Deseaba que mi padre estuviera en casa, sabía muy bien que él me apoyaría en mi sueño de ser cantante, y en mi opción sexual. Pero hace años se había marchado de nuestras vidas. Mi madre cayó en una depresión muy fuerte aunque nunca nos explicó lo sucedido, ellos eran el matrimonio perfecto del vecindario. Él siempre atento y amoroso, ella sonriente y dichosa de tenernos a los tres en casa cada domingo por la mañana. Pero una noche simplemente desapareció, sin decir adiós ni dejar alguna carta o nota de despedida, y ese era un dolor inmenso que me acompañaba siempre. Sin embargo el dolor se esfumaba cuando tenía la cabeza caliente gracias a la excitación, mi preciosa pelirroja engreída estaba debajo de mi cuerpo muy dispuesta a aliviar todas mis penas con su cuerpo.
—Oh pastelito... Eres tan dulce...—gemía la desvergonzada abriendo más las piernas, tenía dos dedos bien metidos en su intimidad, y mi boca aferrada a uno de sus senos.
—¿Te gusta...? —Pregunté lamiendo sus carnosos labios.
—¡Ah, bebé...! ¡Ah! ¡Ah! ¡No pares...! Más al fondo, más...
Cuando sentí su clítoris lo suficientemente hinchado me acomodé entre sus piernas para empezar la exquisita fricción, Joyce gemía como una actriz de películas para adultos, y era lo que más me gustaba de ella. También gemía sin control entre sus piernas y aceleré el ritmo de mis meneos porque me urgía llegar al clímax. Mordiendo y succionando sus rosados pezones nos corrimos al mismo tiempo, fue la puta gloria.
—¡Joder, preciosa...! Eres tan divina... —Grité en medio de mi violento orgasmo, hundí mi cara en medio de sus enormes pechos justo cuando la puerta se abrió.
—¡Mierda, Liz...! —Protestó la dueña de casa.
—¡No me jodas, Joyce! Llevan horas encerradas aquí, hasta me aburrió jugar tantas partidas de Nintendo sola...
—Deberías probar, Liz. El sexo lésbico es lo mejor del mundo, no tienes el peligro de quedar embarazada, y es más excitante entre amigas de confianza —Joyce comentó después de acurrucarse a mi lado.
—¡Jódete, Joyce!
—¡Ahora lo recuerdo! El motivo por el cual me urgía reunirme con ustedes... Contacté la web del "Piso 70" y me inscribí para el casting, parece muy confiable. Tiene las direcciones y números de teléfono. Solo tengo que pagar el viaje —Joyce comenzó a darme besitos cortos en los labios, después aplaudió de emoción.
—¡Qué buena noticia! ¡Eso me parece genial, bebé! ¡Lánzate a la aventura! —Joyce me felicitó, en cambio Liz se quedó callada y pensativa, su ceño se frunció exageradamente y parecía que iba explotar gracias a un ataque de estreñimiento.
—¡¿Estás segura que es confiable!? Deberías comprobarlo bien... Algunas páginas web son falsas. Ese establecimiento es muy famoso, no creo que realicen casting abiertos al público en general.
—Está todo bien, Liz. Comprobé que todo sea seguro en la página, ¿puedes aparentar estar feliz por mí al menos?
—Tengo miedo por ti, Andy. Existen muchos delincuentes ocultos detrás de aquellos sitios en la red y no quiero que te pase nada malo... Amiga yo creo que... —Liz estaba empeñada en copiar el fatalismo de mi madre pero afortunadamente tenía a Joyce de mi parte.
—¡Basta, Liz! Mi pastelito al fin ha decidido dar el gran paso, no piensa esperar más y eso me alegra enormemente. Persigue tus sueños, bebé. Cuentas conmigo —la pelirroja se levantó, se calzó su bata de diva color rosa y se acercó a su mini nevera para sacar cervezas frías para ambas.
—Gracias, preciosa...
—¿Dónde se realizará el famoso casting está vez? —Mi atlética amiga enderezó su asiento y me miró con seriedad, eso solo significaba una cosa: que debía de soltar la lengua pronto.
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MININO
ChickLit¿Podrías creer que la mujer más hermosa del planeta es un hombre? De la manera más inesperada, Andy consigue convertirse en la mascota de la culpable de su preferencia sexual; Noelia Duval: la más grandiosa diseñadora de modas, anualmente elegida co...