Capítulo 21

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Los labios de Sophia lo besaban con mucha intensidad; quería más de él, quería probarlo aún mucho más. Con una mordida en su labio inferior se separó de él, se sentó sobre sus piernas y comenzó a desabotonar su camisa blanca con una lentitud tortuosa; cuando llegó al último botón abrió la camisa y pudo observar el blanquísimo y bien definido torso del chico, fue inevitable no quererlo tocar; sus uñas trazaban fuertemente cada fina línea marcada de arriba abajo y de un lado hacia el otro. El cuerpo del chico comenzó a reaccionar poniéndose rojo ante el contacto duro de las uñas de Sophia.

Jonathan se sentó, ambos estaban cara a cara y ella podía sentir la creciente erección de su compañero, quien se quitó la camisa y comenzó a besarla nuevamente. El moño perfectamente cuidado que Sophia tenía hace menos de veinte minutos, ahora era un moño desajustado y molesto, soltó su larga cabellera que cayó sobre los dedos del chico. Él no se resistió y tiró del oscuro cabello, como respuesta la cabeza de la chica rotó hacia atrás mirando hacia el techo.

-No sabes cuántas veces he querido hacer esto- La ronca voz de Jonathan la calentó un poco más. De pronto, los labios hincados del chico atacaron su cuello, la chica jadeaba ante el contacto con esa parte tan sensible de su cuerpo. Las largas manos de Jonathan comenzaron a buscar por dónde podía quitar el vestido, pero al no encontrar ningún botón o cierre optó por rasgarlo. Le quitó suavemente lo que quedaba del vestido quedando en una fina lencería blanca ante él; los hábiles dedos del chico desabrocharon su brasier dejando ante sus ojos los más perfectos y redondos pechos que jamás había visto en su vida. Jonathan era una masa de deseo ardiente que quería hacer suyo el cuerpo de su mujer.

Sophia comenzó a gimotear cuando los dedos del chico tocaron el borde inferior de sus pechos, lentamente subiendo trazando un delicado camino hasta llegar a esos pequeños montículos duros de la excitación, donde, con dos experimentales y hábiles dedos rodeó sus pezones para halar suavemente de ellos. Pronto dejó de besar el enrojecido cuello de su prometida para bajar hacia esos sensuales pechos que clamaban por su completa atención. Eso fue lo que hizo, los miró por un segundo para grabar la imagen de los pechos en su mente y metió un pezón en su cálida boca para juguetear con él, un pequeño gemido salió de la boca de la muchacha quien tenía los ojos cerrados disfrutando de las pequeñas ondas de placer que se propagaban por todo su cuerpo.

Cuando Jonathan supo que ya había sido suficiente placer para una sola zona del cuerpo de Sophia, la hizo recostar en la cama que se hundía con su peso. El chico se paró para quitarse sus zapatos, junto con las medias y el pantalón; la chica abrió los ojos reaccionando ante la falta de placer a la que estaba siendo sometida hasta ese momento.

-Cierra los ojos- Obedeció cerrando de nuevo sus ojos sin poder ver qué era lo que estaba haciendo el chico. Pero no duró tanto tiempo en la duda, pues comenzó a sentir como le bajaban lentamente sus bragas y le abrían sus piernas.

Oyó un leve gruñido

-Eres perfecta- Ella supuso que Jonathan estaba frente a su intimidad cuando sintió una cálida respiración en esa zona.

-Jonat...- Y antes de poder terminar de decir su nombre, soltó un fuerte gemido al comenzar a sentir la húmeda lengua del chico en su clítoris.

La lengua de Jonathan le daba duros estímulos a la chica que gemía cada vez más fuerte sin poder saber sobre qué sostenerse a casusa del gran placer por el que estaba pasando. Pronto todo se detuvo abruptamente, por segunda vez, y ella alzó su cabeza para mirarlo, una sonrisa maliciosa se asomó por las comisuras de Jonathan que le mostraba dos de sus largos dedos y luego los introdujo rápidamente dentro de ella. Por inercia, Sophia hizo un sonido que estaba entre un grito y un gemido. Se tiró sobre la cama.

La boca se le comenzó a secar de tanto gemir, pero no podía parar de hacerlo, el sentir la lengua del chico en su clítoris y los dedos estar en un vaivén violento dentro de su intimidad, hacía que ella estuviese sobre esforzando sus cuerdas vocales al máximo. Pronto sintió que una nueva sensación la estaba inundando, sus paredes uterinas comenzaron a cerrarse sobre los dedos de Jonathan; quien al parecer sintió lo mismo pues comenzó a meter y sacar sus dedos aún más rápido, Sophia dejó de gemir para comenzar a suspirar mientras agarraba las sabanas en sus manos. Por primera vez sintió que todo se quedaba en blanco por un segundo para luego explotar en una gran sensación de placer inaguantable que la hizo gritar.

-¡Jonathan!- Fue lo único que alcanzó a gritar olvidando cómo se tenía que hablar pues todo lo que salía de su boca eran pequeños jadeos, su cuerpo temblaba constantemente mientras sentía como un líquido caliente salía de su intimidad mojando, probablemente los dedos de Jonathan.

El chico se puso sobre ella chupando los dos dedos que habían estado dentro de ella, miró la inmaculada cara de Sophia quien tenía los ojos cerrados. Sus mejillas estaban enrojecidas por el calor que se sentía entre ellos dos y su boca estaba entreabierta todavía jadeando. Él no lo pudo evitar y la besó, deseaba que ella misma probara el producto de su orgasmo, un sabor dulzón al que Jonathan se podría acostumbrar fácilmente.

Los ojos violetas de Sophia se abrieron en medio del beso y con sus manos alejó al rubio a una distancia prudente, él la miró confundido.

-Quiero que me hagas el amor ahora- Demandó mientras se mordía el labio. En ese momento, los ojos verdes de Jonathan se oscurecieron hasta mostrar miles de pequeñas manchas negras.

-Como mande, mi princesa- Dicho esto, se quitó su bóxer dejando ver su bien dotado miembro y se acomodó entre las piernas de la chica. En menos de un segundo después, él la penetró.

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora