Capítulo 33 (Final)

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Lauren POV

No tuve que pensar demasiado las cosas. Normani estaba en lo cierto cuando mencionó que quizás todo esto era maniobra de Stephanie. Camila terminó por confirmarlo, se notaba en sus ojos la desesperación de saber que estaba a punto de perderme, sus lágrimas eran sentidas y debo admitir que me sentí culpable por no creer en ella, por dejarme llevar...
Al momento en que toqué su cuerpo para reconfortarla, supe que mis brazos estaban hechos para rodearla, para abrazarla y sostenerla. Una electricidad me invadió por completo y mi cabeza comenzó a preguntarse demasiadas cosas en ese instante. No tuve mejor idea que separarme de ella e irme lo más rápido que pude, estaba asustada como cachorro, pero apenas unos pasos más allá de su puerta, me di cuenta de que no podía simplemente alejarme, no podía dejarla, la necesitaba, la necesitaba a ella y de sus besos, necesitaba su amor.

Me volví y toqué su puerta.

Fueron los segundos más largos de mi existencia, el ruido de pasos y el giro de la perilla transcurrían en cámara lenta, pero ella al fin abrió la cerradura y no tuve control de mi misma, me abalancé sobre su cuerpo y tomé su boca en un desesperado beso, ella intentó decir algo, pero mi boca cubrió la suya y mis brazos rodearon su cintura haciendo presión hacia adelante, ella tomó mi cuello con sus brazos y empujó la puerta con su pie. Nuestras lenguas entrelazadas, la respiración entrecortada y un ritmo desesperante, ese era nuestro beso, el beso soñado y el que sólo nosotras podíamos darnos.
Enseguida comencé a sentir mi pene despertarse, hacía mucho tiempo desde la última vez que la hice mía y eso empezaba a notarse.
Ella me llevó consigo hasta el sofá donde, agarrándome la cara con sus manos, separó nuestros labios - Lauren... Te he extrañado mucho - dijo con los ojos llenos de lágrimas, con un semblante de dolor y alegría a la vez. Ni siquiera me había percatado de sus lágrimas, era demasiada excitación en mi cuerpo, quizás sólo necesitaba besarla para darme cuenta de la realidad...

Ella realmente me amaba.

- También te he extrañado, Camz - dije mirando sus ojos - No te imaginas cuánto... - Era lo más cierto y verdadero que había dicho nunca.
Empujó mi chaqueta y desprendió mi camisa para luego continuar el beso, atacando mi boca como hace algunos segundos, desesperada e insasciable. De a poco corrí mi mano subiendo su blusa, era embriagante la suavidad de su piel, su exquisito aroma y gusto, ella dió un pequeño gemido soltando nuestras bocas, dándome la oportunidad de besar su cuello, lamerlo y chuparlo

¡Joder, qué bien se siente!

- ¡Ah! ¡Lauren! - dijo mientras bajaba besando entremedio de sus pechos. Sin pedir permiso quité su blusa y bajé su brasier, iba a hacerme un festín con esos pechos y el sólo pensarlo estaba haciendo estallar el cierre de mi pantalón.
Lentamente corrí la tela que cubría su delicada piel e instantáneamente abrí mi boca para introducir un seno en ella - ¡Joder! - gimió, tomando mi cabello con fuerza. Comencé a lamer su pezón, torturándola, mordiendo de vez en cuando y sintiendo su espalda arquearse...
Enseguida elevé mi otra mano y masajeé el pecho sin atención - ¡Mierda! - dijo mientras su cuerpo se elevaba en búsqueda de algún contacto en su centro. Ella estaba desesperada, la abstintencia sexual le había afectado bastante, ardía por dentro, se notaba en sus ojos, juntas hacíamos una bola de fuego, hambrientas de sexo y sobretodo, hambrientas de nosotras, de amor, de necesidad y cariño. Despacio, di pequeños besos en su clavícula, bajando suavemente por su torso hasta su abdomen, dando pequeñas lamidas en el camino hasta llegar a su pantalón, lo quité con su ayuda y sin prisa bajé su tanga. Deleitándome con la vista, absorbiendo su piel con cada mirada, di un beso húmedo en su muslo, en la unión de sus piernas y lamí su centro con ferocidad - ¡Ahhhh!- un grito tan fuerte como mi amor por ella, no iba a aguantar mucho y lo sabía - ¡Fóllame ya, Lauren, déjate de tonterías, maldita sea! - sonreí ante su pedido, pero iba a torturarla un poco más antes de ceder. Puse toda mi atención en su sexo, lamiendo en círculos, separando sus labios e introduciendo mi lengua para degustar todos sus jugos - Que te jodan, Lauren!! Fóllame ya! - A estas alturas, mis pantalones estaban empapados de líquido pre-seminal, la tenía dura y lista, asi que sonreí de lado y decidí darle lo que pedía, quité mis jeans y mis bóxers, dejando a la vista mi enorme erección, me incliné en el sofá y pasé mi verga por su vagina, empapándome de sus jugos, ella sólo se retuerce por debajo, con los ojos cerrados y los nudillos blancos por la presión con que toma los almohadones, la penetro despacio, quiero disfrutar de cada sensación que me provoca su cuerpo, empujo lento y salgo - ¡Ah, Camz! - digo en un susurro, está jodidamente apretada y es delicioso, ella dice algo en voz baja, alguna grosería, mientras acelero el ritmo, no puedo evitarlo, quiero más - ¡Si, Lauren, más rápido! - gime agarrándose de mi espalda, comienzo a darle duro, escucho el choque de su piel con la mía y eso me enloquece - ¡Ahhhhh ahhhhh! - acelero aún más si es posible y eso es todo - ¡Puta mierda! Digo mientras nos venimos las dos al mismo tiempo, dos embestidas más y salgo de ella, era obvio que tanta espera haría todo más rápido y fácil.
Respiro por la boca, exhausta, encima de ella y con el cuerpo debilitado, es ahora cuando noto la ausencia de comida en mi estómago - ¿Pedimos pizza? - digo de forma entrecortada. Ella se ríe audiblemente y elevo mi cabeza con una sonrisa, es hermoso verla así, felíz, y más aún si es conmigo, si el motivo de esa sonrisa soy yo.
- ¿Tienes hambre, uh? - asiento con notable entusiasmo - Bueno...creo que vamos a necesitar energía para esta noche. Pasta o pizza, tú eliges. -Dice mientras intenta levantarse y quitarme de encima - Pizza, claro - sonrío y me levanto, ella camina desnuda hacia el teléfono y pide una pizza doble queso, su favorita. No puedo evitar ver su trasero, voluptuoso y apetecible, grande y perfecto, no puedo esperar a frotar mi pene en ella y volver a hacerla mia - ¿Ves algo que te guste, Lauren? - me interrumpe, me saca de mis pensamientos y debe haber notado en qué pensaba porque mi miembro comienza a despertarse de nuevo - Ven aquí - dice y le hago caso, camino hasta la cocina donde ella me abraza el cuello y besa suavemente mis labios - Te amo, Lauren - me dice a los ojos, con un brillo especial - Te amo, Camila - respondo, tomando su boca en un torturante beso, húmedo y suave, ella lame mi lengua con la suya, bajo mis manos para agarrar su trasero, lo masajeo y ella gime - Vaya delicia de trasero, nena - Le digo con un beso devorador, quiero hacerla mia otra vez en este mismo momento, pero ella me sorprende, y antes de que quiera lamerle su exquisito coño de nuevo, baja su mano derecha con absoluta astucia y toma mi pene con ella, lo acaricia suave, de arriba hacia abajo, gimo en su boca mientras ella comienza a masturbarme - ¡Oh, mierda! - digo justo cuando ella se pone de rodillas y lame toda mi longitud, con sus manos aprieta mis bolas y con su lengua chupa todo mi pene, lo mete entero a su boca y lo saca despacio, luego bombea con fuerza mientras me lame las bolas, me vuelve completamente loca, esta haciéndome una paja mientras me chupa el pene, ¡joder! - ¡Demonios, Camila! - echo mi cabeza hacia atras y cojo su cabello, si continúa asi no voy a durar demasiado, su ritmo es despiadado - Camila, ohhh dios, si! - le digo con excitación. Ella se para, coloca sus brazos en la mesada y abre sus piernas - ¡Cógeme. Duro. Ahora! - Mis pupilas están hiper dilatadas, mi corazón late a mil y no puedo creer lo que ella está haciendo. Abro aun más sus piernas, junto sus nalgas e introduzco mi pene en forma vertical,  me hago una paja con sus nalgas, bendita sensación, ella gime y sin previo aviso, suelto su piel para frotar un poco mi pene en su entrada y meterme en ella, salvaje y neardental, la penetro rápido y sin piedad, golpeo su trasero y acelero - ¡Ahhh, nena, córrete para mi! - digo y ella grita. Entro y salgo, rápido. Me dentengo de repente y de un solo empujón, le meto la verga entera, paro y otra vez, luego fuerte y duro, sintiendo mis bolas chocar con su trasero, tres veces más y se viene con fuerza - ¡Aaahhhhhhhh! - saco mi pene y bombeo para luego empapar su trasero con semen. Hasta la última gota en su dulce piel.
- Joder, eso fue...eso fue... - apenas puede hablar - maravilloso - dice tirada en la mesada.
- Mierda nena, ha sido más que eso - digo entrecortadamente - Déjame que te limpie esto - digo señalando la suave piel de su trasero. Camino alrededor y tomo algunas servilletas de papel para luego limpiarle la zona - Gracias, cariño - dice mientras se voltea y me abraza con fuerza.
No sé si lo dice por el polvo que acabamos de echarnos, por haberla limpiado o por haber dejado de ser la idiota que no le creía.

Leyendo el camino (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora