Capítulo 18

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3 meses después.

Han pasado tres meses desde que Jonathan está viviendo en el apartamento con Sophia. Realmente no ha habido más avance que unos ocasionales besos entre los dos, pero por lo menos ahora se habían conocido mucho mejor. Jonathan se había abierto a ella y le había contado su historia, aunque Sophia ya la sabía, habían cosas que fueron totalmente nuevas y no menos impactantes para ella como cuando le contó la forma tan íntima en la que se conocía con la Reina Seelie, esa vez le fue casi imposible controlar esos sentimientos que le punzaban como dagas ardientes en su pecho.

Cuando él le preguntó acerca de su historia, ella le prometió que se la contaría más adelante, él no estuvo muy contento pues esperaba que ella también se abriera para él; pero para ella no le era fácil, eran muchos años los que tendría que resumir y omitir muchos detalles para su bien.

También la chica había aprendido a confiar un poco más en Jonathan y ahora éste podía salir de la casa sin que ella se sintiera preocupada al pensar que él podría comenzar a tramar planes en contra de los habitantes de la tierra. Él había decidido invertir en algunos locales emergentes en la ciudad y al parecer le estaba yendo muy bien, todos los días salía para ver cómo funcionaban sus negocios y ocuparse de malos asuntos en un horario demasiado flexible y envidiable para la joven.

Pero hoy, Sophia iría a comprar el regalo del cumpleaños número veintitrés de Jonathan. Por lo que ella sabía y él le contó, nunca celebró su propio cumpleaños aun así recibía algún regalo por parte de su padre, que siempre consistía en un arma; luego de la muerte de él, dejó de recibir algún regalo. Eso era algo que ella iba a cambiar ese día, le compraría un regalo de cumpleaños y no sería un arma, también celebraría su cumpleaños en la intimidad de su casa y terminarían ese día de una manera inolvidable.

Al llegar a su destino, se bajó del carro y caminó dentro de la gran tienda. Ahora podía decir orgullosa que conocía muy bien los gustos de Jonathan y no sentía temor alguno a comprarle un regalo que a él no le gustara.

Un trabajador le mostró el catálogo de la tienda y ella eligió cuidadosamente el que se adaptara más a él, le tocó pagar más de lo que esperaba para poder tener el regalo en su casa a las 8 de la noche, pero no le importó; hoy todo tendría que salir perfectamente.

Luego de comprar el regalo de Jonathan, decidió pasar por una pastelería y comprar un hermoso pastel de chocolate, lo hizo decorar con la palabra "Feliz cumpleaños #23" en letras plateadas y tenía algunos arreglos en chocolate, de hecho, el mismo pastel parecía una fuente de chocolate oscuro. Sophia miró el reloj cuando estaba saliendo de la tienda, eran las doce del mediodía y Jonathan no regresaría hasta las seis de la tarde, tenía el tiempo suficiente como para preparar la cena de la noche.

Llegó directo a la cocina y marcó el número de teléfono que se sabía de memoria.

-¿Qué pasa, amor?- Preguntó una voz algo dormida.

-¡Annika, necesito tu ayuda!- Gritó cuando se le dignaron a contestar

-¿Qué?

-Te espero en treinta segundos sea como sea que estés- Dicho esto colgó el teléfono y en exactos treinta segundos vio aparecer a su adormilada amiga que estaba medio desnuda. Sophia le tiró su bata de seda para que cubriera.

-Espero que sea bueno lo que me tengas que decir, de otro modo te mataré, amiga- Le gruñó Annika quien se ponía la bata de seda de Sophia y se peinaba su cabello de oro.

-Has vivido en Francia recientemente. Necesito que me ayudes a preparar un tal Magret de Canard, por favor- Le suplicó haciendo pucheros y agarrándola de los hombros.

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora