O bueno, lo que estaba a punto de hacer, porque por él hubiera seguido y podría haberle hecho el amor a su futura prometida, pero antes de que pudiera haberlo hecho, alguien tocando la puerta lo hizo perder la concentración.
Volvió a gruñir, un gruñido que salió de su boca en tono de rabia y desesperación.
-¡¿Qué quieren?!- Su voz salió gutural de su garganta. Sophia le acarició suavemente su cabello, haciendo que él se relajara.
-Perdón, señor Morgenstern. Pero es hora de partir, el portal está abierto- Dijo la voz desde afuera- Por cierto, ¿está usted con la princesa?- Sophia lo miró haciéndole pucheros, él le sonrió.
-No, ella dijo que iría a dar una vuelta por el castillo antes de irse- Sophia le agradeció internamente- Me debes una, princesita. Haré que me la pagues más adelante- Le guiñó el ojo y ella puso sus ojos en blanco.
-Está bien, señor- Los dos escucharon como se oían cada vez más lejos los pasos del sirviente. Cuando ya no se escuchaba nada más por el pasillo, Sophia decidió bajarse de los brazos de Jonathan y se acomodó la camisa.
-Te veo abajo- Se despidió de la mano sarcásticamente y se fue caminando, antes de llegar a la puerta, unas manos la halaron fuertemente hacia atrás, Jonathan la miraba enojado.
-No te vas a ir, ¿qué pasará con esto?- Le señaló su gran bulto que sobresalía de la toalla. Ella reprimió una mordida de labios pues quería hacerse cargo de él, pero lo haría sufrir un poco por haberla torturado con sus pechos cuando ella no tenía tiempo.
-Lo esconderás bien. Apenas llegues a mi apartamento te podrás dar una ducha fría- Le miró vengativa- auf Wiedersehen, meine Liebe!- se despidió de él de una forma dramática antes de abrir la puerta y desaparecer por el largo pasillo.
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Al frente del portal se encontraban varios sirvientes del castillo, Lucifer y su hija. Estaban esperando que el señor Jonathan Morgenstern bajara las escalas para poder partir.
Ya llevaban esperando diez minutos y ella comenzaba a desesperarse, así que decidió mandar a uno de los sirvientes a ver por qué Jonathan se demoraba tanto, pero antes de dar la orden, un Jonathan algo demasiado casual bajaba las escalas junto a dos grandes maletas. Ella no pudo evitar reír al verlo con unos joggers negros de pantalones. Su padre la miró.
-¿Qué sucede?- Le preguntó expectante, desde hace varias décadas no había oído reír a su hija de esa manera, tan natural y burlona.
-Nada de qué preocuparse, padre- Ella le dijo mientras tomaba aire para evitar reír nuevamente. Jonathan se posicionó a su lado, tenía una mirada de pocos amigos y su cara estaba tensa- Es hora de marcharnos.
-Así es, es hora de que vayan a la tierra- Miró a Jonathan- Cuida de ella, no permitas que le suceda algo malo- Sophia expiró aire.
-Me he cuidado antes bastante bien, yo solita. No necesito un guardián que haga el trabajo que llevo haciendo conmigo misma- Su padre le asintió para no seguirle la pelea, no delante de los sirvientes y Jonathan- Adiós, padre- Abrazó a Lucifer y éste le dio un beso en la coronilla. La chica miró a los sirvientes, les sonrió una vez; ellos hicieron una reverencia, después ella entró en el portal.
-Cuidala- Le repitió Lucifer a Jonathan una vez ella se fue.
-Siempre la cuidaré, señor- Jonathan hizo una reverencia y entró en el portal.
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Ángel Infernal. (TERMINADO)
FanfictionUna joven observaba, desde el cielo, la muerte de Sebastian Morgenstern. Ella sabía que debió haber hecho algo para impedir que esto llegara hasta ese punto, pero no pudo hacerlo, por órdenes de su padre, la joven no pudo salvar de la muerte trágica...