Capítulo 42

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PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN

SÉ QUE QUEDÉ EN ACTUALIZAR SEGUIDO.

Pero no pude, hice unos vacacionales en mi universidad y últimamente estoy sin nada de creatividad. Pero tomaré los momentos donde tenga ese asalto creativo y haré más capítulos, terminaré la historia; pero trataré de hacer los capítulos buenos y entretenidos porque ustedes merecen una historia decente y no una historia hecha sin cariño.

Muchas gracias a las personas que han votado mis capítulos y han comentado. He leído cada mensaje y me hacen demasiado feliz, igual ver el número de personas que leen la historia.

Ahora, el capítulo es corto porque en verdad son dos capítulos en uno; éste que es el punto de vista de Jonathan y el próximo que será el punto de vista de Sophia. Espero que lo disfruten.

Los amo muchísimo <3


Jonathan decidió, entonces, cargar el cuerpo inerte de cualquier movimiento de Sophia. Ambos debían salir de ese terrible lugar cuanto antes, el problema es que él no estaba ubicado; no reconocía ni un 1% de lo que veía y esperaba, por el bien de Sebastian, que él tampoco supiera donde estaba. Porque de ser así, posiblemente terminaría matando al demonio dentro de él al haber tenido la maravillosa idea de irse a esconder en su cabeza y dejarlo a él afuera para que limpie todos sus errores. Como siempre lo hacía.

Sus piernas lo guiaban como si tuvieran vida propia a través de puertas y pasillos extrañamente lujosos; pero nunca se detuvo para contemplar la retorcida belleza que aguardaba el lugar. Su cerebro estaba centrado en regresar a algún lugar conocido con Sophia todavía viva. Y viendo su condición, realmente no sabía cuánto tiempo tenía.

Maldijo internamente a Sebastian por ser tan bruto.

Siguió corriendo por cuatro minutos más hasta que llegó a la puerta principal y la abrió. La luz del sol en pleno medio día le hizo cerrar sus ojos instintivamente, los rayos quemaban sus parpados hasta que poco a poco se acostumbró al flujo de luz y pudo recobrar su vista.

Recorrió con una sola mirada el lugar fuera de él, todo era verde, había muchos árboles y manga; nada del otro mundo. Pero solo se dio cuenta que realmente estaba cerca del castillo de Lucifer cuando notó a lo lejos una especie de acantilado que solo existía en ese mundo.

Suspiró soltando toda su tensión acumulada y casi se deja caer de bruces al suelo, si no fuese porque en su hombro tenía a su Sophia.

-Descuida, princesa llegaremos a casa para que te pongas bien- Le susurra mientras acomoda el largo cabello de la chica sobre su espalda y hace una cara de asco cuando toca una sustancia fría y grumosa en éste. Sangre demoniaca.

-Su...Sueltame- Una débil voz se hace presente en la escena y pronto, Jonathan siente un débil empuje que separa el cuerpo de la chica sobre el suyo.

-Sophia, quédate quieta- Puso una mano suavemente sobre la cabeza de la chica para hacerla bajar y acomodarla de nuevo sobre el hueco de su cuello. Luego de oír de nuevo la musical y tierna voz de su mujer, sintió como el alma volvía a su cuerpo y unas fuerzas enérgicas renovaban cada centímetro de su cuerpo de adentro hacia afuera, permitiéndole avanzar con una rapidez extraordinaria hacia el castillo de su mandatario.

-Te... Detesto, Seb... Seb... Astian Morgens... Tern- Esa confesión hizo que Jonathan sintiera algo removerse en su interior, algo que le producía molestia y tristeza a la vez. Sabía que no era de parte suya, pues él era Jonathan, no debía importarle en lo absoluto el cómo Sophia se sintiera con Sebastian; además ella dijo el nombre de su contra parte demoniaca, así que le restó importancia a la confesión y siguió su camino hasta el bello castillo que siempre lo había maravillado por su ambiente acogedor, aunque ahora lo hacía temblar de temor. Sabía que nada bueno le iba a esperar al momento de abrir las puertas.

Contó hasta tres y cuando terminó, abrió la puerta con determinación, iba a soportar el castigo venidero por su chica, porque deseaba verla tan viva como la recordaba la primera vez que la vio ahí mismo.

Lo primero que oyó fue un grito estridente de alguna cosa cerca, lo segundo que escucho fue unos pasos fuertes pisar cada vez más cerca de donde se encontraba y lo último que sintió fue como su hombro, ocupado por el cuerpo de Sophia se sentía liviano. Luego, todo se volvió un caos para sus sentidos y al final, terminó sin sentir nada.

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora