BACK TO BEN (19/?)

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En cuanto ha recibido la llamada de Ducky ha dejado lo que estaba haciendo y ha cogido el coche para ir al NCIS. Tiene los resultados y aunque no está muy segura de querer escucharlos acelera para llegar antes.

El forense la espera con un par de tazas de té recién preparado y un papel sobre el escritorio. Durante su tiempo como estudiante nunca temió los resultados de un examen, siempre estuvo convencida de su éxito. Está vez también sabe el resultado, solo que no es el deseado.

- ¡Qué rápido has llegado!

- Soy buena conductora.

Rechaza la taza de té que le ofrece Ducky y se sienta en la silla enfrente del hombre. No quiere andarse por las ramas, necesita saberlo ya.

- ¿Y bien?

- Lo siento, querida, pero los resultados son muy claros.

Las nauseas y el mareo que siente en ese instante no son por culpa del bebé. Es auténtico pánico como pocas veces a sentido. Una pequeña vida se está gestando dentro de ella y no sabe como se lo va a tomar nadie. No encuentra la forma de contárselo a Tony aunque sabe que debe hacerlo y pronto.

- ¿Te encuentras bien?- se interesa Ducky al verla tan callada.

- Sí, no te preocupes. Es…

No encuentra las palabras para describir lo que siente en ese momento. Miedo, es cierto. Pero también siente felicidad. Desde que tuvo a Benjamin supo que quería repetir la experiencia, que quería ser madre de nuevo. Pero entonces todo se truncó y pensó que ya jamás ocurriría. No quería tener ningún bebé con nadie más, solo con Tony. Deseo concedido, momento equivocado.

- Me he concedido el permiso de comprarte un detalle, quizás consiga sacarte una pequeña sonrisa.

El forense le entrega una caja cuidadosamente envuelta en papel celofán. Cuando la abre se encuentra un pequeño osito de peluche con un lacito morado atado al cuello. En cada patita un nombre grabado. El suyo y el de Tony.

- Pase lo que pase esos serán sus padres- explica Ducky.

- No creo que Tony salte de alegría al enterarse.

- No lo hará, es cierto. Pero tampoco lo hizo con Benjamin y mírale ahora.

Recuerda perfectamente aquella época, cuando le dijo que estaba embarazada se pasó casi una semana entera como un zombi por la oficina, asustándose a cada mención de la palabra bebé, niño o similares. Hasta que una noche se presentó en su apartamento con unos patuquitos diminutos para el bebé y un anillo para ella seguido de una propuesta que aceptó con mucho gusto.

- Muchas gracias, Duck. Seguro que al bebé le encantará.

- ¿Qué vas a hacer?

- No lo sé. Debo contárselo ya, pero…no puedo.

- Eres una de las mujeres más valientes que conozco, dudo mucho que esto te frene.

No la frenará pero teme la respuesta que pueda recibir cuando lo haga. Sea cual sea tiene algo muy claro: ese bebé será querido, con padre o sin él.

                                         ***

Después de tocar por tercera vez el timbre empieza a pesar que Ziva se ha olvidado por completo de ellos. Le ha llamado para avisar que le llevaría al pequeño, va a pasar el fin de semana con ella. Benjamin se ha quedado dormido en su sillita en el coche y ahora en sus brazos no parece tener muchas ganas de abrir los ojos.

Está a punto de darse media vuelta cuando escucha que la puerta se abre. El aspecto que presenta Ziva le hace poner todos sus sentidos en alerta. Vestida con un viejo chándal negro parece demacrada. Tiene ojeras, el pelo revuelto y los
ojos enrojecidos.

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