Capítulo 22:

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—¡Hey espera, Sergio! —La curiosidad siempre superó mis escrúpulos, aunque en esa ocasión necesitaba saber toda la historia detrás de aquel romance, nunca me iba atrever a preguntarles personalmente a los  protagonistas—

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—¡Hey espera, Sergio! —La curiosidad siempre superó mis escrúpulos, aunque en esa ocasión necesitaba saber toda la historia detrás de aquel romance, nunca me iba atrever a preguntarles personalmente a los  protagonistas—. ¿Qué imperio perdió el señor Leroy por él? 

Sujeté a Sergio del brazo impidiendo que se fuera desesperado por respuestas, podría jurar que estuvo a punto de soltar la lengua pero la puerta principal se abrió, y la flamante pareja apareció de improviso. Ellos se quedaron atónitos, Dorian no se atrevió a pronunciar palabra alguna, cerró la puerta en silencio con la mirada gacha, hasta parecía que se dirigía al paredón de fusilamiento. Ponce despreció a Sergio con la mirada, no pude descifrar su expresión pero sin duda alguna aquella fue la situación más incómoda de toda mi corta existencia. 

—Por eso estaban tan nerviosos ustedes dos cuando llegué, ¡¿cierto!? ¡Solo intentabas ocultar a tu amante de mí! —Casi se me rompió el corazón al ver cómo la sonrisa de Brandon se apagó, y sus ojos se llenaron de lágrimas. "Decepción", sería la palabra indicada para describir la expresión de su rostro—. ¿Por qué siempre te burlas de mis sentimientos, Dorian? 

Ponce no podía articular palabra, lo noté cuando se tambaleó por la impresión, y lo peor fue que Sergio no tenía la menor intención de salir de la suite, hasta parecía que estaba disfrutando la escena. Debatí la mirada entre el par de tórtolos, Ponce estaba a punto de derrumbarse de agonía y Dorian permanecía petrificado. Debía hacer algo y rápido.

¡Tenía que ayudar a Leroy!

Quería que la tierra me escupiera porque el estilista era un infiel despreciable, sin embargo Dorian era mi patrocinador, y era mi obligación ayudarle. No sabía qué hacer...

—¡Lo trajo para mí! Prácticamente le imploré a Dorian que me contratara a esta belleza de hombre —Brandon balbuceó incrédulo, esa situación fue realmente bochornosa para mí sin embargo me importó una mierda. Sergio entendió mi improvisado plan de inmediato, y se aproximó a sujetarme de la cintura con suma complicidad—. Por eso estaba de mal humor, interrumpiste nuestra sesión matutina, idiota. No me arrepiento, este chico es realmente sensacional. Me dejó todo adolorido...

—¡Oh cuánto lo siento, mi cielo! Yo no quería... No sabía... ¿Me perdonas? —Ponce recuperó un poco su postura, acarició el rostro de Leroy y luego giró a mirarme risueño—. Andy, ¿no nos piensas presentar?

La burla era palpable en la voz del fotógrafo, Dorian tragó en seco y evitó tener contacto visual con su aventura nocturna, le había salvado el sofisticado pellejo y se lo pensaba cobrar muy caro...

—En efecto yo lo contraté, necesitaba estar seguro que no estaba llevando a un aburrido heterosexual a París. Simple —Dorian hizo una pose de divo—. Mi flor de loto, él es Sergio. Sergio, él es Brandon Ponce, mi novio.

«Dios, apiádate de mí»

—Lamento informarte que este bello hombre es mío y no me agrada compartirlo —Brandon marcó su territorio ante la visita—. La verdad estábamos por desayunar; así que Ser-gio... ¿Cierto? Te ruego que controles tu testosterona bien pagada para después de la comida.

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