguien que me ame para bien.

-No te entiendo...

-O a alguien con quien todo sea fácil, me gustan los retos –lo interrumpo. De reojo puedo verlo mirarme fijamente. –Solía ser así... en ese tiempo, ahora soy más conformista. Eventualmente encontraré a alguien con quien pueda mantener una relación fácil y sana supongo, ya que no puedo tener lo que deseo.

-¿Qué deseas?

Lo miro a los ojos. Sus ojos siguen siendo los mismos, hermosos, pero no tiene ese brillo. ¿Qué pasaría si le dijera que lo deseo a él? ¿Debería hacerlo o esperar a que él dé el primer paso como hacía algunos años atrás? ¿Lo espantaría demasiado?

-Un amor imposible –digo en un susurro sin dejar de verlo. Estaba segura que no diría nada más, que no respondería nada, pero sus labios se abrieron y una luz de esperanza iluminó mi corazón.

-Te entiendo.

Trilogía Imposible: 3. Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora