Capítulo 18

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 Mascota: un animal de compañía que se encarga de alegrar los días de su dueño, aquel socio peludo que adoptas para que forme parte de tu familia, tenerla es la experiencia más hermosa que te puede pasar pero el gran problema fue que yo debía ser ...

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Mascota: un animal de compañía que se encarga de alegrar los días de su dueño, aquel socio peludo que adoptas para que forme parte de tu familia, tenerla es la experiencia más hermosa que te puede pasar pero el gran problema fue que yo debía ser el gato de un completo desconocido.

—De cualquier lugar igual esa ya no es mi casa, no importa qué país coloque en el pasaporte falso. Cuánto más lejos, mejor...

—¿Tokio suena genial? ¿Qué te parece Corea? De Asia son los nekos kawaii, ¿cierto? —El tono burlón de Dorian me ganó una gran carcajada.

—No tengo pinta de asiático, señor Leroy...

—Cierto, tienes pinta de cachorro malherido. ¿Qué te sucede?

—Quiero irme de este lugar, me trae malos recuerdos...

—Joven Anderson, en la vida le sucederán muchas cosas malas debido a personas mal intencionadas, ¿usted debe estancarse por eso? ¡Claro que no! ¡Déjalo ir! Suelta ese enojo. Además, si no fuera por tu llegada a Los Ángeles nunca hubieras caído en las manos de Claver, yo nunca te hubiera descubierto metido dentro de esa caja de cartón y Eric...

—Nunca me hubiera conocido...—debía reconocer que Leroy era muy sabio.

—¡Exacto!

—Entonces... ¿Mi dueño es su cretino exnovio y yo solo seré una distracción y no juego sexual para él? ¿Está soltero?

—¿Creerías lo contrario? ¡Obviamente! Yo soy un amante insuperable, darling. Mantuvimos un noviazgo por ocho largos años, debería graduarme como un maldito monje budista porque solo fui un puto accesorio en su grandiosa vida de alto glamour, el miserable tiene el tiempo escaso. Pero como todo en la vida terminó un invierno atroz, por ahora sólo tiene una relación romántica con su inmensa corporación multimillonaria.

—¿Su noviazgo terminó porque le daba más importancia a su empresa?

—No, yo le fui infiel.

—¡¿Cuernos!? ¡Maldición! ¿Y todavía se queja? Ya no se puede confiar en nadie….

—No tienes la menor idea, mascotte. Llevo tu misma edad trabajando con él y es una persona muy difícil de tratar, créeme. Se ha sumergido en una muralla de soledad extrema, deja pasar a muy pocos esa barrera...

—Bien, se nota a kilómetros que usted odia a su exnovio. ¿Entonces por qué me dará como obsequio? —Aquellos detalles tan escabrosos me confundieron aún más.

—El maldito sigue siendo mi jefe... Y me encargó conseguirle un neko real sabiendo perfectamente que era una labor imposible, pequeño curioso. Él necesita una mascota porque su psicólogo se lo recomendó antes de recetar analgésicos para sus fuertes migrañas —bueno, al menos su expresión de agobio tenía sentido.

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