Lucy y Rocco no tardaron en despertarse, para ese momento yo estaba en la ducha y podía oírlos quejarse por mi tardanza, pero no saldría allí sino hasta estar completamente vestida; no provocaría a Fidel más de lo que ya lo había hecho. Eso había sido cruzar una raya, demasiado rápido aunque se hubiera sentido absolutamente bien.
Cuando llegué a la cocina Fidel había terminado de preparar el desayuno y Lucy esperaba pacientemente su turno en el baño mientras tomaba su mate-cocido.
-Buenos días.
-¿Dónde dormiste anoche? –saluda mi hermana de mala gana.
-Me quedé dormida en el sillón, lo lamento.
-Oh, esta bien. Me asusté un poco de que pudieras haberte ido con ese hombre otra vez.
-Leo y yo no volveremos a estar juntos –aseguro sentándome frente a Fidel que me mira de manera intensa. No sé si está furioso, avergonzado o simplemente shoqueado. -¿Todo bien?
-Sí –corre sus ojos de los míos y suspira. -¿Irás a trabajar hoy?
-Lamentablemente.
-Necesitamos hablar, tú sabes...
-¿Sobre qué? –quiere saber Rocco mientras Lucy se retira. -¿Ya le dijiste?
-¿Qué cosa? –queremos saber al unísono. Rocco mira primero a uno y después al otro antes de bajar su mirada a la mesa.
-Sí, supongo que tú no sabes que yo lo sé y supongo que Fidel no ha llegado a ese momento.
-¿De qué demonios hablas Rocco?
-Tú y él.
Me quedo congelada un momento y sólo reacciono cuando mi cuerpo pide aire obligándome a respirar. Siento que mi corazón va más rápido de lo normal, quizás me esté agarrando algo, quizás pueda morir en ese momento, no lo sé. Tomo mi infusión y lo miro otra vez.
-Lo sé todo Piera, no haremos un drama de esto.
-¿Todo qué? –quiere saber Fidel.
-Oh, bueno, tú sabes... ella y tú.
-¡Rocco! –él me mira divertido pero lo silencio con una patada por debajo de la mesa. –Fidel no recuerda nada, las cosas no son iguales en este momento y no creo esta sea la mejor manera de decirle. Si quieres decirle algo importante comienza por contarle quién es Tomás y porqué pasas tanto tiempo con él.
-Tomás es un compañero –responde de mala gana.
-¿Nada más?
-Vete a la mierda Piera –dice corriendo sus ojos al exterior y cerrando su boca completamente.
-Supongo que por más que insista no me van a decir nada ¿No? –negué con la cabeza, no era el momento. –Aunque claro que tarde o temprano tendrán que hacerlo...
-Claro, pero no ahora.
-Cómo sea... -respira profundamente y vuelve a verme con sus ojos entre cerrados. –No puedo... a pesar de intentarlo no puedo recordarlo.
-Oh dios, ustedes son tan asquerosamente melosos –protesta Rocco saliendo al exterior. Yo lo sigo, no porque quisiera hacerlo, no podría permanecer en el mismo lugar que Fidel en ese momento.
Fuera prendo un cigarrillo y lo miro de reojo. Él comienza hablar de prisa y resumidamente de cómo se había enterado que Fidel y yo estábamos en una relación; cómo lo había odiado por querer dejarlos atrás para vivir nuestro amor; cómo lo había perdonado cuando él se quedó con ellos y cómo me comenzó a odiar cuando no regresé a su lado. Rocco lo sabía todo, cuando le confesó a Fidel que lo sabía él le contó el resto. No había nada que yo pudiera explicar, salvo claro, que él y yo no somos hermanos realmente, pero eso era algo que no podía decirlo en ese momento.
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Trilogía Imposible: 3. Pide un deseo
Novela JuvenilPrecuela: 1. Imposible 2. Queda Prohibido Cuando todo parece que está perdido ¿Podrá el deseo cambiar el rumbo del destino de este amor imposible? ¿O quedará prohibido para siempre? Advertencia de contenido. Todos los d...