Capítulo 10

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-Adelante- Dijo, y un sirviente del castillo entró para avisarle que prontamente la cena estaría servida- No, excúsame con mi padre y sus invitados, dile que me siento realmente enferma y no podré acompañarlos durante la cena.

-¿Quiere que le traiga algún té, señorita Sophia?- Ella asintió, el té la relajaría más y podría dormir sin problema.

-De frutos rojos por favor- El sirviente hizo una reverencia y salió.

Minutos más tarde, el mismo sirviente junto con otro entró a la habitación y le sirvieron el té, esperaron a que ella lo terminara y salieron. Por fin pudo relajarse entre sus sábanas de seda negras y se dispuso a dormir.

No sabía cuánto tiempo había pasado cuando despertó, pero pudo ubicar que ya eran las dos de la madrugada, pues la luna se iluminaba casi al borde del marco de la ventana. Ella había aprendido a tomar las horas dependiendo de la posición del sol y la luna cuando era niña y vivía aburrida de no poder tener amigos y jugar con ellos.

-Al fin despiertas- Una voz grave habló entre las sombras, ella distinguió la voz.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó medio adormilada.

-¿Me preguntaras eso cada vez que me vez?- Jonathan salió de la habitación, estaba vistiendo una camisa blanca de manga larga y unos jeans oscuros.

-Estás siendo maleducado, respondiéndome una pregunta con otra pregunta- Lo acusó la chica.

-Oh, cierto, mis disculpas, princesa- Hizo una reverencia burlonamente. Ella puso los ojos en blanco- Me dijeron que estabas enferma y por eso no pudiste ir a comer, me hiciste falta y vine a buscarte- La voz de Jonathan tenía ese encanto británico que la hacía derretirse.

-Ya viste que estoy mejor, ya te puedes ir- Pero aun así no demostraría los estragos que le hacía en ella, no tan fácil.

-En realidad también venía a disculparme por mi comportamiento de esta tarde. Mi posesividad es algo que llevo conmigo desde niño y no ha sido fácil controlarlo- Su voz denotaba honestidad, tal y como la voz cuando dijo que no se comprometería todavía.

-Está bien, disculpa aceptada. Te puedes ir- Volvió a insistir Sophia.

-¿Cuál es el deseo por echarme?- Preguntó con una sonrisa divertida- Me encantaría dormir a tu lado, y más ahora que solo usas una camisa por pijama- Jonathan se estaba acercando peligrosamente a Sophia y ella instintivamente se echó hacia atrás.

-Tú eres el que no quiere compartir cama con una potencial a homicida- Le recordó no demostrando inseguridad en su voz.

Jonathan se quedó pensando por un rato.

-Me retracto también sobre eso, no me molestaría compartir cama contigo sin conocerte- Comenzó a quitarse los zapatos y a desabrocharse la camisa- Aunque me digas que me vaya, no me iré, quiero dormir contigo y lo haré cueste lo que cueste, cariño- Sonrió lascivamente y se acercó a la cara de Sophia.

Ella lo empujó con poca fuerza haciendo que él se corriera unos pasos hacia atrás. Sabía que no iba a lograr que él se fuera de su cuarto, pero por lo menos podría poner las reglas a su favor.

-¡Bien! Quédate aquí, duerme conmigo. Pero ni intentes nada más que dormir, si lo haces, te voy a echar por mi propia cuenta de aquí, y créeme, no será nada divertido- Se paró de la cama y se puso frente a él, los brazos de Jonathan bajaron hasta su ropa interior, ella se tensó; pero él solo le bajó la camisa que estaba subida y tapó su ropa interior.

-Lo haré, siempre y cuando tú cooperes, muñeca- Dicho esto le guiñó el ojo y se terminó de quitar la camisa dejando ver unos perfectos abdominales y pectorales bien marcados, Sophia notó como su cuerpo comenzaba a calentarse así que decidió fijar su mirada en otro lado y volver a la cama, dejando un espacio para Jonathan.

Estaba acostada de lado cuando sintió el colchón hundirse por el peso de la otra persona. Ella cerró sus ojos con fuerza, pero pronto unos brazos fuertes le rodearon la cintura y la halaron hacia atrás, chocó con el cuerpo caliente y musculoso de Jonathan. Ahora los dos estaban en la posición de cucharita y él la sostenía firmemente por la cintura.

-Por cierto bonito tatuaje el que tienes en tu muslo derecho- Dicho esto, él le tocó la pierna por donde tenía el tatuaje que él había visto, más exactamente tocó la periferia de su nalga derecha y el comienzo de su muslo. Ella se estremeció cuando hizo eso, y él en respuesta le dio un beso en el cuello, volvió a estremecerse- Me fascina que reacciones así ante mí; me encantaría hacerte más que solo provocarte, pero ya me advertiste. buenas noches, muñeca.

Pero ella no pudo tener esa noche unas buenas noches, no con Jonathan calentándola de esa manera.


Bueno niñas este es el último capítulo por esta madrugada, ahora en la noche seguiré subiendo más capítulos.

Espero que les guste mucho la historia, gracias a las lectoras que he tenido hoy.

Agradecería mucho sus comentarios, me darán más ganas de escribir y saber que hay gente a las que les importa la historia.

Buenas madrugadas <3

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora