Capitulo 13

3.1K 296 45
                                    

Preparamos la cena entre charlas estúpidas de mis gustos en general. No podía creer que no utilizaba un teléfono decente porque tenía algún tipo de ideología anti-neoliberal o algo así, pero bueno... supongo que unos años de facultad habían cambiado mi cabeza.

Piera me contó algunas cosas que pasaban en casa también, como por ejemplo la costumbre que había tomado papá de llamarnos de diferentes maneras como vago, drogadicta, alcohólico, puta... Lucy había comenzando a entender aquellas cosas y fue una de las razones por las que nos habíamos ido de casa. Gracias al cielo lo habíamos hecho.

Le pregunté por Leo y me resumió su historia de amor en algunas vagas palabras. Dijo que se sentía sola, el chico sabía lo que sentía por mí, la había ayudado un poco, pero a pesar de eso el amor no se había ido. En cuanto me vio se dio cuenta que todo había sido en vano... es que claro, yo era alguien al que ninguna persona podía resistirse.

-Antes no solías ser tan vanidoso –reclama cuando digo aquello.

-No me conociste en mi mejor momento –bromeo y ella sonríe con nostalgia.

-Sí... supongo que te ignoraba bastante durante mi adolescencia porque no quería enamorarme aún más de lo que ya estaba.

-Alguno de los recuerdos que tengo son de ti ignorándome todo el tiempo y yo sintiéndome como un maldito desgraciado porque no podía entender qué iba mal contigo –confieso acercándome para tomar su cintura parándome frente a ella. –Sabía, en ese momento sabía que todo estaba mal porque no debía extrañarte como lo hacía pero quería tenerte así de cerca.

-Cuando te fuiste a la facultad...

-No la pasé bien. Todos los días quería volver porque necesitaba verte, quería cuidarte de esos buitres que seguramente estarían acosándote, quería que permanecieras pura para siempre.

-Fallaste –murmuró bajando la mirada avergonzada. Yo lo sabía porque cuando volví la encontré diferente y tenía un novio, obviamente ya se habían acostado a pesar de que ella no se veía para nada enamorada. –Tuve muchos amores en ese tiempo.

-¿Amores? No... tu tuviste pasatiempo, distracciones, pero no amores –levanté su rostro para que me mire a los ojos. –Lo mismo fue conmigo supongo.

-¿Supones?

-Lo sé... pero era enfermizo pensar en ti cada vez que estaba con alguien. Porque dios... eres mi hermana Piera.

-No lo soy.

-No importa ahora, no importa porque en ese entonces lo eras y prácticamente seguimos siéndolo... nos criamos juntos y eso debería hacer alguna diferencia pero –me apresuro a decir porque su rostro se transformó en uno enojado y quiere liberarse de mí –pero a pesar de eso, no puedo cambiar lo que siento en esos recuerdos y lo que siento ahora.

-¿Apresuraremos las cosas? Porque realmente quiero besarte.

-¿Y los muchachos? –quiero saber con nerviosismo porque ellos podrían llegar en cualquier momento. Ella se encogió de hombros y tiró de mi camiseta hasta que nuestros labios se encontraron en una suave caricia. -¿Les contaremos que no somos hermanos?

-En algún momento supongo –dice cruzando sus brazos por sobre mis hombros para acercarme más a ella.

Pongo mis manos en su cintura apretándolas allí porque mis ganas de moverlas a su trasero son ridículamente incontrolables. Ella da un salto para quedar sobre la mesada y me acerca con sus piernas que cruza por detrás de mi espalda; inmediatamente mis labios van a su cuello y comienzan a descender hasta su pecho donde me detengo porque noto que una de mis manos está en su seno. Con vergüenza la retiro y miro su rostro donde encuentro sus mejillas coloradas y sus labios hinchados.

-¿Qué sucede? –baja su boca nuevamente a la mía y no puedo responder su pregunta porque mis labios responde automáticamente a los suyos. Esta vez aprieto su trasero para acercarlo a mi cintura robándole un pequeño jadeo que acelera aún más mi respiración.

-Lamento interrumpirlos... pero es hora de cenar.

Mi corazón se detiene en un latido: Lucy estaba en casa.

e

Trilogía Imposible: 3. Pide un deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora