BACK TO BEN (22/27)

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Quedan menos de dos semanas para Navidad pero el pequeño parece que ya ha recibido su regalo más deseado. Desde que le contaron que a partir de ahora vivirían los tres juntos no ha dejado de sonreír. Pasa las horas explicándole a su madre dónde está cada cosa y ayudando con las cajas de la mudanza.

Ahora están terminando de desembalar los libros y pueden dar por finalizado el traslado. Él también ha terminado contagiado por la ilusión y no puede creerse que de verdad esté ocurriendo.

Le pasa unos cuantos libros a Ziva que va colocando en unos de los estantes que le ha dejado libre. Había olvidado que su ninja era toda una lectora.

Benjamin entra en el salón con su ranita a rastras y se le queda mirando a Ziva con el ceño fruncido lleno de extrañeza.

- Mami, te estás poniendo gordita.

Cruza una mirada temerosa con Ziva que se ha quedado parada a medio colocar un libro. Ha llegado el momento de contárselo, no lo pueden aplazar más. Aunque Ziva ya no sienta mareos y nauseas como antes ha empezado a ganar peso y cada vez es más difícil ocultarlo.

Se sienta en el sofá junto con Ziva y le llaman para que se siente entre medias de los dos. Algo receloso obedece y pone cara de tristeza quizás pensando que le van a regañar.

- Pero estás muy guapa, mami. De verdad.

- No estoy enfadada, cariño. Pero queremos contarte algo.

Después de mucho hablar sobre cuál era la mejor opción para contarle lo del embarazo no han sido capaces de dar con la forma idónea.

- Vamos a tener un bebé, Benjamin- dice con decisión Ziva.

El niño les mira mudo a ambos, sin decir nada. Unas cuantas lágrimas empiezan a resbalar y se le encoge el corazón.

- ¿Y no le podéis devolver?- murmura con un hilito de voz.

Sabía que no le iba a gustar la idea pero en el fondo esperaba algo más positivo. La opción de devolverlo como simple mercancía no es una opción.

- Cariño, los bebés no se compran en la tienda- le explica ella.

- Pero yo no le quiero. Yo quiero que solo seas mi mami, de nadie más.

- El bebé necesitará una mamá, como todos. Y ella quiere ser su mamá- le explica aun sabiendo que razonar con él es complicado.

- Yo te quiero mucho, mami. ¿Por qué me quieres cambiar? Me tienes que querer a mi también, por favor. Soy muy bueno.

El pequeño rompe a llorar y por más que intenta calmarle y explicarle que las cosas no van a ser tan malas solo consigue que llore más. Termina por cogerle en brazos para llevarle a su dormitorio y le deja en la cama abrazado a su peluche entre sollozos y gimoteos.

- Benjamin, te queremos mucho.

- Mamá no me quiere. Va a querer más a ese bebé que a mí.

Cuando regresa al salón Ziva está hecha un ovillo en el sofá con la mirada perdida en el infinito. Se sienta a su lado y le acaricia con suavidad la pierna para que vea que está con ella. Termina abrazándole mientras rompe a llorar.

                                             ***

Sigue abrazada durante un buen rato a Tony, dejando que la acaricie y la mime mientras se desahoga. Aunque intuía que no se lo iba a tomar bien no estaba preparada para ello.

Deja el sofá para subir hasta el dormitorio y tras ponerse el pijama se mete a la cama abrazándose de nuevo a Tony.

- Quiero creer que algún día dejará de pensar que no le quiero. Pero tengo miedo de que ese día nunca llegue.

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