BACK TO BEN

BACK TO BEN (18/?)

Una vez es un error. Dos veces ya no sabe cómo calificarlo. Solo sabe que la necesita, que tiene que tenerla una vez más. Se pierde en sus labios y deja de pensar en lo que está bien o mal. Tras un tira y afloja deja que sea ella quien domine la situación. Cuando desliza una mano por su cintura esta le frena y le mira con seriedad.

- ¿Estás seguro?- pregunta Ziva con la voz entrecortada.

Tiene la oportunidad de oro, es el momento de parar. Pero es incapaz. Le aparta un mechón de pelo de la cara y le acaricia la mejilla con suavidad atrayéndola hacia él.

- Ya no tengo nada claro. Pero te necesito.

La besa y deja pasar de largo la ocasión de parar. Olvida por unos instantes que nadie más existe aparte de ellos dos, que todo es como siempre, que puede disfrutarla sin sentirse culpable, sin hacer daño a nadie. Solo se deja llevar por la suavidad de la piel canela de Ziva, por sus caricias y gemidos.

Los dos se quedan recostados juntos, ella sigue abrazada y no tiene intención de moverla de su lado. Juguetea con uno de sus mechones de pelo oscuro, enredándolo en el dedo deseando no pensar, solo saboreando el momento.

Al final ella le da un besito en la clavícula y la ve levantarse de la cama mientras se pone la ropa interior. Está poniéndose la camiseta cuando la abraza por la espalda y la besa en el hombro.
- No te marches. Quédate aquí esta noche.

El mal ya está hecho, no puede volver atrás. Al menos quiere que se quede con él, todavía jugando con la ilusión de que todo vuelve a la normalidad. Tras dudarlo unos segundos sonríe al verla asentir lentamente y se tumba con ella de nuevo en la cama. Ella le abraza con fuerza y se recuesta sobre su pecho mientras se pregunta por qué está tan mimosa esta noche.

- ¿Qué va a pasar ahora, Tony?

- Me encantaría saberlo pero estoy completamente fuera de juego.

- Necesito saber que no soy un mero juguete para ti.

- Jamás he pensado eso, Ziva. Yo…

No sabe como materializar lo que siente en palabras. Es doloroso pensarlo. Algo que sabe de sobra es que nunca la podría tratar como a un juguete como ella dice, es demasiado valiosa e importante en su vida para hacerle algo así.

- Te quiero- confiesa finalmente.

- Sospecho que viene acompañado de un pero bien grande.

- Sé que esto no ha sucedido por nada, eres mi piedra de tropiezo y si tengo algo claro es que te quiero. Pero no soy capaz de perdonarte por mucho que lo intento.

Ziva le mira durante largos segundos sin decir nada. Teme haberle herido, no era su intención aunque necesitaba dejar las cosas claras.

- Lo entiendo más de lo que te puedas imaginar. No estoy segura de que yo fuera capaz de perdonarte de haber sido al contrario. Pero esto tiene que acabar.

- Lo sé.

- No es bueno para nadie. Y mucho menos para el pequeñajo que duerme en la habitación de al lado.

Le tiene que dar toda la razón. Benjamin es muy pequeño para comprender exactamente lo que está ocurriendo a su alrededor pero a pesar de todo no deja de sentir que algo extraño sucede, que las cosas no van bien. La otra noche le pidió un hermanito y la pregunta le hubiera resultado normal si no le hubiera suplicado que fuera con Ziva con quien lo tuviera. El niño ya no sabe con quién debe encajarle. Él mismo tampoco lo sabe.

- Saldremos de esta. Sin cordura pero saldremos- le promete.

                                          ***