BACK TO BEN

BACK TO BEN (6/?)

Termina el informe oficial y lo mete en una carpeta para entregárselo a Vance.

Levanta la vista de los papeles y ve a McGee redactando su informe con la vista concentrada en el papel. Rachel está sentada en su mesa con Benjamin durmiendo en sus brazos. Han ido corriendo al astillero en cuanto se ha enterado de su pequeño encuentro con el asesino.

Apaga su ordenador para marcharse a casa pero al ver cruzar a Ziva y Malachi va detrás de ellos. Cuando llega a su altura no sabe muy bien que decir.

- ¿Podemos hablar un momento?

- Te espero en el hotel- dice Malachi antes de marcharse.

Los dos se encaminan en silencio hasta la zona de descanso y le ofrece un café que ella rechaza con un movimiento de cabeza. Parece nerviosa, ausente y no puede evitar preguntarse si es por su culpa. Siempre piensa que es por su culpa.

- ¿Te marchas ya?

- Sí.

No sabe que más decir. Le gustaría suplicarle que se quedase, que por fin hiciese frente a la realidad de tener un hijo y le hiciese feliz. Pero no puede hacerlo, no piensa rebajarse tanto.

Han estado muy bien sin ella todo este tiempo, no la necesitan. O eso es lo que se repite una y otra vez.

- Voy a mudarme- dice ella.

- ¿A dónde?- inquiere algo confuso.

- Aquí, a Washington.

Tengo nueva asignación en la embajada.

Se toma unos segundos para asimilar la noticia. Pasó mucho tiempo deseando que volviese. Soñando con ello. Tenía pesadillas con Ziva esfumándose en la nada mientras le suplicaba que no se marchase.

Ahora parece que sus deseos se cumplirán. Pero es demasiado tarde.

- ¿Qué pasa con Benjamin?- pregunta más cortante de lo que pretendía.

- Quiero tenerle conmigo.

- ¿Tenerle?

- Quiero recuperarle, Tony. Que estemos juntos.

Eso no le suena nada bien. Miles de campanitas suenan en su cabeza a modo de advertencia. Si piensa que le puede arrebatar al niño está muy equivocada.

- ¡No!- contesta rotundo.

- Es mi hijo, no puedes prohibirme estar con él.

- Pero puedo decidir cuando le ves.

- No, Tony. Legalmente seguimos casados. Tengo derecho a verle, cuando y como quiera.

- Hace mucho tiempo que perdiste el derecho de decidir nada.

- Eso no es lo que pensaría un juez- rebate ella.

- ¿Me estás amenazando?- indaga furioso.

En pocos segundos todo parece habérsele ido de las manos. No puede perder al niño. Todo ese tiempo se ha mantenido gracias a él. Cuando se marchó Ziva fue su tabla de salvación. Y ahora pretende quitárselo...

- No puedes hacer eso.

- Voy a recuperarle, por las buenas o por las malas. Tú decides.

***

Cubre las solapas de la caja de cartón con cinta aislante y la coge para llevarla junto a las demás. No tiene mucho que llevarse, nunca ha sido una chica de acumular trastos innecesarios pero aún así ya tiene cinco cajas completamente llenas.

Han pasado dos días desde que llegó a Israel, después de discutir con Tony y todavía no ha sido capaz de borrar de su cabeza aquella conversación. No había esperado esa reacción de él. O quizás sí, después de todo le dejó abandonado con un bebé.