El resto del viaje fue silencioso, ella había omitido el comentario en respuesta a Jonathan, incluso después de colgar la llamada. A llegar a casa, entre los dos subieron las bolsas de las compras para Jonathan y entraron a su cuarto para decorarlo.
La habitación se veía muy del gusto de Jonathan; elegante, minimalista y monocromática. Habían puesto cuadros, un reloj grande de pared negro, un escritorio y una silla del estilo del siglo XVIII, que hacía resaltar un portátil blanco descansando sobre el escritorio negro. El chico también había comprado pintura, al parecer no le gustaba tener su habitación tan blanca, ella le había permitido organizar su cuarto a su gusto y eso incluía el tener que pintar las paredes, trabajo que él haría al día siguiente.
-Bueno, hemos terminado y debo admitir que tienes un buen gusto en la decoración de interiores- Lo había alabado Sophia luego de mirar maravillada a su alrededor.
-Suelo ser demasiado bueno en todo, ese es mi defecto- Definitivamente el ego de Jonathan era muy grande, pero ella decidió dejarlo pasar y recordó que le tenía dos obsequios al chico.
-Espera un momento- Fue lo que dijo antes de salir caminando a paso rápido hacia su bolso que estaba tirado en el suelo en el corredor. Volvió a entrar y se paró frente al chico- Te compré algo- Sacó de su bolso una caja de madera con la palabra Cartier marcada en letras cursivas y doradas.
-Te dije que no tenías que gastar tu dinero en mí- Le reprochó el chico. Sophia solo levantó sus hombros y los dejó caer.
-No tenía por qué obedecerte. Además solo quería darte algún presente de bienvenida- Le entregó la costosa caja- Ábrela- Ella parecía mucho más emocionada que él, aunque bueno, Jonathan no tenía ninguna expresión en su cara.
Jonathan le hizo caso y con lentitud abrió la caja, dentro se encontraba descansando en una almohadilla de seda, un reloj de oro que relucía a metros. Volvió a cerrar la caja y miró a la chica que había dejado de estar emocionada.
-No te gustó, ¿verdad?- La decepción en su voz era muy notoria y Jonathan se sintió extraño al verla así.
-No es así, solo que...- Suspiró- Lo usaré- Sophia volvió a sonreír.
-¿Pero te gustó, verdad?- El asintió y puso la cajita en la mesa de noche que estaba al lado de su cama- Menos mal porque...- Sacó del interior del bolso otra caja más, el celular que le había comprado a Jonathan- Hay algo más que debo darte.
El chico la miró curioso.
-Te digo que no necesitas comprarme algo y terminas gastando más dinero que yo con la decoración- Negó con la cabeza- Definitivamente, para la próxima te diré que me compres el Reino Unido a ver si por fin me haces caso al no despilfarrar el dinero en mí.
-En mi defensa diré que no solo fue mi idea, mi padre me pidió que te ayudara a pasar desapercibido en el mundo humano, y siendo sincera, ¿qué persona o intento de ella no tiene un celular en pleno siglo XXI? Créeme, llamarías mucho la atención si no tuvieras un celular contigo, Jonathan Morgenstern- Los ojos esmeralda del chico se oscurecieron un poco.
-Repítelo- Ordenó su voz. Sophia se quedó anonadada; ¿repetir qué exactamente?
-Te dije que no solo fue mi i...
-Eso no, repite mi nombre- Jonathan tenía su voz más grave que de costumbre.
-Jonathan Morgenstern- Seguía con la mente en blanco y no entendía muy bien el por qué debía repetir su nombre. Pero lo siguiente que Sophia supo fue de unos fuertes brazos que le hicieron tirar su bolso y la caja a la cama del chico. De repente ella estaba enredando sus piernas, de nuevo, en el torso de Jonathan y éste la sostuvo por la espalda acariciándole el cabello mientras posaba sus labios en los de ella.
Por primera vez ese beso fue tierno y no necesitado como los anteriores. Ella aceptó gustosa de esos bien formados labios y se dejó llevar por él hasta sentir la necesidad de respirar.
-¿Por qué fue eso?- Preguntó todavía enredada sobre el chico que la cargaba.
-Me gusta cómo suena mi nombre cuando sale de tu sexy boca- Le dedicó una pequeña sonrisa de sorna. Sophia no pudo evitar ponerle los ojos en blanco. Jonathan le dio una fuerte palmada en sus desnudos muslos que la hizo gritar, no del dolor, pero sí de sorpresa.
-¡¿Qué demonios fue eso?!- Se bajó sobándose la parte lastimada que se ponía roja y dejaba ver la marca de unos dedos largos.
-Te dije que no me pusieras los ojos en blanco, princesa- La chica resopló, volvió a coger el bolso, miró la caja de celular y luego se dirigió secamente a Jonathan.
-Ya tienes anotado mi número de celular, yo ya tengo el tuyo. Aprenderás a manejarlo solo- Dicho esto, salió del cuarto de Jonathan y se dirigió al suyo para encerrarse mientras se miraba el muslo rojizo.
Sophia entró al baño para organizarse y al salir encontró un mensaje en su celular, era de Jonathan.
"Gracias por los obsequios que me regalaste. Trataré de compensarlos en otra ocasión- Jonathan."
Luego de leer el mensaje, apagó su celular y se dedicó a dormir con una sonrisa en su boca.
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Ángel Infernal. (TERMINADO)
ФанфикUna joven observaba, desde el cielo, la muerte de Sebastian Morgenstern. Ella sabía que debió haber hecho algo para impedir que esto llegara hasta ese punto, pero no pudo hacerlo, por órdenes de su padre, la joven no pudo salvar de la muerte trágica...