Capítulo 33:

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La vida perdió sentido para mí, la mujer de mis sueños, aquella mujer que despertó en mí el deseo desenfrenado de follar con personas de mí mismo sexo, resultó ser un hombre

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La vida perdió sentido para mí, la mujer de mis sueños, aquella mujer que despertó en mí el deseo desenfrenado de follar con personas de mí mismo sexo, resultó ser un hombre. Un hombre con el miembro viril muy activo. Intentar levantarme me resultó una verdadera tortura, me dolía hasta los huesos. Había sido un primer encuentro brutal para mí, para ella no porque se le escuchaba feliz. En algún momento debió darse cuenta que estaba por desmayarme, quizá por el impacto de la verdad, mi corazón hecho añicos, mi trasero abierto por el pene de la mujer que amo, o tal vez todo mezclado. Noelia llegó a mí y me levantó en brazos con gran facilidad, el cuarto de aseo era amplio y hermoso, una tina medio llena repleta de burbujas fue donde me dejó con suma delicadeza. Al parecer no le importaba que me doliera el trasero, sólo que estuviera bien limpio. Mi diosa no ingresó a la tina para acompañarme, solo se sentó encima del inodoro a fumar otro de sus extraños cigarros. 

—Entonces… Usted es un hombre, fue un hombre todo el tiempo… Le miente a la moda, le miente a sus fans, le miente al mundo entero…—La voz se me quebró, fue realmente decepcionante.

—No tengo porqué darte una explicación, gatito —murmuró entristecida, algo le preocupaba y me imaginaba la razón—. La verdad es que yo...

—No es necesario, señora —la interrumpí mientras me jabonaba los brazos—. Cuánto menos me entere sobre este circo, mejor. Prefiero morir en la ignorancia… Tenía nueve años cuando mi madre me compró mi primera revista de modas, y en la portada salió una hermosa mujer, su belleza era deslumbrante y sus ojos me ocasionaron ciertas sensaciones que dos años después logré describir. Me gustan las mujeres gracias a usted, señora Duval. Soy lesbiana por ti. 

—¿Lesbiano...? 

—Lo deduje porque me excitaba demasiado con cada fotografía suya… Y créame… En mis sueños eróticos usted no tenía nada colgando entre sus preciosas piernas…—el rostro de la encantadora mujer era un poema, parecía muy perturbada. 

—Los fanáticos siempre depositan mucho más que su deseo en mí, me colocan en un pedestal de grandeza y perfección que yo no pedí. Me hacen responsable de actos de locura que nunca lograré enterarme, omitiendo un detalle muy importante; también soy un ser humano. Soy una persona que ustedes endiosan porque necesitan tener un dios terrenal, de carne y hueso, pero dios al fin y al cabo.

—¿Dorian Leroy fue el maldito miserable que la engañó? 

—Sí.

—¿Me adoptó por venganza? Es decir, usted sabía que yo… No era macho.

—Te ví en mis sueños y desordené átomos del universo para hacer que aparezcas. Aguardé por ti meses enteros imaginando cómo sería tenerte cerca, ¿crees que iba a importarme si fueras un alien?

—Buen punto…

—¿Alguna otra inquietud? La última.

—Ahora que lo menciona... No me quedó claro la razón de decirle "amo" —ella se quedó en silencio, se sentó al borde de la tina jugando con mi cabello a su placer; una dulce sensación que me obligó a cerrar los ojos. 

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