Capítulo 15

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Para cuando Sophia se despertó eran las once de la mañana del domingo, día de descanso en su trabajo. Decidió salir de su cama y meterse a bañar, cuando salió fue hacia el primer piso, exactamente a la cocina, de ahí salía un olor delicioso a lo que parecía ser pasta.

Ella amaba la pasta, tenía una debilidad muy grande por la comida italiana. Llegó caminando a la cocina con sus ojos cerrados guiándose solamente por el sentido de su olfato y prontamente se chocó contra una isla.

-¡Auch!- Hizo un gesto de dolor por el golpe que recibió en su abdomen, se sobó en el lugar del golpe y abrió los ojos para encontrarse con unos ojos que la miraban divertida desde el otro lado de la cocina- ¿Te parece gracioso?- Le recriminó al hombre de ojos verdes.

-De por sí, tu misma presencia me causa gracia- Le dedicó una sonrisa burlona. Ella lo miró furiosa antes de coger una rebanada de pan integral y metérsela en la boca agarrando una puntica con los dientes. Se hizo a su lado y miró la olla hirviendo con las pastas dentro.

-¿Estás cocinando?- Le preguntó. Si Jonathan le entendió fue porque hizo un esfuerzo para hacerlo, con el pan metido entre los dientes, no es que pudiera modular muy bien las palabras.

-Es eso, o morirme de hambre esperando a que la anfitriona de la casa se le dé la gana de despertarse y atender bien a sus invitados- Ella le negó con la cabeza y el pan se movió con ella.

-Tú no eres mi invitado, perdiste la calidad de ese nombre cuando mi padre nos puso a vivir juntos. Eres mi inquilino, debería cobrarte por vivir aquí- Le dijo de broma. Jonathan cruzó sus brazos a nivel del pecho y la miró fijamente, antes de acercarse lo suficiente a la cara de ella, Sophia cerró sus ojos y sintió como la nariz de Jonathan le rozaba su labio superior, el chico jaló con sus dientes una de las puntas inferiores del pan que traía ella en la boca y lo desgarró. Ella abrió los ojos con sorpresa para ver cómo su boca masticaba el pedazo de pan que se había comido.

Sophia se terminó de comer el poco pan que le dejó antes de que él se lo quitara y se lo tragara también. Ahora que estaba al lado de Jonathan podía ver que solo llevaba un pantalón corto como pijama y estaba descalzo. Su torso mostraba más runas de color gris opaco y ella quiso tocarlas, pero se contuvo. Amaba esas marcas en él, lo hacía ver aún más sensual de lo que era.

-Tú también llevas una ropa muy bonita- Le guiñó el ojo. Sophia bajó su mirada para encontrarse que sólo llevaba puesto lencería de color verde y una bata de seda color perla que se le arrastraba por el suelo. Esta vez fue imposible para ella evitar sonrojarse de la vergüenza, todavía no se acostumbraba a tener una presencia a su lado las 24 horas del día, ella siempre andaba así en su casa y ahora debía cambiar esa costumbre.

Jonathan observó cómo sus mejillas se coloreaban de rojo, le alzó la cabeza tomándola de la barbilla.

-Hermosa- Fue lo último que Sophia esperaba oír de él, esperaba una burla o un comentario pervertido. Pero no eso, y por esa razón se puso aún más roja. Volteó la cabeza hacia la olla nuevamente.

-Te ayudo a cocinar, así terminaremos más rápido para ir al centro comercial- Él asintió sintiendo una cómo parte de él estaba orgulloso de haberle causado ese sonrojo.

Cocinar con Jonathan fue más entretenido de lo que ella esperaba, normalmente odiaría cocinar con alguien más, pero la presencia de él no le incomodó en absoluto. Cuando vieron el desorden y los utensilios utilizados para la comida comenzaron a pelear entre ellos por ver quién sería el desgraciado que limpiaría todo eso solo.

Lastimosamente le tocó a Jonathan hacerlo, pero Sophia le ayudó, al fin y al cabo, fue él quien comenzó a cocinar.

-Es la una de la tarde, nos vemos en media hora aquí, tengo que arreglarme- Sophia salió corriendo hacia su cuarto. Tiró la bata en la silla que estaba a un costado de su habitación y comenzó a ponerse un body color vino tinto de mangas largas y un short muy corto. Aunque estaban en pleno verano, ella no podía sentir bien el calor, por lo que no le causaba nada ponerse ese body. Se maquilló y dejó su cabello lacio suelto que caía como cascada en su espalda y adelante. Miró el reloj, 1:28 pm. Se puso loción y cogió un bolso dispuesta a salir hacia el primer piso.

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora