Ángel Infernal. (TERMINADO)

Capítulo 35

JONATHAN POV

Han pasado cerca de dos meses y no se han tenido noticias acerca del paradero de Sophia. Después de despertar en el castillo de la reina Seelie y evadiendo cualquier insinuación que le hacía mientras él estaba en el cuarto, decidió salir corriendo en busca de la chica, pero al llegar al salón; se dio cuenta que no había nadie. La reina le dijo que se la habían llevado para el infierno pues la necesitaban.

Jonathan, por decisión propia había decidido viajar a donde Lucifer, pensando que tal vez ella estaba allí. Pero grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que Sophia no había vuelto a ese lugar desde la última vez que se fueron. Él sabía que algo malo estaba pasando y que si no se apuraban a encontrarla, podría perder a la única mujer por la que ha tenido algún tipo sentimiento no solo carnal; para siempre.

Todos los días su suegro y él viajaban junto a un gran ejército se encargaban de buscarla en todos los mundos infernales y algunos pocos en la tierra, pues algunos ángeles, amigos de su prometida, sobrevolaban el lugar.

Ese día estaban a punto de partir al reino de Salles, revisaban que el ejército y sus municiones estuvieran aptos para la expedición.

-¡Señor, hemos encontrado algo!- Uno de los sirvientes de Lucifer recorrió el vasto jardín casi que flotando hasta llegar donde ellos.

Lucifer tiró las espadas infernales al suelo, al igual que Jonathan y ambos acorralaron al joven sirviente.

-¿Qué noticias traes?- Preguntó en un cierto desespero el rubio de ojos negros.

-Señor, creemos que la tienen en el reino de Marfor- El sirviente sintió pena al decir esas palabras.

-¿En dónde?- Pero antes de que alguien le respondiera, Lucifer soltó un gran rugido que hizo partir el jardín en dos. Los demonios y Jonathan veían con algo de asombro lo que acababa de suceder.

El cuerpo atlético y joven del padre de Sophia cambiaba por un cuerpo rojo, gigante, musculoso y caliente. La bella cara angelical de ojos violetas se convirtió en la cara personificada del miedo de todos los seres vivos y no vivos, sus envidiables ojos ya eran negros, más oscuros que los de cualquier demonio y sus dientes perfectamente blancos se volvieron unos dientes puntiagudos de más o menos veinte centímetros. Era la personificación del diablo de la biblia, midiendo unos treinta metros sobre el suelo y soltando un aura cenizosa a su alrededor.

-¿Pero qué...?- De pronto, desde el cielo gris se abrió un portal muy luminoso con una fuerza gravitacional tan grande que los hizo flotar hasta dentro del mismo. En seguida, el portal los botó estrepitosamente hacia el suelo. El chico observó el paisaje que se extendía por sus ojos, era un lugar demasiado macabro que no daba buena espina; el suelo donde estaban parado era roca volcánica pura y caliente, los ríos eran lava que derretían todo a su paso, no había signo alguno de vegetación o de animales en el lugar y el cielo estaba de un color rojizo sin ningún sol o nube.

-Ya saben que esto es Marfor y que por el bien de cada uno de ustedes mantenga su objetivo claro, no se dejen llevar por ningún otro pensamiento intruso; si lo hacen, no hay nada ni nadie que los pueda sacar de este lugar- La voz de Lucifer resonaba como los gritos de los torturados pidiendo clemencia. Definitivamente era el mismo terror en persona- Una vez que encontremos a Sophia, debemos sacrificar a uno de sus captores para poder regresar sanos y salvos a nuestro mundo. Ahora hay que ir por ella, sabemos en dónde la tienen.

El ejército asintió una sola vez antes de ponerse en marcha hacia una de las montañas negras que se veían lejos en el horizonte.