W de ¡Wow!

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Free! no me pertenece, etc. :u

-De acuerdo, volveré a ser tu novio y también a Tokio, pero sólo si prometes que ya no me harás sufrir como antes.- Haruka se acercó lentamente a Sousuke, rodeó su enorme cuerpo con sus delgados brazos, al menos lo más que pudo, en un intento de abrazo, sintiéndose extraño, dado que él no era cariñoso o efusivo con otros.

-Lo prometo, Haru.- Se separó, tomó de la mano al más bajo y ambos se dirigieron al estacionamiento de nuevo, ante la mirada incrédula de los demás trabajadores, en especial del jefe de Haruka.

-Ah, sí. Renuncio, Tanaka-san. Hasta nunca, eso espero.- El amante de la caballa habló decidido. Incluso su padre se le quedó viendo como si fuese un bicho raro, pero no dijo nada, se quedó callado ante lo sucedido.

Los dos enamorados llegaron a donde se encontraba el vehículo de Yamazaki, quien le abrió la puerta a su, de nuevo, novio, una vez que Haruka se subió, cerró la puerta y se dirigió al asiento del conductor. Emprendieron su viaje de vuelta a Tokio, donde Makoto los esperaba, junto a Rin. Tras unas cuantas horas, fueron directamente al departamento en el que vivía el castaño, en cuanto estuvieron ahí, Sousuke tocó el timbre, esperando a que les permitiera entrar.

-¡Voy!- Pero la voz que oyeron fue la del pelirrojo, quien no tardó en abrir la puerta.- Ah, Sousuke, Haru, son ustedes.- No parecía realmente entusiasmado con su llegada.- ¡Son ellos, Makoto!- Esta vez se dirigió a su pareja, el castaño estaba en la cocina.- Bueno, ¿qué esperan? ¡Pasen!- Se hizo a un lado para que pudieran ingresar.- Ah, y me alegra verte de nuevo, Haru.

Sin pensarlo más, ambos entraron al acogedor departamento de Tachibana. Se quitaron sus zapatos en la entrada, tal y como debía ser, luego fueron directo a la cocina, donde se toparon con un Makoto usando un mandil con un dibujo de una orca, cuyo fondo era verde. El lugar olía demasiado bien, una mezcla entre caballa, pizza y hamburguesa. El castaño dejó de hacer lo que estaba haciendo y se acercó a su amigo de la infancia.

-¡Haru! Me alegra que hayas vuelto.- Se le notaba la felicidad en el rostro, hasta podían jurar que sus ojos parecían a punto de derramar lágrimas.

-...He vuelto, Makoto.- Nanase aún se sentía ligeramente avergonzado por todo lo que había pasado, a pesar de que se había despedido de manera apropiada de su mejor amigo, siempre supo que a este nunca le agradó la idea de que se fuera lejos.

-¡Sí! Bienvenido, Haru.- Le contestó, aún contento de verlo. Rin se acercó poco a poco, abrazó a su novio y escondió su rostro en su pecho.- Disculpen a Rin, a él también le alegra que estés aquí, pero le hice prometer que no lloraría al verlos regresar.

Con lo que dijo Makoto se les aclararon muchas dudas que tenían, eso explicaba por qué Matsuoka no lloró en cuanto les abrió la puerta, sonaba a algo que haría con tal de no arruinar la comida que su pareja con tanto esmero había preparado para celebrar su retorno a Tokio, confiando plenamente en que Yamazaki lograría hacer recapacitar a Nanase.

Hola, sí, volví con otro capítulo y esta vez no tardé tanto como otras veces, espero les haya gustado. Si tienen algo que decir, no duden en comentar. Y si les gustó, pueden votar.

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