Capítulo 1

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2 años después.

Sophia Haborym caminaba por las concurridas calles de Frankfurt en la noche, llevaba en ese lugar cerca de tres años, mientras hacía su especialización en neurocirugía. Todos los ojos de hombres y mujeres se posaban ante ella, pero cómo no hacerlo; la mujer parecía un ángel caído del cielo con su cabello marrón que le caía en una cascada lisa hasta sus glúteos, su bien proporcionado cuerpo que tenía unas sensuales curvas y unas matadoras piernas kilométricas, su estatura oscilaba por encima del metro setenta; pero no solo se volteaban a mirarla por esas razones, sus ojos de color violeta, resaltaban como grandes amatistas sobre su delicada y pulida cara de ángel, la gente que la veía se preguntaba si sus ojos eran en verdad de ese color o estaba usando pupilentes e iba directo a alguna fiesta de disfraces en pleno verano. A Sophia le encantaba recibir toda esa atención; los sentimientos de celos, depravación y asombro alimentaban su ego de manera exorbitante.

Ella siguió caminando, ignorando los piropos que unos cuantos le lanzaban, hasta que se detuvo frente de unas escaleras que iban hacia abajo, hacia un sótano de dónde provenía música house. Cualquier persona en su sano juicio nunca entraría a ese lugar, pero en algunos lugares de Alemania, los clubes nocturnos siempre estaban en los sótanos de los edificios.

Bajó las escaleras y el gorila que cuidaba la entrada del club, se quitó las gafas de sol y la miró de pies a cabeza. La joven llevaba un vestido cortísimo de color rojo que se le pegaba al cuerpo dejando ver sus curvas en su máxima expresión, el vestido era tipo lace up, cuyo escote le llegaba por encima del ombligo, dejándole ver parte de sus voluptuosos pechos y un tatuaje en forma de ramas de un árbol debajo de ellos.

El gorila le dio una mirada lasciva antes de dejarla entrar. La muchacha le guiñó el ojo y entró al club, había mucha gente bailando y la música estaba a todo volumen, trató de caminar entre todo ese corrillo de personas hasta llegar al fondo del club donde habían unas escaleras que bajaban aún más. Bajó las escaleras y llegó a un lugar más iluminado, era una sala llena de sillas en forma de "U", fijó su vista en su mejor amiga que la saludó haciéndole señas con la mano para que Sophia fuera a sentarse a su lado.

Y así lo hizo, al llegar, su amiga la abrazó, fue un abrazo correspondido.

-Estás que ardes, mujer- Le dice su amiga.

-No exageres, Annika- Responde Sophia sonriendo. Annika había sido su amiga desde los 7 años, ella sabía todo sobre Annika y Annika sabía todo sobre Sophia.

-No estoy exagerando, mira a los de la otra mesa. No han parado de despegarte el ojo desde que llegaste- Sophia siguió la mirada de su amiga y vio a dos hombres de su misma edad sentados, eran bellos, para ser humanos, pero ninguno le produjo algo. Se encogió de hombros y le restó importancia.- ¿No crees que es tiempo de olvidarlo? De todas formas ya debe de estar muerto- Annika respondió al gesto hecho por su amiga.

Sophia sintió como se le hervía la sangre y su rabia crecía descomunalmente. Los ojos azul turquesa de Annika se abrieron debido al terror y se apresuró a decir.

-¡Lo siento, lo siento! Sé que era el primer hombre por el que sentías algo, pero creo que es tiempo de darle la oportunidad a alguien más- Annika la trataba de calmar para su propio bien- Además comienzo a sentirme mal por los hombres que intentan algo contigo, solo los utilizas sexualmente y luego los botas como si fueran basura, Soph.

Sophia comenzó a reír sarcásticamente. Pero antes de poderle responder algo a su mejor amiga, sintió uno brazo rodearla torpemente en los hombros. Ella se tensó y volteó a ver al dueño de ese brazo. Era el tipo que la estaba viendo desde el momento en el que llegó al lugar, y su amigo estaba sentado al lado de su rubia amiga.

-Hemos visto que estas bellezas andaban algo solas y hemos decidido acompañarlas un rato- Dijo la voz del tipo que la había agarrado por los hombros.

"Annika, pon otro hombre en mi lista", le dijo mentalmente Sophia, la aludida le respondió sonriendo "pon en la mía a este también".

Ángel Infernal. (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora